martes, 21 de noviembre de 2017

Enemigos íntimos

Querido enemigo íntimo que eres mi cuerpo:
     Te he sentido acechando, preparándote para acomodarte a mi rutina, y así tirar por tierra mi trabajo y esfuerzo. Lamentablemente para ti, ya somos viejos conocidos, y yo también te vigilaba, por eso he cambiado la rutina, descolocándote. Creías de verdad que me iba a relajar y dormir en los laureles al ver que no tenía las mismas agujetas que en ocasiones anteriores? Ingenuo! Eso es lo que me ha dado la voz de alarma sobre tu inminente ataque. Llevamos mucho tiempo librando está guerra; tú no me diste cuartel, yo tampoco lo haré.
#nuncaessuficiente

viernes, 17 de noviembre de 2017

Constancia y adaptabilidad

     La constancia a la que hacía referencia ayer, no está reñida con la flexibilidad y la adaptabilidad. Me explico:
     Hasta ahora, estaba yendo unas dos horas a entrenar 3 días a la semana. Pero las circunstancias en casa han cambiado, y ya no dispongo de tanto tiempo (para ser honesto, sí que podría, pero implicaría "cargar" a alguien con mis hijos, e ir al gym no es tan imprescindible e importante como otras cosas que sí lo son)
     Ahora dispongo de una sola hora (la primerísima del día), y hago que esa hora cuente y cunda; voy todos los días a entrenar, y he aumentado la intensidad en los ejercicios. Ahí es donde la constancia y la disciplina salen a la luz; no es plato de gusto levantarse a diario a las 5:00 AM ( y menos aún estando de vacaciones), pero por fin empiezo a
ver resultados y el fruto de tanto esfuerzo y sacrificio, y eso hace que renueve el empeño, aunque los haya que me llamen "loco" por ello
     Creedme, no adopté #Nuncaessuficiente a la ligera; se trata de un estilo de vida, de no conformarse e ir más allá. Pero de eso ya hablaremos otro día.

jueves, 16 de noviembre de 2017

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El desayuno de los campeones

- ¿Qué has desayunado?
- Café y tostadas. ¿Y tú?
- Hierro
- ¿En ampollas, pastillas...?
- En disco y mancuernas

Empieza tu viaje

Primer paso:
     Desnúdate frente al espejo y mírate en silencio durante varios minutos. No apartes la mirada, sostenla. Después, formula en voz alta la incómoda (pero necesaria) pregunta: ¿Te gusta lo que ves? En un 95% de los casos la respuesta es negativa. Segundo paso:
     Señala qué es lo que te desagrada y quieres cambiar sin dejar de mirar (sé que cuesta), y empieza a planificar cómo vas a hacerlo (no hacer nada NO es una opción si quieres cambiar aquello que no te gusta)
     ¡Felicidades! Acabas de dar los dos primeros pasos del camino, de ti, y sólo de ti depende si vas a emprender el viaje