Veo últimamente y con preocupación creciente,
cómo l@s polític@s se meten cada vez más en distintos aspectos de nuestras
vidas con tal de conseguir nuestro voto; un voto que les lleva a tener el poder
para gobernarnos a tod@s a su antojo. Hasta ahora, me reía de sus intentos y de
las chucherías que prometen; pero se ha metido la religión de por medio, y eso
es algo que no debemos permitir; y mucho menos debemos seguirles el juego y
entrar al trapo.
NINGUNO, repito; NINGUNO de los actuales
partidos políticos, nos representa a los cristian@s. Ni derechas ni izquierdas,
tienen derecho a decir que nos representan, y que al votarles, estaremos
asegurando que nuestros “intereses” estarán vigilados y cuidados.
Los Cristian@s amamos a nuestros semejantes
por que, como hij@s de Dios, son nuestros herman@s.
Los Cristian@s repudiamos todo tipo de
guerra y actuación violenta contra nuestros herman@s.
Los Cristian@s no deseamos que hayan
injusticias, que haya alguien pasándolo mal (hambre, sin un techo sobre su
cabeza, sin saber si verá amanecer mañana), a costa de que otr@s vivan con la
única preocupación de no repetir modelito dos veces o de si su próximo Rolls
Royce hace o no juego con la fachada de su casa.
Los Cristian@s somos una familia universal;
TOD@S hij@s de Dios; y como tales, tod@s corresponsables un@s de otr@s. Si mi
herman@ necesita mi ayuda ¿no iré a ayudar y a tender mi mano?
¿Hacen eso en algún partido político? NO.
La gente que se dedica a la política, se pasa el día atacándose entre ellos,
insultándose y arengando a la gente a enfrentarse unos con otros. Las famosas
“Dos Españas” han sido inventadas por esta gente con la vana esperanza de
obtener nuestro apoyo aunque ello signifique que nos enfrentemos herman@ contra
herman@ por causa suya.
No nos engañemos; a la clase política le
importamos un bledo seamos creyentes o no, sólo quieren que les demos nuestro
voto para poder vivir a nuestra costa; agrediéndose delante de las cámaras de
televisión, tomándose unas cañas juntos cuando nadie les ve, y riéndose de
nosotr@s, pobres infelices, que con el sudor de nuestra frente les mantenemos a
ellos en un tren de vida con el que nosotr@s sólo podemos permitirnos soñar.
¿Eso es ser cristian@? ¿Esa gente nos representa?
No caigamos en ese error. Jesús vino a
anunciarnos el Evangelio, la buena noticia de que som@s hijos de Dios y que el
amor es el único motor que debe mover nuestras vidas; vino a eso, no a montar
ningún partido político, y lo dijo bien claro: “Mi reino NO es de este mundo” No debemos caer tampoco en el error ni clero ni laicos de
pedir el voto para una u otra formación, pues eso es usar la fé de las personas
en intereses partidistas. Lo vuelvo a decir: el reino de Dios, no es de este
mundo, ni se elige a Dios en ninguna votación, ni Jesucristo está al frente de
ningún partido político.
Votemos a quien nuestra conciencia nos diga
que va a hacer más por la gente e intentemos aportar
nuestro esfuerzo a la hora de no sólo votar cada cuatro años, sino también de
preocuparnos por los asuntos públicos (políticos) cotidianos e, incluso, de
participar en los partidos políticos que más nos gusten para impregnar su
acción de nuestra espiritualidad y ética cristiana
(Escrito al alimón con un viejo amigo)