martes, 10 de octubre de 2017

Dejar de contar

     He decidido dejar de contar los días, y hacer que estos cuenten. No es lo mismo, la diferencia es bien clara, al menos para mi:
     Cuando cuento los días, me hago esclavo de la rutina, como un preso que marca con palitos las paredes de su celda, como recordatorio de los días que lleva encerrado. No quiero eso; no quiero encerrarme en un dejar pasar los días todos iguales, similares entre sí, sin marcar diferencia.
    No, quiero dar una patada a los muros de esa prisión; hacer de cada día, a pesar de las rutinas diarias, algo diferente; gritar un "¡A la mierda!" bien alto y salir de ahí. Es por eso, que mi "Diario de un gordo" va a sufrir cambios en ese sentido, y voy a huir de ese ir diciendo en qué día me encuentro desde que empecé a tomármelo todo realmente en serio hace más de un año, y voy a centrarme en aquellas sensaciones que siento que realmente merecen la pena, y pensamientos y reflexiones que me ayuden, y que espero que a vosotr@s, desocupad@s lectores/as os puedan servir también