miércoles, 25 de junio de 2014

Mi primer amor

      Llevo un tiempo queriendo escribir esto, pero por otro, me da pereza hacerlo, por eso que llevo tanto tiempo posponiéndolo

     Una vez, medio en broma, y queriendo provocar (ya sabéis lo que me mola eso), dije en Facebook que escribiría sobre mi primer amor, para ver si alguna de las chicas se daba por aludida y me rogaba que no lo hiciera. La cosa al final no salió como esperaba, y dejé correr el asunto...

     Pero como sé que hay mucha marujilla suelta, soy hombre de palabra (si me comprometo a contar algo, ¡qué menos que cumplir con mi palabra!), y me pareció buena idea escribir esto, aunque sólo sea por hacer ejercicio de memoria.

     Siempre he sido un chaval bastante enamoradizo, y a la vez, bien, pero bien tímido, inseguro, e incapaz de dirigirme a una chica (¡si hasta tartamudeaba!), y supongo que me marcó ese primer amor (no correspondido, y el primero de muchos de esa naturaleza) de la infancia.

     Contaba con 4 añitos cuando me fijé en ella en la guardería. No era una niña excesivamente guapa; en realidad era más bien una niña del montón, con pelo moreno, ojos castaños... no sé qué es lo que tenía, pero el caso es que era mirarla, y se me ponía cara de bobalicón; todo mi interés era estar cerca de ella, verla bien próxima, quedarme mirando sus ojos, su sonrisa, su pelo, oír el sonido de su risa mientras jugábamos.... ¡vamos, que enamoradito hasta las trancas de la nena en cuestión! ¡Pero nada! Me encontraba con desplantes y rechazos (inocentes e inconscientes, pero que ahora, visto con la perspectiva de los años, dejaron su huella en mi personalidad) prefiriendo jugar y charlar con otros niños en lugar de conmigo.

      Uno de los juegos favoritos de ella era el hacer volteretas sobre una barra metálica horizontal, y por querer llamar su atención, quise intentarlo yo también... Los que me conocéis de toda la vida, sabéis que siempre he sido bastante redondito y torpón, y eso acabó como tenía que acabar: ya no recuerdo si resbalé, o si me falló el sentido del equilibrio, pero el caso es que acabé rompiéndome un brazo en mi fallida hazaña. ¿Sabéis qué es lo que llamó la atención a las profesoras? Pues que al parecer no lloré, ni grité, ni monté el numerito: las profesoras me vieron caer, vieron que la caída fue bien fea, y que el brazo no tenía buen aspecto; y sin embargo, ahí estaba yo, explicándole a las profesoras por qué me había caído, y que me dolía; pero nada más.

     Todos mis compis de clase estaban admirados por mi escayola, y os puedo asegurar que terminó pintarrajeada por todos lados (como siempre ha sido en los colegios y guarderías, chulas tradiciones que no sé si aún se conservarán), pero ella, nasti de plasti; pasando de mi.

     Un día, reuní el valor, y le pregunté así, sin anestesia si quería ser mi novia. La respuesta no fue delicada (los niños de cuatro años suelen desconocer el significado del tacto y la sutileza): un fuerte y rotundo "NO" resonó en todo el patio; y luego fue corriendo a contárselo a todo el mundo riéndose. Como podéis imaginar, eso me marcó, y mucho, mucho más de lo que jamás habría podido imaginar. Desde aquél entonces, siempre me costó muchísimo el volver a tomar valor para decirle a chica alguna que me gustaba. Aquello me sembró la semilla de la inseguridad y los miedos no a ser rechazado, si no a que se volviesen a reír de mi y ridiculizarme.

     Supongo que si ese episodio no me hubiera sucedido, mi vida habría sido otra, peeeeeeeeeeeeeeero, heme aquí, a día de hoy; creo poder decir, a nivel consciente, que la herida está cerrada, cicatrizada y sanada; aunque ha costado, y os puedo asegurar que mucho, pero muchísimo tuvo que pasar para ello; sobre todo muchos años (y más aún el darme cuenta del origen de esa timidez que llegó a ser bastante malsana en muchos casos). ¿Que si he recuperado el tiempo perdido? ¡Bueno! Eso es según como se mire; no soy un casanova, nunca lo fui, y dudo mucho que lo sea alguna vez; tampoco es que haya tenido una cantidad innumerable de parejas; pero sí que os puedo asegurar una cosa: las que tuve, las cuidé como oro en paño, y procuré cuidarlas siempre como me hubiera gustado a mí que me cuidasen, y tratarlas como el tesoro escaso que eran en mi vida. A día de hoy, cuento ya con 8 años de matrimonio y un hijo de 2 años que es mi objeto de devoción pura y dura. Supongo que esa es una respuesta afirmativa en lo que respecta a haber superado algo así ¿No?

     Durante años, esa espinita estuvo clavada en mi interior sin saber siquiera que estaba, o cuanto me había afectado, pero ahí está, ya por fin sacada. Me río a día de hoy por no haber sido consciente de ello, pero ya está; lo que pasó, pasó, y aunque no se pudo identificar en su día, ya está curado, y requetecurado. Os puede parecer una tontería, pero ahí está.

     ¿El nombre de la zagala? Lo recuerdo de la misma manera que recuerdo el color de su pelo y ojos, y su juego favorito (su cara se me ha olvidado, que tengo buena memoria, ¡pero hasta cierto punto, caray!). Su nombre era Miriam

miércoles, 18 de junio de 2014

Desde el Exilio (XXX)

    Reconozco que cuando tengo mala leche, suelo destilar mucho veneno a través de mi lengua; pero veneno puro, con el cual suelo impregnar los dardos que son las palabras que puedo soltar por esta, mi boquita. A veces, incluso me da tanto gusto la maldad que voy a soltar, me recreo tanto en su ponzoña y en el efecto que esta va a provocar, que no puedo evitar pasar mi lengua sobre mi labio superior relamiéndome, como si ya estuviera degustando el daño que mis palabras van a provocar en la psique de mi víctima.

     Hoy ha sido uno de esos días en los que he soltado uno de mis dardos a través de mis labios, cual cerbatana.

     Como ya sabéis, suelo pasar bastante del fútbol; le perdí la afición casi casi, a la vez que dejé de fumar; así como también sabéis de mi escaso patriotismo. Mas sin embargo, en la obra me encuentro a veces que mis muchachos son como críos, y les encanta picar y hacer sangre con cualquier chorrada a la menor ocasión.

     Y ahí estaban: los panameños haciendo burla a los españoles por la derrota ante Holanda en el mundial del pasado Viernes, y haciendo toda la sangre que podían; mientras estos aguantaban estoicamente el chaparrón. Cuando me vieron aparecer, vinieron a picarme a mi también, a pesar de saber que a mi el balompié me la trae bastante floja. Pero como me apetecía callarles la boca un rato, empecé a preparar ese veneno puro y malísimo que mi lengua destila; les miré con malicia mientras les escuchaba, me relamí el labio superior mientras sonreía con malicia; los dardos estaban listos para ser disparados.

¡Fuego el uno!: "Muchachos, para que a una selección la eliminen de un mundial, primero tiene que jugarlo, y para ello, ha de clasificarse para estar ahí. No sé si sabéis de lo que hablo" (Panamá nunca se ha clasificado para ninguno, al menos no en las últimas décadas)

¡Fuego el dos!: "¡Y que viva México, cabrones!" (México fue quien puso la puntilla a Panamá en las clasificaciones del año pasado) "¿Os apetecen unos tacos con tequila?"

     Ahí ya les cambió el semblante; las caras de cachondeo se borraron, y las sonrisas burlonas se convirtieron en un rictus de enfado. Mis palabras habían causado el efecto deseado; volví a relamerme, faltaba la puntilla final, pero quería darles la oportunidad de intentar replicar una débil defensa que sabía que no les iba a servir de nada.

    "¡Respete, patrón! Con eso no se bromea" decían mientras les temblaba la voz. Último paseo de mi lengua por mis labios; estaba disfrutando demasiado en la elaboración de este último dardo.

¡Fuego el tres!: "¡Vaya! Veo que la cosa os escuece. ¿Os introdujeron tal vez ese burrito por el agujero incorrecto?" (Tocado y hundido, Jaque Mate, Game Over, Fin de la partida, Señores)

     Se hizo el silencio. Les sonreí: "¡Señores! No hiere quien quiere, si no quien puede. Sabéis de sobra que a mí el fútbol me da igual; pero aún así, habéis buscado pelea, una pelea en la que sabíais que vuestros golpes no me iban a hacer mella. Aseguráos una cosa: cuando iniciéis un combate así, tened las armas correctas para atacar a vuestro contrincante. Llevo currando desde la secundaria, y el tema del vacile lo tengo bastante trillado."

     Creo que les estoy enseñando demasiadas cosas; pero lo bueno es que saben que lo hago sin demasiada malicia, y ese puntito de confianza nos permite soltarnos vaciles bien fuertes que muchos jefes y encargados no se atreven a tener con ellos. ¡Señores! ¡Que esto estrecha lazos por raro que parezca!

miércoles, 11 de junio de 2014

Desde el Exilio (XXIX) Conversación dura en el curro

-Así que ayer quisiste pegar a uno de los encargados...

-¡Ya se lo ha contado!

-No, él no me ha dicho nada. Me he enterado porque aquí os gustan más los chismes que trabajar; y si yo me tiro un pedo aquí, en 5 minutos lo sabe toda la obra. 

-¡Bueno! Que tampoco hay para tanto

-Te voy a decir una cosa: si vas a pegar a alguien, pégame a mí.

-¡Pero patrón! Usted no tiene la culpa

-El encargado tampoco, y eso no te importó ayer... así que ¡pégame! ¡Adelante! La primera es gratis

(Duda, mira al suelo, mira a la gente que nos rodea, cierra el puño, pero no se atreve a levantarlo)

-Como te he dicho, la primera es gratis. Haz el favor de mirarme a los ojos y atiende bien lo que te voy a decir: La primera es gratis; no me voy a mover, voy a recibirla. Pero ten clara una cosa: Más te vale tumbarme con esa primera; porque después empezaré yo, y te puedo asegurar que serán los 10 minutos más largos e inolvidables de tu vida.

(Le tiembla la mano; la había elevado un poco, pero ahora la deja caer inerte. Desvía la mirada al suelo; sabe que no faroleo, y que si se decide a soltar el puñetazo, no habrá vuelta atrás. Nunca nadie me había visto tan serio; y el usar un tono de voz grave, frío y calmado en lugar de gritar, les ha puesto los pelos de punta a todos. Le oigo sorber por la nariz, y con la voz temblona me dice lo siguiente)

-¡Perdóneme, patrón!

-No es conmigo con quien tienes que disculparte. Si él no ha querido decir nada, es porque tampoco te guarda rencor. Te dejaste llevar por el calentón, y tienes que saber que aunque es lo más fácil, también te puede traer muy malas consecuencias. ¡Anda! Pídele perdón a quien se lo tienes que pedir, y olvídemos todos este feo asunto ¿ok?

(Le tiendo la mano, me mira sorprendido, con los ojos vidriosos, y la estrecha)

-¡Patrón!

-Dime

-¿De verdad iba usted a recibir el golpe?

(Río maliciosamente)

-Antes de que pudieras tocarme, ya estarías en el suelo.

(Le sonrío a la vez que le guiño el ojo. Me devuelve la sonrisa)

-Creo que es la primera vez que alguien logra meterme el miedo en el cuerpo sin pegarme ni gritar.

-¡Anda! Volvamos al curro.

(El resto nos observan en silencio, y deciden volver a su tarea)

lunes, 9 de junio de 2014

Pensamientos de un Sábado por la noche

     Es Sábado por la noche y oigo las sirenas de las ambulancias desde mi balcón, al que he salido a tomar el fresco.

     Aunque sé que son necesarias, aunque sé que van precisamente en auxilio de alguien, he de reconocer que un escalofrío recorre mi cuerpo siempre que oigo ese sonido. 


     No, no me gusta el llanto de sus sirenas, las cuales, cual lamento de Banshees, no presagian nada bueno. Si las oigo gritar, si oigo ese gemido artificial, sé que nada bueno ha pasado; sé que alguien necesita ayuda, y que los minutos (o quizá horas) que han pasado desde que la fatalidad se ha producido, hasta la llegada de estas modernas entidades, se hacen eternos y angustiosos; con la incertidumbre de si ese sonido significará la salvación, o si, como el ente sobrenatural de la mitología irlandesa, son un presagio del triste final.

     No, no me gusta oír el sonido de las sirenas de las ambulancias. Quien quiera que seas, tú que la esperas, seas hombre o mujer; rico o pobre, independientemente del color de tu piel, tus tendencias políticas o la fe que profeses (o aunque seas ate@), sólo espero que no sea nada grave, y que el lamento que rompe el silencio de la noche sólo signifique el advenimiento de un final feliz a tu desventura de esta noche.

     Buenas noches, y hasta mañana, si el de arriba quiere.

sábado, 7 de junio de 2014

"El Jueves" tocado y hundido



  • Medios Sustituida por otra con Pablo Iglesias

    Censuran una portada de 'El Jueves' con el Rey y el Príncipe Felipe

    Tras el cambio de portada, el núcleo duro de los dibujantes y viñetistas de la publicación ha decidido marcharse


  • "La revista está herida de muerte. El dueño de RBA por hacerle un favor al Rey ha conseguido todo lo contario"

  • Explicación oficial de la revista: "No estamos secuestrados y el tema de la abdicación se trata en páginas interiores"


El Jueves ha cambiado de portada in extremis. El grupo editorial RBA, al que pertenece la revista, ha decidido sustituir una primera página con el Rey y el Príncipe Felipe por otra en la que el protagonismo recae en Pablo Iglesias, líder de Podemos.
Con motivo de esta decisión, la publicación afronta la salida de firmas como las de Manel Fontdevila y Albert Monteys. Ambos ya lo han confirmado en sus respectivas cuentas de Twitter. Guillermo Torres, Manuel Bartual, Isaac Rosa, José Rubio Malagón, Paco Alcázar y Bernardo Vergara también ha renunciado. Según ha podido saber EL MUNDO, habrá más abandonos en el semanario satírico.
Portada definitiva de 'El Jueves' de esta semana.
Portada definitiva de 'El Jueves' de esta semana.
Tal y como ha adelantado eldiario.es(que comparte algunas firmas con El Jueves), Fontdevila se encargaba de crear la portada de esta semana, que por la noticia de la abdicación debía centrarse en la figura del Monarca. Sin embargo, en el último momento se ha frenado el lanzamiento en quioscos. Por este vuelco, El Jueves de esta semana no se ha publicado el miércoles, como siempre, sino el jueves.
El lunes por la mañana, tras el anuncio realizado por Mariano Rajoy de la abdicación del Rey, la directora Mayte Quílez llama a varios dibujantes para cambiar la portada y las páginas de actualidad. El equipo se puso a ello y ese mismo día, unas siete horas después, el trabajo está finalizado."Sin embargo, un responsable de RBA baja a la redacción y comunica que esa portada no puede publicarse y que el número no puede llegar a la calle", aseguran a EL MUNDO fuentes de la redacción.
RBA, contactado por EL MUNDO, ha declinado hacer declaraciones: "No tenemos nada que decir". Desde El Jueves se da oficialmente una sola explicación: "No estamos secuestrados y el tema de la abdicación se trata en páginas interiores". Estos portavoces de la revista argumentan el retraso de un día en los quioscos "por haber añadido nuevas páginas sobre la abdicación".
"Desde RBA se ha explicado a la redacción que no quiere temas monárquicos en la portada de la revista durante una temporada. No sabemos de dónde viene en principio esa orden, pero eso es lo que se comunica a la redacción. Que la Monarquía es un tema tabú en portada porque no interesa a la gente. Que se mantendrá sólo en las páginas interiores", afirma una fuente de la publicación. Cierto es que el número publicado no ha sido modificado en su interior.
Una vez marcada esa directriz, El Jueves optó por recuperar una portada centrada en Pablo Iglesias, el plan previsto para esta semana antes de que la abdicación del Rey acaparara la actualidad informativa. En la mañana de este jueves, 5 de junio, los teléfonos de la redacción de la revista no han parado de sonar con llamadas de colaboradores y dibujantes pidiendo explicaciones. Una vez que las recibían, iban comunicando su decisión de no continuar en la revista.
"RBA compró El Jueves hace siete años y desde entonces se ha notado su mano. Parece que no tenían muy claro qué tipo de producto compraban", añaden desde la redacción de la revista. "La revista está herida de muerte. El dueño de RBA quería hacerle un favor al Rey y le ha hecho un flaco favor".
No es éste el primer desencuentro de la revista con la Casa Real. En 2007, la Audiencia Nacional ordenó el secuestro de un número con una portada considerada "irreverente" y que reflejaba una caricatura de los Príncipes de Asturias manteniendo relaciones sexuales. Esa portada, al igual que esta censurada por RBA, fueron creadas por Manel Fontdevila, aunque la de los Príncipes fue dibujada por Guillermo.


    Honestamente, no me ha parecido que la portada fuese tan ofensiva como esta otra:
De todos modos, la revista ya empezaba a perder pegada; ya no tenía tanta gracia como antes; y me empezaban a chirriar sus dobles raseros.

   Aquí en Panamá la echaba de menos, pero cada vez esa extrañeza era menor debido a la caída de la calidad de sus chistes y el cada vez mayor número de páginas dedicados a la publicidad. 

   Lo siento por la revista, pero con esto ha dejado claro que es el principio de su fin.

domingo, 1 de junio de 2014

Nunca, nunca perdamos la esperanza (De la página de www.hazteoir.org)

Fernando, ejemplo de vida: "¿Acaso mi hijo no tiene el mismo derecho a vivir que cualquier otro?"

Fernando nació con menos de 25 semanas de gestación y 740 gramos de peso
"Un gran luchador, un niño maravilloso con sus manitas pequeñas, su cabecita redonda y una nariz perfecta. Mi hijo con tan sólo cinco meses y pico estaba vivo"
"Fernando era y es un ejemplo de vida, una oportunidad para hacer ver al mundo que existe vida desde la concepción"
"Tener un hijo prematuro es una carrera de fondo con demasiados obstáculos, pero de repente un día ves la luz al final del túnel"
"Respetemos la vida, respetemos a las personas y hagámoslo por encima de nuestro mal llamado derecho a la libertad de elección"
Nacido gran prematuro, con 24 semanas y 740 gramos de peso, cuando la ley española ni siquiera le reconocía la categoría legal de “resto humano”, Fernandito sigue dando un incontestable testimonio. 
REDACCIÓN HO.-Fernando,  un ‘bebé milagro’ que nació en la semana 24 de gestación, ha conmovido a miles de personas a través de las redes sociales, y sigue dando testimonio  de sus ganas de vivir. Si las cosas hubieran salido como estaban previstas, Bosco y Blanca le habrían tenido el próximo mes de junio; sin embargo, a veces Dios tiene otros planes para nosotros, y así el pasado 2 de marzo, cuando pesaba menos de tres cuartos de kilo y aún la ley española ni siquiera le reconocía la categoría legal de “resto humano” (la reconoce a los fetos a partir de a las 28 semanas de gestación) vino al mundo Fernandosu tercer hijo.
Desde el primer día, Bosco y Blanca se dieron cuenta de que el ejemplo de superación de su hijo podía ayudar a tantas chicas que, desanimadas y desesperanzadas, a veces solas y sin ningún apoyo familiar, deciden poner fin a su embarazo eliminando a su hijo. Con este objetivo, y con el de pedir oraciones para Fernando, comenzaron el hashtag #rezoporfernando, que ha alcanzado miles de impactos en las redes sociales y que ha dado la vuelta al mundoBlanca escribe, como orgullosa madre, un conmovedor testimonio en Infovaticana, que ofrecemos a continuación:
Hace menos de nueve meses descubrimos con alegría que estaba embarazada de nuevo. Siempre quise formar una familia y siempre quise tener hijos, aunque nunca imaginé que antes de cumplir cuatro años de matrimonio tendría ya tres niños maravillosos.
Blanca, la mayor, acaba de cumplir tres años. Bosco cumplió dos hace apenas quince días y Fernando, el pequeño, tiene ya tres meses. Y es con Fernando, Fernandito como ya le conoce todo el mundo con quien empieza esta historia.
Como decía entes, hace menos de nueve meses supimos que seríamos padres por tercera vez. Mentiría si dijera que no nos preocupó como seríamos capaces de salir a delante con tres niños tan pequeños, pero, sin duda, la emoción y la felicidad de ser padres de nuevo supera cualquier miedo.
Los primeros meses de embarazo fueron bien hasta que todo se complicó y tras varias semanas en reposo me ingresaron en el Hospital Universitario de la Paz. Tres días más tarde nacía Fernando con menos de 25 semanas de gestación y 740 gramos de peso.
Fernandito quería salir y yo no pude evitarlo. Tardé más de cuarenta y ocho horas en conocerle. Fueron días difíciles que pude superar gracias al apoyo de mi marido y mi siempre mejor amiga, mi madre.
La primera vez que vi a Fernando me sorprendió. Pensaba que sería más pequeño, menos niño que mis otros dos hijos. Sin embargo, tras el cristal de la incubadora, descubrí a un gran luchador, un niño maravilloso con sus manitas pequeñas, su cabecita redonda y una nariz perfecta. Mi hijo con tan sólo cinco meses y pico estaba vivo.
Me dieron el alta, regresé a casa y dejé a Fernandito en manos de médicos y enfermeras. Mis otros dos hijos no entendían nada, el pequeño no me hablaba y la mayor lloraba y protestaba por cualquier cosa. Tardamos más de un mes en hacerles comprender que, si Mamá no había estado para darles un beso de buenas noches, era porque había nacido su hermano pequeño.
Unos días después, cuando Fernandito tenía menos de una semana, Bosco, mi marido, con lágrimas en los ojos me dijo que todo saldría bien, que Fernando saldría adelante y que antes o después estaría en casa con nosotros. ¿Cómo no iba a sobrevivir? En él había vida, era un gran luchador dispuesto a todo por quedarse con nosotros.
Fue entonces cuando recordamos un video que vimos juntos unos días antes de que naciera Fernando. Un video en el que mostraban como niñas y mujeres abortaban en una clínica de Madrid con veinte y veinticinco semanas de embarazo.
Recuerdo ver ese video y echarme a llorar viendo como asesinaban a niños como el que yo llevaba dentro.
Siempre hemos estado en contra del aborto porque siempre hemos creído que hay vida desde el principio, y ahora, más que nunca hemos podido ver como esa vida es real, como esos niños que muchos no consideran personas hasta que nacen, son fuertes, son luchadores, están vivos, lloran y quieren salir adelante.
por todo ello, mi marido me propuso contar nuestra historia, contar la historia de Fernandito y hacerlo a través de las redes sociales. Nunca me imaginé hablando de mi hijo en internet, colgando fotos y desvelando nuestra intimidad. Sin embaego, mi marido tenía razónFernando era y es un ejemplo de vida, una oportunidad para hacer ver al mundo que existe vida desde la concepción.
Y así es como empezó en twitter @bpelayom #rezoporfernandoUna cuenta a través de la cual hemos recibido el apoyo de miles de personas a las que estaremos siempre agradecidas.
Este es el proyecto personal de mi marido. Un reto que no siempre es fácil llevar a cabo, porque son muchos los días que hemos llegado a casa destrozados, tristes y apenados por nuestro hijo. Y a pesar de ello, Bosco siempre ha encontrado tiempo, ánimo y fuerzas para escribir y contar hasta el mínimo avance.
Admiro a mi marido y lo hago por su entereza, por su esperanza y por su fe. No es fácil vivir todo lo que hemos vivido, mantenerse y mantenerme a flote, apoyarme y seguir dando ejemplo de cómo Fernando está vivo, lucha y es persona.
Nuestro mundo ha dado un giro de 360 grados. Todo aquello a lo que dábamos importancia ya no la tiene porque, sin duda, Fernandito está por encima de todo.
Vivimos en una montaña rusa, hay días buenos en los que creemos que queda poco para tenerle en casa. Otros, los duros, salimos de la UCI con lágrimas en los ojos sin saber que va a pasar con él.
Hemos pasado por todo tipo de complicaciones, corazón, pulmón, vista etc. Y ahora, Fernandito centra sus esfuerzos en aprender a respirar.
Tener un hijo prematuro es una carrera de fondo con demasiados obstáculos, pero de repente un día ves la luz al final del túnel y te das cuenta de que pronto, muy pronto, tu hijo estará en casa.
Es un camino duro que aún seguimos recorriendo, pero no podemos dar más que gracias a Dios por nuestras respectivas familias que se desviven por nosotros, por tener a Blanca y a Bosco que nos alegran los días difíciles, por los miles de conocidos y desconocidos que nos apoyan y por el magnífico equipo de la Paz, esos ángeles de la guarda que cuidan con cariño diariamente a nuestro hijo.
Estoy convencida de que Fernando saldrá adelante, que aprenderá a respirar y a comer, que llegará a casa, conocerá a sus hermanos crecerá, andará, hablará y reirá.
Y estoy convencida de ello porque tenemos fe ciega en él y en Dios. Pero para todos aquellos que no crean en Dios, sólo puedo decirles que tengan fe en la naturaleza y en el instinto de supervivencia del hombre. Estos niños son vida y prueba de ello es que sobreviven.
Respetemos la vida, respetemos a las personas y hagámoslo por encima de nuestro mal llamado derecho a la libertad de elección.
Soy madre y soy católica, pero sobre todo soy la que soy porque respeto y defiendo el derecho a vivir por encima de cualquier creencia, educación o ideología.
Blanca Pinedo Texidor.