martes, 5 de diciembre de 2017

Propiedades de la manzana

(Artículo copiado de El Mundo)

     Dice el refrán que  una manzana al día mantiene al médico en la lejanía. Según Mireia Elías, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), la manzana previene las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, protege el cerebro, contribuye al fortalecimiento de la memoria y evita las caries.
     A pesar de los mitos que circulan, el consumo de esta fruta no ayuda a despertarse ni a conciliar el sueño, y tampoco existe ninguna diferencia en cuanto a las propiedades debido a su color o tipo (verdes, amarillas, rojas, Reineta, Golden…), “son todas muy parecidas”, dice Elías. La nutricionista afirma que la mejor forma de comerla es con piel, ya que es dónde se encuentra la pectina fibra natural que regula el intestino- y el ácido fólico –vitamina que contribuye al crecimiento de los músculos-. Sin embargo, advierte que primero siempre hay que lavarlas con agua -ya que pueden estar enceradas o contener químicos- pero nunca con jabones o lavavajillas, pues los componentes de estos productos podrían quedarse impregnados en la piel y ser peor.
     Uno de los beneficios de la manzana es que evita la subida de peso. Esto se debe a que regula los niveles de azúcar en sangre, tiene efecto saciante y posee propiedades diuréticasy depurativas. Además, es una buena aliada tanto en casos de estreñimiento como de descomposición, puesto que la pectina es una fibra soluble que regula el intestino, de forma que “actúa como laxante si hay estreñimiento o absorbe el exceso de agua cuando existe diarrea”, comenta Mireia Elías.
     De igual modo, la experta del IMEO expresa que “la pectina, el fósforo, la metionina y la cisteína -presentes en ella- ayudan a prevenir y a reducir el colesterol”, y que también “es muy beneficiosa para todo tipo de enfermedades renales por su contenido en cistina, arginina y ácido málico”. Así mismo, la manzana contiene flavonoides que actúan contra la acción de los radicales libres y limpian las arterias, ayudando a prevenir el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento. Por último, esta fruta también alberga quercetina –un antioxidante que potencia la memoria y protege el cerebro.

martes, 21 de noviembre de 2017

Enemigos íntimos

Querido enemigo íntimo que eres mi cuerpo:
     Te he sentido acechando, preparándote para acomodarte a mi rutina, y así tirar por tierra mi trabajo y esfuerzo. Lamentablemente para ti, ya somos viejos conocidos, y yo también te vigilaba, por eso he cambiado la rutina, descolocándote. Creías de verdad que me iba a relajar y dormir en los laureles al ver que no tenía las mismas agujetas que en ocasiones anteriores? Ingenuo! Eso es lo que me ha dado la voz de alarma sobre tu inminente ataque. Llevamos mucho tiempo librando está guerra; tú no me diste cuartel, yo tampoco lo haré.
#nuncaessuficiente

viernes, 17 de noviembre de 2017

Constancia y adaptabilidad

     La constancia a la que hacía referencia ayer, no está reñida con la flexibilidad y la adaptabilidad. Me explico:
     Hasta ahora, estaba yendo unas dos horas a entrenar 3 días a la semana. Pero las circunstancias en casa han cambiado, y ya no dispongo de tanto tiempo (para ser honesto, sí que podría, pero implicaría "cargar" a alguien con mis hijos, e ir al gym no es tan imprescindible e importante como otras cosas que sí lo son)
     Ahora dispongo de una sola hora (la primerísima del día), y hago que esa hora cuente y cunda; voy todos los días a entrenar, y he aumentado la intensidad en los ejercicios. Ahí es donde la constancia y la disciplina salen a la luz; no es plato de gusto levantarse a diario a las 5:00 AM ( y menos aún estando de vacaciones), pero por fin empiezo a
ver resultados y el fruto de tanto esfuerzo y sacrificio, y eso hace que renueve el empeño, aunque los haya que me llamen "loco" por ello
     Creedme, no adopté #Nuncaessuficiente a la ligera; se trata de un estilo de vida, de no conformarse e ir más allá. Pero de eso ya hablaremos otro día.

jueves, 16 de noviembre de 2017

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El desayuno de los campeones

- ¿Qué has desayunado?
- Café y tostadas. ¿Y tú?
- Hierro
- ¿En ampollas, pastillas...?
- En disco y mancuernas

Empieza tu viaje

Primer paso:
     Desnúdate frente al espejo y mírate en silencio durante varios minutos. No apartes la mirada, sostenla. Después, formula en voz alta la incómoda (pero necesaria) pregunta: ¿Te gusta lo que ves? En un 95% de los casos la respuesta es negativa. Segundo paso:
     Señala qué es lo que te desagrada y quieres cambiar sin dejar de mirar (sé que cuesta), y empieza a planificar cómo vas a hacerlo (no hacer nada NO es una opción si quieres cambiar aquello que no te gusta)
     ¡Felicidades! Acabas de dar los dos primeros pasos del camino, de ti, y sólo de ti depende si vas a emprender el viaje

martes, 10 de octubre de 2017

Dejar de contar

     He decidido dejar de contar los días, y hacer que estos cuenten. No es lo mismo, la diferencia es bien clara, al menos para mi:
     Cuando cuento los días, me hago esclavo de la rutina, como un preso que marca con palitos las paredes de su celda, como recordatorio de los días que lleva encerrado. No quiero eso; no quiero encerrarme en un dejar pasar los días todos iguales, similares entre sí, sin marcar diferencia.
    No, quiero dar una patada a los muros de esa prisión; hacer de cada día, a pesar de las rutinas diarias, algo diferente; gritar un "¡A la mierda!" bien alto y salir de ahí. Es por eso, que mi "Diario de un gordo" va a sufrir cambios en ese sentido, y voy a huir de ese ir diciendo en qué día me encuentro desde que empecé a tomármelo todo realmente en serio hace más de un año, y voy a centrarme en aquellas sensaciones que siento que realmente merecen la pena, y pensamientos y reflexiones que me ayuden, y que espero que a vosotr@s, desocupad@s lectores/as os puedan servir también

sábado, 12 de agosto de 2017

Día 483

   ¿Y sí...? Ayer sucedió algo inesperado: Por primera vez no tuve mareos. Repasando lo que hice y lo que no, creo que he dado con la pista, con lo que he hecho diferente al resto de días desde que me operaron. No sé si fue casual o no, pero voy a intentar reproducir hoy las circunstancias para ver si ese ha sido el motivo (no lo voy a decir muy a las claras, porque más de una persona se me echará encima diciéndome que si estoy loco). Pero como sea tal y como lo sospecho, tocará adelantar como sea la cita con la nutricionista y la endocrino

lunes, 3 de julio de 2017

Día 443


Y llegó el Verano y con él las terracitas, los helados, las barbacoas... El olor de estas últimas estimula mi memoria, y pienso "¡Qué rico!", y hasta echo de menos los sabores de la carne asada en las ascuas o el fuego directo de la parrilla, pero sólo por saborearlo; mi estómago ya no hace esos rugidos feroces que me hacían impulsarme como una fiera desbocada hacia la comida exigiendo comerse una vaca entera sólo de aperitivo. En estos 5 meses operado, sólo he sentido hambre dos veces, y se sació bastante rápido porque mi estómago sigue siendo limitado (y forzarle, aunque sea una cucharada, implica tener metida la cabeza en el water). También le he perdido el gusto a la cerveza (no sé si por el gas que lleva, o si realmente el sabor también se me ha hecho desagradable)

Seguimos con la pérdida de peso (40 kilos menos van ya), sin apenas tener el cuerpo tiempo a reajustarse. Hay días que me encuentro genial, para luego venir varios que no puedo ni con mi alma, y me cuesta incluso ponerme en pie. Supongo que cuando se estabilice el peso la cosa parará, pero se me está haciendo eterno. Podían haberme avisado que esto podría pasar; aunque claro, hasta los médicos están un poco desconcertados por la velocidad a la que está reaccionando mi cuerpo a la operación.
¡A ver qué me depara la semana! La anterior estuve totalmente fuera de combate por culpa de una diarrea (algo que normalmente me dura 24-48 horas, me tuvo toda la semana KO, obligándome incluso a ir a urgencias.)

domingo, 11 de junio de 2017

Día 421

¡Al traste mis aspiraciones de volver al curro el Martes! Dumping brutal el Jueves que me hizo estar sin poder moverme de la cama el Jueves, estar todo el fin de semana como si me hubiera bebido todo el alcohol de las fiestas de Torrejón (y llevo sin probar ni gota desde Navidades), y rematar con un dolor intenso de hombro todo el día que me tiene con el brazo casi inmovilizado. ¡Qué asquito! Me he puesto a mí mismo dos semanas de plazo para mejorar sí o sí. ¿Cómo? Aún no lo sé, pero me pondré a trabajar en ello desde mañana mismo

martes, 30 de mayo de 2017

Día 409

Metido ya de lleno en la rehabilitación. Quiero volver cuanto antes a mi vida normal pre-operatoria (eso incluye, por supuesto, reincorporarme a mi puesto de trabajo, diréis que estoy loco, pero echo de menos a la gente y sentirme útil)
Cuando creo que va a ser una realidad más cercana, llegan los mareos después de comer (y bien heavies, sudo a chorros, y soy incapaz de tenerme en pie), o acabo vomitando la comida, y me tiran por tierra las ilusiones de recuperar mi vida normal; debido a esto, me tiro casi toda la tarde en un estado de debilidad y semi-letargo, que no corresponde a alguien de mi edad. "Es normal" me dicen "La recuperación es lenta, no quieras correr"... ¡Al cuerno! ¿tenéis idea de lo frustrante que es? Ya he descansado demasiado, y quiero recuperar mi rutina diaria ¿es mucho pedir?
Estoy cabreado, muy cabreado con mi cuerpo y organismo por decidirse a declararme la guerra de esta manera.

miércoles, 10 de mayo de 2017

¡Empecemos!

     "¿Por qué el bajo?"
     Pregunta interesante: es un instrumento que me llama la atención, aunque físicamente parece una guitarra, en realidad no lo es, y su misión es diferente (da ritmo en lugar de melodía)
     Cuando era adolescente y escuchaba a Héroes del Silencio, me llamaba mucho la atención el look de Joaquín Cardiel.
     Más adelante, en un concierto de Amaral, tuve la suerte de conocer a Manolo Mejía, el bajista que tenían entonces (un chaval muy majo), y escuchando a los Mojinos Escozíos, Zippy, su bajista, se me antoja un tío muy cachondo.
     No puedo dejar de mencionar a otra gente que también le han dado a los graves como Tere Encachimbada (20 años ya de amistad), Julio Alejandre(bajista de La Voz del Desierto, y una persona súper humilde) y nuestro llorado José María Mora (en los inicios de Lagarto Amarillo tocaba el bajo, y era al principio con quien más trato tenía).
     Es verdad que veo rasgos de todas estas personas en mí (y otros en algunos casos que me gustaría tener); y es también en parte por ello, que mis intentos de ser también bajista es mi forma de homenajear a todas estas personas.
    ¡Va por vosotros!

   
     Primer escollo: no tenía bajo, y como en casa ya había cuatro guitarras, estaba obligado a deshacerme de una de ellas para poder meter u nuevo instrumento en casa. Mi amigo Samu accedió a cambiarme su bajo eléctrico por una de mis guitarras, pero cuando me lo trajo ¡Oh, sorpresa! Me dijo que no era necesario darle una de mis guitarras.

    Segundo escollo: No tengo ni p... idea de cómo empezar, ni pasta para pagarme unas clases (ni sé leer partituras), solución: Me compré un libro para principiantes, a la par que mi mujer me regalaba otro. En ese aspecto, no debería tener problemas.


¿Que no me dejáis tocar algo amplificado?
¡Pues me hago con un instrumento acústico!
Tercer obstáculo (Por si no tuviera ya bastantes): Resulta que en el coro donde toco no son amigos de los instrumentos eléctricos porque requieren amplificadores para que suenen, y pueden tapar al resto de guitarras (3-4 que tocan exactamente lo mismo), por lo que me veo abocado a buscar un bajo acústico que no me cueste demasiado, pues ya tengo a la parienta mosca con eso de no haberme desecho de una de mis guitarras. Tras escapárseme 4 auténticas gangas en Wallapop, encontré otra en Ebay. ¿El problema? Me lo enviaron a través de SEUR, y pasó lo que pasó, que el paquete, después de extraviarse dos veces, llegó roto, y hubo que devolverlo al vendedor.

   Pero se ve que Dios aprieta, pero no ahoga. Tras una nueva búsqueda, fue casi a la vez que vendí una de mis guitarras y encontré otra muy buena oferta. Tan buena, que además la pedí el Día 2, y el día 8 ya lo tenía en casa. Aquí tenéis las fotos.

     Contento lo estoy un rato. No, no soy un profesional, por lo que no soy muy quisquilloso con el tema de la calidad. Con que esté bien y suene, me es suficiente.

    No obstante, y tal vez por la nostalgia de mis tiempos de aprendizaje de guitarra, quiero lanzarme a coger canciones de misa en tablatura para bajo, e ir aprendiendo a partir de ahí. Y justo me encuentro con otro obstáculo: No hay NADA en la web. Tocará ir investigando para ver cómo se puede hacer, y desde ahí me comprometo a una cosa:
   
   Si soy capaz de sacar las canciones y cómo tocarlas de la forma más fácil posible, me comprometo a ir subiéndolas a este mismo blog para ayudar a todo el que se encuentre en mi situación. Soy un hombre de palabra.

   ¡Deseadme suerte, que estoy muy ilusionado con el proyecto!

¡Qué bonito es! ¿Verdad? Pues aún no tiene nombre

sábado, 6 de mayo de 2017

Perdón y Amén

   Lagarto Amarillo vuelven con trabajo nuevo en Septiembre, y para ir abriendo boca, nos dejan este aperitivo llamado "Perdón y Amén". Disfrutadlo

Día 385 (casi un mes desde mi última entrada en el diario)

Llevo una semana estancado en el mismo peso. Además, he tenido lo que no me ha pasado en todo este tiempo; y es que en cuanto comía algo más denso de lo habitual (o más deprisa), tenía que ir al baño corriendo a echarlo todo. Con ese "cuerpo de jota", lo de ejercitarme ni se me pasaba por la cabeza. He estado arrastrando una debilidad tremenda esta semana que me ha obligado incluso a dormir siesta y acostarme prontísimo en comparación con los días anteriores.
Sé que es un paso hacia atrás, pero por prudencia, he optado por volver a la dieta líquida en las cenas, para evitar esos malestares.

Se supone que la próxima semana comienzo la masticación, pero con los antecedentes de los últimos días, no las tengo todas conmigo. Cuando ya, además te dicen frases del estilo: "se te ve la cara demacrada", "estás pálido", "Se te notan andares débiles"... dan ganas de decirle a la gente que mejor no te digan nada, no sea que alguno me entierre. Cuesta admitirlo, pero en efecto, estoy en bastante baja forma; y eso da al traste con mis aspiraciones de volver a hacer vida normal cuanto antes..

Dos semanas de médicos por delante (incluyendo al cirujano). ¡A ver qué me dicen!

martes, 18 de abril de 2017

Día 367

Empecé ayer la rehabilitación tras una semana y media bastante rara de tener sensación de estar siempre lleno, y por lo tanto, no poder comer nada, pues las ganas de echarlo todo eran inmensas.
Como consecuencia lógica de la menor ingesta de alimentos, vino una debilidad completa que me impidió salir a caminar, nadar...

Parece que esta semana la cosa empieza a mejorar y puedo retomar los hábitos de deporte. Supongo que se trataba de un pequeño tropezón antes de volver a ponerse a caminar

jueves, 13 de abril de 2017

Hace 8 años

    El tiempo vuela que es una alegría:
    Hace cosa de 8 años que decidí abrir este blog (que por aquel entonces se llamaba asisesientenloshumanos.blogspot.com), en el que decidí ir poniendo mis reflexiones y demás.
     Durante este tiempo, no sólo mis reflexiones, si no paridas, enlaces de interés, y demás cosillas han ido apareciendo aquí. También he compartido mis gustos, he puesto revisiones de películas y series, he integrado mi viejo blog de cocina, e incluso me he atrevido a intentar enseñaros a tocar la guitarra. También es donde he ido colgando mis relatos e intentos de poemas, y donde más recientemente, os he ido poniendo al día sobre mi lucha contra el sobrepeso y mi adicción a la comida.
   ¿Qué deciros? Que muchas, muchísimas gracias por seguirme y apoyarme. Y que por otros 8 años más (por lo menos)

martes, 4 de abril de 2017

Día 353

Pasamos a fase 3 (purés, ya algo más sólido que las cremas). Aumentamos la variedad de comida (purés de legumbres, manzana asada y compotas de frutas, alguna galleta ocasional...), y reducimos la cantidad de proteínas (eso de echarlas hasta en los zumos era un poco demasiado), me reducen además las tomas de 7 a 6.

El progreso es bastante bueno; como os dije, la báscula de endocrino da dos kilos más, pero aún así, como también me los dio la vez anterior, el cómputo de pérdida de peso sigue siendo excepcional ("Es raro perder más de 5-6 kilos en la fase 2" me han dicho) Preguntando por el tema de la piel sobrante, me han dicho que en casos como el mío, en el que se pierde tan rápido, en lugar de demorar dos años (lo habitual), la cosa puede ser mucho antes.

Al preguntar por los estancamientos de peso la respuesta también es clara. Al estar ejercitando, por mucho cardio que sea, estoy desarrollando musculatura, la cual pesa incluso más que la grasa. Cuando me tire un mes sin perder peso, es que habré estabilizado y llegado al que tengo que pesar realmente, que pueden ser lo 80 kgs que me dijeron en su día, o no.

¿Dónde estará el límite?

domingo, 26 de marzo de 2017

Día 343:

¿Qué tal estás? ¿Cómo te sientes? Son las preguntas que más me repiten. ¿Sinceramente? Ni yo mismo lo sé; ni bien, ni mal... diferente. Estoy entrando en ropa que hacía ya diez años que ni me ponía, y ando en un peso que no tenía desde hace por lo menos 11 años.

Esta semana hay días que no podía ni terminarme las comidas, y he dejado platos no sin terminar, si no ¡a la mitad!. De vez en cuando siento una sensación parecida al hambre, pero no son los ataques de voracidad que padecía; y desde luego, la sensación perpetua de hambre tampoco está. Justo cuando creí que había dejado atrás los mareos, estos han vuelto a visitarme esta mañana, haciendo una odisea el mero hecho de ponerme en pie.

En esta fase de dieta (que en 15 días quedará atrás) he aumentado las proteínas (es en serio, debo añadirme proteína en TODAS las tomas, incluyendo los zumos de frutas). En teoría era necesario para poder hacer ejercicio, todo cardio, nada de esfuerzos ni peso, y queriendo obedecer, pero sobre todo recuperarme, me puse manos a la obra. En efecto, tengo energía para poder caminar, ir a paso ligero, e incluso nadar. Entonces... ¿qué es lo que va mal? ¿Por qué han vuelto los mareos? Reviso la dieta: 800 kcal diarias, ¡exactamente las mismas que las de la fase anterior que era de dieta líquida!. Echo un ojo a la aplicación de control de peso: Con mi peso actual, si consumiera diariamente 3129 kcal diarias, estaría perdiendo peso también.

Es decir, la prueba ahora es dura; no sé si pretenden dejarme en 800 kcal de por vida, pero de momento, tengo que acostumbrar a mi cuerpo a funcionar con estas. Empiezo a ver que la musculatura empieza a definirse, me siento más ágil, pierdo volumen corporal... pero ¿Y la fuerza? Siempre ha sido una de mis señas de identidad, y temo perderla. Para mí no es que lo sea todo, pero sí una parte de mí, de mi identidad, de mi personalidad, de mis rasgos definitorios (y, bajo mi punto de vista, uno de los que me distinguen en mi puesto de trabajo), y como os podéis imaginar, soy muy reacio a perderla. Estoy de acuerdo en que el resetear mi vida, y mi físico, me hace bien, pero a mi fuerza no es algo a lo que estoy dispuesto a renunciar.

Tocará esperar a ver qué me dice en Mayo el cirujano, pero el hecho de no poder coger las pesas no me está haciendo mucha gracia. Necesito sentirme poderoso de nuevo.

lunes, 20 de marzo de 2017

Carta del Padre Patxi Bronchalo a Pablo Iglesias

Estimado Pablo.


     Me presento. Mi nombre es Patxi Bronchalo, tengo treinta años, y soy cura. Como tanta gente de mi generación de los ochenta, sufro la desilusión de no saber a quién votar, me escandalizan los casos de corrupción, veo con dolor las consecuencias en la gente sencilla de una economía que ha endiosado al dinero y dado de lado a la persona (como imaginarás, una parroquia es lugar que trata de cerca los dramas de la falta de comida, de vivienda, de empleo, etc).
     Aunque en realidad hoy no te escribo por eso. He visto en Youtube las declaraciones que has hecho pidiendo que la Misa no tenga cabida en la televisión publica, amparándote en la Constitución, el documento del que tantas veces los españoles echamos pestes y alabamos a partes iguales.
     Yo nunca veo la Misa el domingo en la tele. No estoy dentro de ese millón largo de personas que el otro día si lo hicieron. Ni siquiera tengo tele. Podría verla por internet, pero es que la hora me viene mal. Los domingos la Misa la vivo "in situ" en mi parroquia. Normalmente celebro dos de ellas, y suelo oír el murmullo lejano de otras dos desde mi confesionario, entre persona y persona que se acerca con sus problemas y alegrías.
     Ya ves. Como cura tengo un lugar privilegiado en la Misa, desde mi posición se ve todo. Hay muchos tópicos sobre que todo el mundo en la iglesia se duerme, se distrae, etc. Yo los veo. Veo a quien se duerme, veo a quien se distrae. Veo mucho más. Veo a quien llora, a quien se estremece, a quien tiene un gran sufrimiento, a quien encuentra un gran alivio y consuelo. Soy un privilegiado por ver y conocer las historias de dolor y paz de quienes vienen a Misa a mi parroquia.
     Y también están las historias de los que no van, que son muchos. Muy a su pesar, muchos se tienen que quedar en casa. No pueden venir. La edad se lo impide. La enfermedad física no les deja moverse del sillón. La minusvalía hace que tenga que depender de otros en todo. La depresión les condena a no salir de la cama. La soledad les hace aterrarse de salir al mundo. Conozco a muchos de ellos. Son muchos los que visitamos desde la parroquia. Y se que hay muchos mas.  Cualquier cura te diría lo mismo.

     De primera mano puedo asegurarte que es muy grande la cantidad de personas que están deseando que empiece la Misa del domingo de La Dos. Para muchos será el único consuelo de ese día. Muchos solo encontrarán paz y compañía ahí. Muchos no tendrán más alimento para su espíritu que ese. Muchos han pasado una vida de fatigas, de penurias y ahora están solos, y solo les queda Dios. Muchos están sufriendo con dolor los azotes de la crisis en sus hijos y nietos, hacen y avalan lo que pueden, y solo les queda Dios. Muchos se sienten condenados y abandonados por sus propias familias, tan metidas en su sociedad de bienestar, y solo les queda Dios.
     No nos engañemos: el alma necesita alimento. Y estas personas no encuentran consuelo en los animalitos que salen después de comer, ni en las peleas que salen en los realitys, ni en las entrevistas de Chester, ni siquiera en vuestros debates desde el Congreso que nos cuentan las noticias. El alma necesita otra cosa. Negar a Dios es mutilarnos.
     ¿No tiene el estado el deber de velar por el bienestar de sus ciudadanos? ¿No es el alma una parte fundamental a cuidar para que la persona esté bien? ¿Podemos obviar que aunque vivamos en un estado aconfesional son cientos de miles los católicos de nuestra bella tierra? ¿Por qué dices que hay que quitarles la Misa? Dime Pablo, de corazón, que no es por ideología. Gracias por tu lectura. Sinceramente te digo que rezo por ti.

jueves, 16 de marzo de 2017

Día 333

Ya en fase 2 (cremas y purés). Me cuesta mucho hacer todas las tomas que tengo que hacer diarias (7), pues en seguida noto el estómago no sólo lleno, si no además con pesadez que no se va en horas. Aún así, la bajada de peso se ha ralentizado, y lo que antes perdía en dos, como mucho 3 días, ahora lo pierdo en una semana y media.

Lo bueno es que los mareos prácticamente han desaparecido, y que además de andar, también puedo hacer bici estática sin resistencia, o incluso natación. Esta semana he empezado a ejercitarme, y casi había olvidado lo placentero que es cansarse y sentir agujetas al día siguiente.

Lo de coger peso, de momento nada, y ya me han dicho que va para largo (y más en mi caso, que soy persona de hacer animaladas a diario 7 veces al día antes del desayuno)

La verdad es que da un poco de rabia, y me encantaría recuperarme cuanto antes, pero sé que si fuerzo las cosas, será peor.

No obstante, hay algo a lo que llevo mucho tiempo dándole vueltas: He tomado la decisión, que cuando por fin me deshaga del respirador del Apnea, cuando esté curado de eso, haré algo que llevo años queriendo hacer. Quiero que seáis mis testigos de esto: Cuando me cure del apnea, cuando no necesite asistencia para respirar mientra duermo, pienso planificarme para hacer el Camino de Santiago; aunque sea yendo sólo.

martes, 7 de marzo de 2017

Día 324

Como me miro al espejo diariamente, no aprecio cambios. No es hasta que me han visto compis del curro hoy, un mes después, que no es realmente consciente del cambio uno mismo. Entiendo que haya gente que me mire sorprendida por el cambio; pero que algunos no me hayan reconocido lo encuentro cuanto menos... exagerado.

Esta semana toca pasármela de citas médicas, y creo que me va a tocar adelantar también la del neumólogo, pues ya noto que la máquina empieza a molestar un poco. No creo que me la quiten todavía, pero sí que toque recalibrarla.

Espero que esta semana me pasen a ingerir algo sólido para tener más energía y así poder acabar mejor mis días, y tener más energía para poder realizar más actividad física.

Os seguiré teniendo al día

jueves, 2 de marzo de 2017

Día 319

     Creí que era una exageración, pero no... Hoy me he sorprendido caminando a una velocidad que no es la propia en mí. El cuerpo ahora parece que se mueve algo más ligero y claro, la falta de costumbre me sorprende y me descubro como más torpe.


     Suena raro, pero es así: acostumbrado de toda la vida a que mi cerebro manda al cuerpo hacer una cosa, y este responde con un plazo de tiempo y una velocidad determinada (y llevo así toda la vida), a encontrarme que los tiempos de acción y reacción se han agilizado... pues claro, es me desconcierta. 

     También me noto un poco torpe en el equilibrio, y los mareos empiezo a sospechar que no es tanto por la falta de alimento, si no por que el centro de gravedad de mi cuerpo se ha desplazado. ¿Sabéis eso que dicen de los recién amputados que aún notan los dedos de la mano que no está? Pues algo similar me pasa a mí: Mi cerebro y mi cuerpo están acostumbrados a unas proporciones que ahora no están; y el precio es esta desorientación en la que me encuentro ahora.

domingo, 26 de febrero de 2017

Día 315

Mañana será por fin mi último pinchazo de heparina. Que diga la gente lo que quiera, pero NUNCA te acostumbras, ni JAMÁS le coges el gusto. Tengo claro que sería un muy mal yonki en los 80.

Una de las cosas que estoy perdiendo junto con el peso y volumen, es la temperatura corporal. Yo en estas fechas duermo en gayumbos (y eso como mucho, que a veces lo hago en bolas); aunque más bien debo decir que lo hacía.

Llevo una racha que me pongo el pijama, ¡quién me ha visto y quién me ve!, e incluso me pongo el nórdico por encima casi amortajándome. Y el caso es que tampoco hace tanto frío ¿No? Esta es una situación totalmente nueva para mi

viernes, 24 de febrero de 2017

Día 313 (Sin rima)

Otra semana más de avance. Nuevamente, compruebo hasta qué punto tienen en el endocrino la báscula trucada; pero esta vez se han pasado: en lugar de sumarme 2 kilos, me suma 4 (y ya me lo han reconocido tanto enfermeras como el propio cirujano.

Ayer me quitaron los puntos (según la enfermera, se me estaban empezando a infectar por llevar tanto tiempo), y me cambiaron los de sutura por los de aproximación. Ven que estoy cicatrizando bastante bien, y el cirujano comprobó el éxito de la operación cuando le dije que no tengo sensación de hambre, aunque no le hizo tanta gracia lo de mis mareos ("Deberías pasar ya a fase dos, para tomar algo de puré y así poder ejercitarte más y mejor, esto no hace más que retrasarte la recuperación, pero cualquiera le dice nada a la endocrino")

Al menos me han dado la alegría de decirme que el Lunes es mi último día de pincharme heparina.
Me ha recomendado además empezar a compactar la zona del abdomen, y puedo además de caminar, hacer bici estática (sin NADA de resistencia) e incluso natación muy suave. Cuando le dije que el tema de mover peso, fue el único momento en que se puso serio, y él y enfermera me dijeron al unísono "NI LOCO". La enfermera además añadió: "Hasta que no comas normal, masticando y esas cosas, olvídate"
Así que nada, semana agridulce. No llevo ni un mes de inactividad, y ya estoy como Spiderman, que me subo por las paredes

martes, 21 de febrero de 2017

Oniris

ONIRIS 

     La nada, la fría tranquilidad de la nada, donde nada es, nada existe y cualquier cosa puede suceder hasta que... ¡Ahí está! ¡La chispa! Un pequeña luz que aparece de repente, sin previo aviso, y a partir de la cual, de la nada, algo puede existir.

    Así es como vine yo a la vida: esa pequeña chispa me despertó, me hizo crear consciencia de mi existencia, y me dio forma. ¿De dónde venía? No lo sé. ¿Por qué yo? Llevo un tiempo buscando el por qué. ¿Quién soy? Estoy tratando de averiguarlo. Lo único que sé, es que yo no era nada, a la nada pertenecía, hasta que llegó esa chispa, y desde entonces, yo soy yo.

     Aparecí, tomé forma, y me vi atraída por esa chispa, por esa luz. Alcancé esa fuente de vida, y me vi en un hermoso paisaje de playa: con la espuma de las olas besándome los pies, el olor a salitre penetrando en mi nariz, y la cálida brisa marina acariciando mi piel y jugando con mi pelo negro azabache.

     No sé cuánto tiempo permanecí ahí, disfrutando del momento, pero debió de ser bastante. Tan absorta estaba en descubrir todas esas sensaciones, que no noté esa presencia detrás mío hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para tocarme; me agarró de la mano, y sobresaltada me giré por lo inesperado del contacto. Pero no pude ver quién me cogió, pues al girarme, regresé a la nada.

     Lloré amargamente sin lágrimas ni ojos  mientras me sumergía de nuevo en aquella espesura antes acogedora, ahora fría y sin sensación de llamarla "Hogar", aunque a ella le perteneciese. Haber experimentado aquello tan dulce y grato, haber existido por tan fugaz periodo de tiempo, para después serme negado tan rápidamente, fue muy doloroso para mi. Me sumergí de nuevo en ese negro vacío con tristeza, y medio asimilando otra vez ese olvido, ese no ser.

     Ignoro el tiempo que permanecí allí, pero nuevamente, la chispa vino a buscarme; volvía a ser, volvía a existir. Esta vez, la luz me llevó a un bosque donde la luz del sol se filtraba entre las hojas de frondosos árboles, los pájaros trinaban, y un hermoso canto a la vida se podía sentir incluso a través de la piel. Entrecerré los ojos, y dejé que mi cuerpo se moviese al compás de aquella canción sin música; me dejé llevar por esa dicha calma, por esa paz armoniosa, y me permití sonreír mientras mi cuerpo giraba una y otra vez. Esta vez el oído sí me advirtió de esa presencia, y aunque embriagada por todas aquellas sensaciones que me invadían, sí acerté a abrir poco a poco los ojos para ver quién se acercaba. Otra persona, otro ser... pero distinto a mí; con cabello más corto en la cabeza, pero sombra del mismo en su tez, con un cuerpo algo más tosco que el mío, pero una chispa de vida y alegría en su mirada... de hecho, reconocí esa chispa como aquella misma que me había traído de vuelta de aquel desierto llamado "Nada". Sonrió al verme, y se acercó despacio, como con miedo a mí. Ya le tenía a escasos metros, y la distancia que nos separaba se iba acortando cada vez más. Faltaba ya poco, se acercaba tímidamente, iba a cogerme de la mano y...

     La nada volvió a reclamarme. Aunque en mi interior sabía que esto podría volver a sucederme, no por ello era menos doloroso. Odié profundamente y con todo mi ser a esa otra persona; asocié su contacto a mi retorno al no ser, al no existir, al olvido... ¡Un momento! ¿He dicho olvido? Si es así, ¿cómo es que recuerdo tan vívidamente todo lo ocurrido antes de ser reclamada por la nada? Algo aquí no termina de encajar ni cuadrarme: ¿Cómo podía ser él el causante de mi desaparición, si en sus ojos brillaba la misma chispa que me había hecho aparecer y existir? Ahora que lo pienso detenidamente, vi cómo su rostro se entristecía cuando me desvanecía en la no-existencia. No, en el tiempo que estuve ahí, flotando en la oscuridad, llegué a la conclusión que él no podía ser el culpable de mi retorno a este frío y oscuro vacío. Es más, empiezo a tener la firme convicción que si no he desaparecido del todo, si no he quedado relegada al olvido y soy capaz de recordar y razonar todo esto, es por él y su maravillosa chispa.

    Cuando esa luz volvió, yo ya llevaba un rato esperándola; aunque no era la primera vez que la veía, me alborocé como una chiquilla cuando ésta vino a mí. No queriendo perder el tiempo, me abalancé a la carrera hacia la misma, y la atravesé sin contemplaciones. Ignoré el paisaje que me rodeaba, pues estaba ansiosa por buscar al dueño de la chispa, al dueño de esa luz que me había dado la vida, la existencia, el pensamiento, el sentir.... TODO. No recuerdo cuánto tiempo llevaba corriendo, pero al final di con él. Debía tener sentimientos similares, pues también corría en mi dirección; en su rostro alegría, en sus ojos emoción y esa chispa que tan bien conocía y empezaba a incluso venerar. Nos fundimos en un abrazo, y enterré mi cara en su pecho extasiada de felicidad, mientras sus brazos me rodeaban con fuerza, como con miedo a que me escapase. Permanecimos así en silencio durante largo rato, hasta que nuevamente, volvía a mi destierro en el negro desierto del no ser, del no existir..

     Durante ese tiempo lloraba en silencio de nuevo, pero en esta ocasión no de rabia, si no de añoranza. Me había sentido plena por primera vez en mi corta existencia, y esa felicidad, esa dicha, se había esfumado. Ansiaba que la chispa volviera, pero a la vez, el temor que esta no volviera nunca más empezó a anidar en mi interior.

    Pero mis temores desaparecieron, la chispa volvió nuevamente. Alborozada, corrí de nuevo hacia la luz, y esta vez, allí estaba él esperándome, con una expresión de felicidad, que no sabría expresar con palabras. Sin apenas hablar, disfrutábamos de nuestra mutua compañía, paseábamos (o corríamos, o nadábamos, o jugábamos) en los distintos escenarios en los que nos íbamos encontrando. Una vez, incluso me pidió que cantase; con timidez, pero a la vez feliz de poder complacerle, empecé a tararear una canción sin letra que hizo que se quedara absorto, y eso me inundó de un torrente de felicidad por dentro imposible de describir. Aún así, la nada volvía a reclamarme siempre; y aunque veía la tristeza dibujarse en su cara cada vez que yo me desvanecía, yo le sonreía para infundirle fuerzas, pues sabía que nos íbamos a volver a ver.

     En este tiempo, aprendí a medir el tiempo, esos ratos compartidos, y las horas que pasaba dentro de la nada. Entre ese conocimiento, y lo que iba sabiendo de lo que vivíamos juntos, ya he llegado a una conclusión, y sé lo que está pasando:

     Yo en realidad no existo, y en efecto, a la nada pertenezco. En realidad, soy el fruto del sueño del dueño de la chispa, y a él debo mi existencia. ¿Y cómo es esto? Porque en realidad el sí que existe, y cuando yo tomo forma, cuando cobro vida, es porque él me sueña. Sí, en realidad soy fruto de su mente cuando está dormido. Empecé siendo un tímido sueño, un anhelo de su corazón que fue tomando forma dentro de ese mundo idílico con el que sueña; pero mi presencia se ancló con tanta fuerza en su interior, que todas las noches me devuelve a mi existencia completa, y pasamos juntos esas horas. La nada me reclama cuando se va a despertar, y yo no dejo de existir del todo porque durante el día él me recuerda y me piensa, y por eso yo no muero, ni me disuelvo en la nada, ni me pierdo en el olvido.

      Sí, puede sonar muy triste que yo en su realidad tangible, en el aquí y ahora de los hechos, no sea más que una fantasía, pero... ¡Le amo! Lo siento, no puedo remediarlo; le amo profundamente, y no sólo porque a él le deba mi vida, si no porque lo siento, y además soy correspondida. ¡Ojalá pudiera explicarlo mejor! Aunque, ahora que lo pienso... me ha dado el existir, me ha dado forma, conciencia, me ha dado parajes maravillosos en los que gozar de su compañía y de él... pero hay algo que aún no me ha dado.

     Sé por experiencia por dónde viene la chispa, y además, incluso tengo situado el momento en que va a aparecer. Esta vez quiero intentar algo arriesgado, pero es porque quiero sorprenderle. Sé que puede salirme mal, pero él mismo me ha dicho en más de una ocasión: "El que nada arriesga, nada gana", y quiero ganar. A pocos minutos de la hora indicada, me sitúo en el mismo espacio donde la chispa aparece para reclamarme todos los días; noto que el aire se carga a mi alrededor, que la vista de mi alrededor se comba; "Así que es esto lo que sucede en el epicentro de la chispa" pienso para mis adentros. Noto un leve tironcito, y es el momento que aprovecho para saltar con todas mis fuerzas.

     Me veo flotando en una habitación a oscuras. Es muy sencilla, y justo debajo de mí, en la cama, veo a mi amor dormido. Le miro extasiada; es la primera vez que soy yo la que pasa a este lado, y veo que se agita un poco inquieto bajo las sábanas y que mueve la cabeza. Comprendo lo que sucede: ha ido a mi encuentro y no me ve. Me las ingenio para descender despacito, hasta que nos separan escasos centímetros. Soplo suavemente sobre su rostro, y él entreabre los ojos. Sonríe con una mezcla de felicidad y alivio cuando me ve y me reconoce ahí, donde jamás esperaba encontrarme. Me armo de valor para hacerle la pregunta:

"¿Cómo me llamo?"

     Él sonríe feliz, y en un susurro me da la respuesta que pido.

"Oniris"
   
(Nota: El nombre de Oniris lleva rondándome la cabeza cerca de un año, viene derivado de la palabra "Onírico", relativa a los sueños; y es de ahí de donde viene la inspiración para esta pequeña historia)

viernes, 17 de febrero de 2017

Día 306


Sigo con la bajada de peso (lo sé porque me peso diariamente) y de volumen (esto lo veo a la hora de ponerme la ropa, y porque los demás desde fuera lo ven)

Aunque no me quejo de disponer de tiempo para ponerme al día con películas, lecturas y proyectos aparcados, sí que extraño algo de actividad física más allá de caminar.

Ya empiezo a tolerar tragos más largos (aunque poco más) sin notar esa sensación de ser golpeado con fuerza en la boca del estómago. Noto también que mi cuerpo no aguanta las bajas temperaturas tan bien como antes. Me mareo menos al caminar, pero tampoco puedo excederme demasiado; esto de tener los límites físicos tan bajos es toda una novedad para mí, y no termina de agradarme.

Empiezo a tener vagas sensaciones de hambre; pero son eso: muy vagas, y como tampoco son de las que martirizan, no se llevan mal del todo.

¡A ver qué me dicen la semana que viene en las revisiones!

lunes, 13 de febrero de 2017

Día 302

     Tras un tiempo de pausa, retomo este "diario"


     Ha pasado ya una semana desde que volví a casa del quirófano. El día de la operación pesaba 140, y salí del hospital pesando 144 (luego me enteré que durante la operación, entre otras cosas, te inyectan aire en el estómago para poder manipularlo mejor). Durante esta semana pasada, he ido perdiendo peso, y esta mañana estaba ya en 136,700 Kgs. Tengo que estar un mes alimentándome sólo de líquidos, y puedo salir a caminar.


     De momento, tengo TOTALMENTE PROHIBIDO coger peso y hacer esfuerzos, por lo que he tenido que pausar el gimnasio durante un par de meses.
Después de prácticamente un año de entrenamientos, este parón me resulta un poco difícil, pues algo de monillo de pesas hay, desde luego.

     ¿El tema comer? De momento lo llevo bien, pues no tengo sensación de hambre; sí, huelo la comida y en seguida pienso "¡Qué rico!" pero no tengo la respuesta de mis tripas de hace unas semanas que me decían "¡Cómetelo todo!", por lo que al no haber un impulso físico, se lleva un poco mejor. Sí es verdad que la semana pasada tuve un ataque de "Necesito MASTICAR algo", y hasta que logré distraer la cabeza de esa idea y pensar en otra cosa, pasé una hora un poco durilla; pero superado el escollo, sin problemas

    Seguiré informando

viernes, 3 de febrero de 2017

Día 292 (Fín de cuenta atrás)

     Y llegó el día; en unas horas pasaré por quirófano para recibir ese empujoncito que me aupará a una vida nueva. Anoche me tocó enfrentarme a mi pánico a las agujas e inyectarme yo mismo la heparina.
     ¿Nervioso? No; ya conozco la experiencia de la anestesia general, y también sé lo que me aguarda. De hecho, me vendrá muy bien no pensar durante horas, y así desconectar de todo (me vendrá de maravilla); y también estoy deseando que esta sensación de hambre eterna, de estómago siempre insatisfecho, se calme y acalle de una vez, y pueda al fin, simple y llanamente vivir. ¿Es mucho pedir?

miércoles, 1 de febrero de 2017

Día 290 (T-2)

     ¡Tuve una alegría inesperada hoy! Se ve que el de arriba escucha mis plegarias. 

     Me llamaron esta mañana del hospital para pedirme que fuera, que me tenían que dar unas instrucciones. La enfermera majísima me pesó y se quedó ojiplática al ver la pérdida tan brutal de peso (y eso que me reconoció que la báscula de allí pesa de más, pues me pesé en casa con 142.7 kgs, en el hospital di
 144 y en casa volví a dar los 142.7 clavados) y luego, cuando me preguntó qué tal llevaba lo de los batidos, se lo dije: que pasaba hambre con sólo batidos y agua, que si podía tomar aunque fuera un caldito calentito desgrasado por la noche para combatir el frío, que no me importaba sustituir una toma de batido.... Tras consultar con la endocrino y la enfermera, me dio la alegría: Sí puedo tomar una taza de caldo de verduras desgrasado (¡Música para mis oídos!) SIN dejar de tomarme los 4 batidos diarios. Que además, puedo tomar un vaso de zumo natural sin azúcar y uno de leche desnatada; y que infusiones, las que desee SIN azúcar (pero sí edulcorante o estevia)

     Me han animado y dicho que voy muy, pero que muy bien, pero que procure perder un kilo por día de aquí a la operación.
     Sí, la verdad es que lo de poder tomar todo eso llega un poco tarde, a escasos dos días del Día D, pero mejor eso que nada. Al menos la recta final no será tan cuesta arriba como lo estaba siendo

martes, 31 de enero de 2017

Día 289 (T-3)


     Muy duro, muy cuesta arriba se me están haciendo estos días de sólo batidos como fuente de alimento. He tenido incluso un par de sustos en el curro por la debilidad (afortunadamente, soy demasiado cabezón como para dejarme caer) en forma de mareos; y por ello (en parte), he tenido que suspender mis entrenamientos. 


     Una cosa es tener dieta líquida 24-48 horas, pero llevar así desde el Martes de la semana pasada, me está haciendo polvo. Es muy duro resistir las tentaciones de echarse algo que masticar a la boca, y tengo que optar por cambiar de habitación o salir de casa mientras el resto come; dolores de cabeza, humor agriándose... Necesito que el Viernes llegue cuanto antes, porque anímicamente, esto te deja hecho polvo

viernes, 27 de enero de 2017

Día 285 (T -7)

     Hoy tampoco tuve fuerzas para ir a entrenar. El gasto de energía de ayer fue muy elevado para el combustible que le estoy aportando a mi cuerpo. Hoy la sensación de agotamiento se ha extendido a lo largo del día, y desde las 19:00 sólo quiero meterme en la cama.


     ¿Lo que peor llevo? Las constantes tentaciones; hoy, sin ir más lejos, estaba echando unas cosas al coche para llevar al punto limpio, cuando me ha llegado el olor del asador que hay en la calle de al lado. Da igual que acabase de tomarme un batido, da igual que con eso mi cuerpo tenga que tener suficiente, da igual que (supuestamente) mi estómago estuviese lleno; mis tripas rugieron como una manada de leones furiosos, y todo mi ser me gritaba que entrase a gastarme lo que me quedase en la cuenta en tanto cabrito asado como pudiera comer hasta convertir mis arterias en granito. Os puedo jurar que casi se me escapan las lágrimas mientras me obligaba a mí mismo a entrar en el coche ignorando los cantos de sirena.

     A todos aquellos que me han dicho que no Lucho, que no tengo fuerza de voluntad... Les invito cordialmente a vivir en mi piel por 48 horas; que sepan a lo que me enfrento a diario, lo jodídamente solitaria que llega a ser mi lucha, y luego a ver si siguen opinando igual.