lunes, 30 de septiembre de 2013

Micropensamientos de un Lunes (II)

(Esto originariamente era un Tweet, pero aprovecho que aquí no estoy limitado a un número X de caracteres) 

   
   Sr Artur Mas, Sr Mariano Rajoy: Últimamente, se les llena a ustedes la boca con la expresión "Mi país". Sinceramente, y viendo el trato que cada uno de ustedes da a "su país", comprenderán que tanto la nación de uno, como la del otro, me la vengan trayendo lo que viene a ser bastante floja. 

¿Este es el país con el que ustedes sueñan? ¿Uno en el que aumentan el gasto público en las poltronas y sueldos de sus políticos mientras recortan en cosas tan básicas como salud y educación, y luego le echan la culpa a cualquiera menos a ustedes mismos de su pésima gestión y su desmesurada jeta?; pues lo vuelvo a repetir: Paso como de la mierda del país de uno y del país del otro. 

   Hagan las cosas bien, e introdúzcanse sus banderitas (con palo y todo) por el recto, en lugar de usarlas para encabronar a la población y así desviar la atención de sus trapisondas, choriceos y mentiras.

Atentamente,

Un servidor

Micropensamientos de un Lunes



   Bonita forma de acabar un Lunes "muy Lunes": Después de aparcar en mi barrio, me dirijo a la guarde a buscar al enano (buen ejercicio; medio kilómetro cuesta abajo con la mochila, y otro medio cuesta arriba con mochila, carrito y niño+ subir las escaleras del portal cogiendo carrito+niño a pulso), y me cruzo con una chica musulmana.

    Cruce de miradas: yo miro el pañuelo que cubre sus cabellos y enmarca su rostro (pero no lo cubre), ella mira la cruz que llevo colgando al cuello y que casualmente está por fuera de la camiseta (luego me doy cuenta que miró justo ahí por que le quedaba a la altura de los ojos debido a mi estatura). Segundo cruce de miradas; esta vez, ambos a los ojos, un silencioso saludo consistente en una franca, cordial y amistosa sonrisa mutua mientras ambos seguimos nuestro camino. 


   Estas cosas son las que molan, y las que me hacen creer cada vez más que podemos convivir perfectamente, a pesar de los prejuicios y de los extremistas y fanáticos. Esas cosas (prejuicios, extremismos, demagogias y fanatismos) se los dejo a esas personas que viven más pendientes de atacar a los demás y pasarse el día masticando y respirando odio; ese es su hobby, su modus vivendi, y ellos sabrán por qué eligen vivir así.


   Quiero creer que somos un espejo que devuelve aquello que recibe; pero ¿No estaría bien que a veces seamos capaces de romper la dinámica del ceño fruncido? Haced la prueba: no cuesta tanto

lunes, 16 de septiembre de 2013

Memorias de un Zombie Adolescente


   En el vuelo de ida a España, como no podía dormir, aproveché para ver un par de películas durante el viaje. No me decidía porque el listado, aunque amplio, no era demasiado inspirador. Navegando una y otra vez por el menú, me encontré con el título "Warm Bodies"... "¡No puede ser! ¿Una porno?" Me dije; y es que la traducción literal del título (Cuerpos Calientes/Cálidos) hizo volar mi calenturienta imaginación. "Démosle al play, y que comience el show" Me dije.... ¡Juas! La primera en la frente; la traducción (sí, tenía la opción de verla en Español) era en Español latino, y era "Mi novio es un Zombie" Empezó el espectáculo en mi cerebro preguntándome en qué momento aparecería Alaska; y es que ese título es igual al de su famosa canción



    En realidad, se trataba de una película sobre la que ya leí hace tiempo en internet, y cuyo título en Español (castellano) es "Memorias de un Zombie Adolescente". Lo poquito que leí sobre la película era: La historia de Romeo y Julieta entre un zombie y una humana, al más puro estilo "Crepúsculo"  Comprended que el cachondeo que me traje con el tema fue mayúsculo. Imaginad la discusión de pareja: "¡Esto está muerto!" "¡Sí, claro, échame la culpa a mi!" o que cuando él le dijera "Estás para comerte" probablemente lo diría en el sentido literal de la palabra; o que a lo mejor el miembro viril de él sería como los M&M's "Se deshace en tu boca, no en tu mano"

   Coñas aparte, empezaré a hablar de la película: Toda la historia es contada desde el punto de vista del Zombie; una interesante novedad si tenemos en cuenta que hasta ahora veíamos a los zombies como cuerpos torpes que se mueven sin gracia alguna y que, difícilmente pueden pensar debido a los gemidos y gruñidos que emiten. El caso es que el protagonista, cuyo nombre es "R" se dedica a deambular en un futuro post-apocalíptico rodeado de otros zombies; pasa su tiempo intentando averiguar a qué se dedicaban el resto de personas que se encuentran en su condición, pues no recuerda nada siquiera de su propia vida.

Cariño te siento muy dentro de mi; pero con eso de que los
muertos os descomponéis, creo que te has dejado algo... ahí
   Mientras tanto, los humanos mandan una pequeña incursión de jóvenes al exterior a por medicinas. En la escaramuza que tienen con los zombies, R ataca y se come parte del cerebro del Ex-novio de la chica protagonista (ni me he molestado en aprenderme su nombre de lo mala que me pareció la película), y acto seguido la ve a ella y... ¿se enamora? Parece ser que sí; y R decide llevarla a su "casa" (un avión abandonado), y protegerla, mientras expone una interesante "teoría": El cerebro de los humanos no es sólo la parte más deliciosa, si no que además, en él se conservan los recuerdos de la víctima, y al ingerirlos, el Zombie los revive en su interior como si fueran propios. La cosa entonces es ¿Se ha enamorado de ella realmente por lo guapa que es (que os aseguro desde ya que la muchacha no es para tanto), o porque se ha comido el cerebro del ex-novio que aún sentía algo por ella? (también es casualidad que, de todos los recuerdos que pudiera tener el chaval, los más repetitivos sean los de una relación que ya no existía y que él mismo rompió. ¿Se podría considerar entonces que R estuvo comiendo una pastelada?)

   El resto ya es una cabalgada entre ambos mundos donde una es una especie de hamburguesa con patas, y el otro un monstruo horripilante sin sentimientos ni nada que le suponga remotamente humano, para al final, ver cómo triunfa el amor (¡Puajjjj, qué pastelada! ¿Puedo quitarla ya? No, si quiero criticarla a gusto, tengo que obligarme a ver este terrible truño hasta el final)

Sí, ahora los zombies son guaperas
   ¿Qué más puedo decir? ¡Ah, sí! ¡Qué puñetera casualidad que el protagonista permanezca aún entero, sea guapo, y no huela a muerto! ¿No? ¿A donde habrán ido a parar los muertos en descomposición? ¡Cuanto daño ha hecho la historia de los vampiritos bañados en brillantina que relucen con la luz del sol! ¡Qué dañino es Hollywood con las modas! Primero los vampiros, ahí metemos hombres-lobo en la misma saga; ahora probamos suerte con los zombies... ¿Qué será lo próximo? ¿"Me enamoré de una momia"? ¿"El adolescente monstruo de Frankestein se enamora"?

¿Por qué, John Malcovick, por qué?
   Mención especial merece el idolatrado actor John Malcovick, el cual encarna al padre de la protagonista y que (otra casualidad) es el que dirige a las milicias humanas en su eterna lucha por la supervivencia contra los zombies. Jonh, John, John.... ¿Por qué te has involucrado en semejante mierda de película? ¿Pagaban muy, pero que muy bien, o te hacía muchísima falta el dinero? Porque no me creo que la historia te cautivase; ni que el papel que interpretaste fuese algo tan sumamente profundo e inspirador... ¡Venga, tío; que eras un secundario bastante chusco cuyo papel podía haber interpretado cualquiera! Repito: ¿Tanta falta te hacía el dinero? ¿O es que la productora, sabiendo el bodrio que iba a llevar a las pantallas, quiso contratar a un actor conocido y consagrado para salvar un poco los muebles con la esperanza que el tenerte en el reparto haría un "efecto llamada" y así no fracasar demasiado estrepitosamente en la taquilla?

    Pues eso, gente, que por mierdas como esta es por lo que el cine está viviendo en muchos aspectos, la debacle que está viviendo... es decir, que si uno va al cine a ver algo así, acaba vomitando las palomitas; pero no por las vísceras que se puedan ver (¡Ni una sola! ¿Qué mierda de peli de Zombies es esta?), si no por la bazofia que es. ¡SI ROMERO LEVANTARA LA CABEZA! (La volvía a meter echando najas dentro del agujero)

martes, 10 de septiembre de 2013

Un bar cualquiera

   Era un día cualquiera entre semana; daría igual que fuese Martes, Miércoles... a esa hora de la mañana, el bar solía lucir vacío, y Manolo aprovechaba para hacer algo de zapping desde la barra.

   Todo estaba recién barrido y fregado, los pucheros estaban en el fuego preparando de forma lenta ("Como tiene que ser" decía siempre) la comida para el mediodía, y las tapas estaban perfectamente conservadas en las vitrinas. Como de costumbre, nada parecía que iba a perturbar esa solitaria rutina de todas las mañanas... cuando, inesperadamente, aquel hombre entró.

   No parecía ser del pueblo; no es que se tratase de un pueblo pequeñito donde todos se conocieran, pero Manolo tenía muy buen olfato para distinguir a alguien que no fuera un lugareño.

- Buenos días.- Saludó el extraño.
-Buenos días.- Respondió Manolo -¿Qué va a ser?
-Pues una caña. Sé que es temprano, pero el calor que hace en la calle es insoportable
-¡Qué me va a decir que no sepa! En estas fechas el Lorenzo pega de lo lindo.

   Definitivamente, el individuo no era del pueblo; de lo contrario, no se quejaría tanto del calor al que la gente del lugar estaba ya más que acostumbrada. Mientras tiraba la caña, Manolo le dirigió miradas furtivas, y llegó a la conclusión clara que aquel hombre debía haberse perdido: Un traje demasiado formal para un pueblo tan pequeño, un maletín... no, definitivamente, aquel tipo no era del lugar. Le sirvió una caña perfectamente tirada: con su proporción justa de espuma y tan fría, que no necesitaba que el vaso hubiera estado en el congelador.

-Póngame también algo de picar, por favor.- Dijo el extraño.
-¡Por supuesto, faltaría más!- Exclamó Manolo al tiempo que le ponía una tapa con unos chorizos a la sidra.- Le van a encantar estos chorizos; son de los cerdos de un vecino ¡los mejores de la región! y la sidra es de la que hace mi hermano... Todo el que los prueba, repite.
-Entonces estoy deseando probarlos.

   Con una sonrisa de satisfacción al ver cómo el individuo entrecerraba los ojos de placer tras el primer bocado, Manolo volvió al rincón de la barra donde estaba apoyado antes de la entrada del cliente. Este, empezó a pasear la mirada por el local, y sus ojos se posaron en la pieza de madera que estaba colgada en la pared tras la barra.


-Bonita garrota... ¿es decorativa?.- Dijo en un tono aparentemente jovial
-En parte.- Respondió Manolo.- Perteneció a mi padre, al cual se la dio mi abuelo junto con el bar; ambos son negocios familiares con muchos años de tradición. Esta garrota es totalmente maciza, y tiene sus añitos ya... Mi padre sólo tuvo que utilizarla una vez; mi abuelo varias, pero ¡claro! eran otros tiempos... Yo la tengo ahí más como un recuerdo que como otra cosa.
-Pues se ve muy nueva. La tiene usted muy bien cuidada
-Al igual que el bar. Nunca hay que olvidar las raíces de uno, y hay que saber cuidar lo que nos quedan de nuestros seres queridos; pues al fin y al cabo, polvo somos, y al polvo volvemos; pero el bar... el bar aquí sigue... y seguirá mientras viva y tenga fuerzas para llevarlo. La garrota la bajo una vez al año para renovarle la capa de barniz, y la vuelvo a colgar.
-¿La inscripción la puso usted, o ya estaba?.- Preguntó el forastero
-La puso mi padre. Como le dije, sólo la uso una vez: un mozo bebió bastante, y luego se negó a pagarle; mi padre insistió, y el guaje se puso farruco. Padre bajó la garrota y empezó a zurrarle hasta que el chaval soltó hasta la última perra... ¿Y la garrota? ¡Ahí sigue! Es increíble la cantidad de golpes que pudo sacudir mi viejo sin que la garrota se resintiese. Tras aquello, la voz se corrió por todo el pueblo, y mi padre le puso la inscripción y la colgó ahí, como recordatorio de lo que le puede pasar al que no pague.

   El silencio volvió al local tras la historia de la garrota; silencio sólo roto por el murmullo del televisor al que Manolo volvió su atención mientras el desconocido volvía a beber su cerveza. Pasado un rato, el individuo volvió a hablar.

-¿Nada interesante en la televisión?
-¡Nada! Programas de marujeo. La verdad es que la programación cada vez apesta más. Para ver esto, prefiero quedarme en la plaza oyendo a las señoras hablar sobre la gente del pueblo.- Dijo mientras apagaba el aparato.- Al menos, hablan de gente que conozco y veo a diario.
- Cierto
- Si no fuera por el fútbol... Antes no había televisión en el bar, y aquí habían partidas de Mus, de Dominó... pero son cosas a las que la gente ahora no tiene tanta afición. Así que decidí ponerla hará cosa de unos diez años para darle a las nuevas generaciones su ración de fútbol. Antes era más fácil; pero luego llegaron las mierdas estas modernas; y primero que si el decodificador para la TDT, luego que si el "Pay per view"... el caso es que he tenido que gastarme auténticos pastizales para poder disfrutar de tardes de fútbol con los hombres del pueblo... No me renta tanto como yo creía...
-Ya veo...
-¿Va a tomar algo más?.- Ofreció Manolo.- ¿Otra cervecita? ¿Alguna sidrina tal vez?
-No gracias, de hecho estoy de paso por trabajo, y tampoco puedo entretenerme mucho más.
-Pues entonces le voy cobrando para no entretenerle más. 1,50€ van a ser
-Ya...- Dijo el extraño.- Verá, yo soy de la SGAE, ya sabe: la Sociedad General de Autores y Editores, y venía por trabajo. Me dijo que su televisión lleva hay diez años ¿verdad?
- Sí... - Respondió titubeante Manolo
- Pues voy a tener que echar las cuentas por el concepto de canon antipiratería de todos estos años; al fin y al cabo, usted se ha estado lucrando con los contenidos televisivos
- ¡Pero si ya le he dicho que no me ha rentado ni merecido la pena!- Protestó Manolo
- Señor mío.- Dijo el desconocido.- La ley es la ley, y usted tiene que pagarme. Y llevando como lleva aquí el televisor diez años, le puedo asegurar que la deuda acumulada es tan grande, que creo que puede usted pasar por alto la caña que me he tomado con todo lo que me tiene que pagar.

   Manolo tuvo que contar internamente no hasta diez ni hasta veinte, si no hasta cincuenta para no berrearle a aquel tipejo que no sólo no estaba dispuesto a pagarle la consumición, si no que, además, quería sacarle dinero con a saber qué puñetas de ley. Como pudo, se serenó, y acercándosele, le dijo.

- Mire, no sé de qué demonios me está hablando, pero este es mi negocio, como lo fue antes de mi padre, y anteriormente, de mi abuelo; y de aquí nadie se va sin pagar. ¿Viene usted además a cobrarme por una televisión que ya pagué en su día, y por unos contenidos que ya pago religiosamente cada mes?

   El forastero trató de no inmutarse, pero empezaba a sentirse realmente incómodo con la situación. Estaba acostumbrado a que la gente, amedrentada, le pagase sin más

- Sí, señor mío. La ley nos ampara; la ley que abarca todo el territorio nacional español.
- Escúchame bien, y hazlo con atención, porque no lo voy a repetir.- Dijo Manolo en un tono neutro, pero amenazador.- España se acaba en cuanto entras por esa puerta; una vez que la atraviesas, entras en mi territorio donde yo soy dueño y señor, y las leyes las marco yo. Así que te digo lo que vas a hacer: Vas a pagarme la consumición, y me vas a dejar una buena propina; y tras eso, te marcharás para no volver. De lo contrario, siguiendo la tradición familiar, bajaré la garrota como hicieron mi padre y mi abuelo antes que yo, y no pararé hasta partírtela en las costillas, ¿estamos?
- Es un farol.- Dijo el individuo cada vez con menos aplomo y seguridad en sí mismo.
- Aquí no faroleamos.- Respondió Manolo.- Eso se lo dejamos a los señoritos trajeados de ciudad como usted, aquí en este pueblo todos cumplimos con nuestra palabra; así que, o paga usted y se marcha, o mañana aparecerá en las necrológicas del periódico.

   El tipo no quiso arriesgarse; buscó nerviosamente en su cartera hasta sacar lo primero que encontraron sus dedos (un billete de 20€), lo deposito nerviosamente sobre la barra, y se marchó a paso apresurado sin despedirse siquiera. Manolo recogió el billete, lo metió en la caja registradora, y se dispuso a lavar el vaso y el plato de la tapa mientras volvía a dirigir su atención al televisor.

- ¡Pues sí!.- Se dijo.- Un día más.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Los necesitados, las nuevas armas arrojadizas de los hipócritas

   Este verano, durante mi breve retorno a tierras patrias, tuve ocasión de ponerme al día a pie de calle de la realidad de mi barrio. Vale que por la prensa veo que mi país sigue cada vez más castigado, mientras la castaza política sigue sin apretarse el cinturón que no dudan en ajustar cada vez con más saña a la gente del pueblo que realmente se esfuerza y trabaja (no como ellos) y que no tiene la culpa del desaguisado que hay montado.

   El caso es que en la puerta de un supermercado, me encontré con una chica joven pidiendo comida para sus hijos. Ya había oído hablar de esta persona; de Lunes a Viernes trabaja; y los Sábados suele ir a pedir a la puerta de dicho mercado. No pude ni mirarla a los ojos... me dolía su situación. Algunas personas pre-juzgan enseguida a la gente, y directamente suelen ignorar a estas personas, hacen como que no existen; y por desgracia, es una situación cada vez más "normal".

   Desde bien niños nos enseñan que no todo el que pide lo hace por genuina necesidad: que hay mucho yonki y adicto al alcohol y el juego que lo que buscan con la limosna de la gente no es subsistir, sino pagarse los vicios. Lamentablemente, muchas veces, ese mensaje que nuestros progenitores nos han transmitido, no han estado errados del todo; yo, personalmente, he perdido la cuenta de casos que les han sucedido a familiares y amigos; los cuales, cuando la persona que les pedía dinero les decía el argumento aprendido: "Es para comer", les daban comida directamente, para encontrarse cómo, a la vuelta de la esquina, la comida había sido tirada a la papelera (cuando no al suelo directamente)

   No, mi caso no era por ignorarla; yo no pude sostenerle la mirada porque me dolía demasiado su situación, su sufrimiento. Por un momento me vi en su situación, y pensé lo desbordado que estaría por la desesperación, y lo avergonzado que me sentiría de tener que verme en la situación de pedirle ayuda a los demás cuando mis manos son perfectamente capaces de trabajar y ganar el sustento para mi familia y para mi. Me sentí terriblemente afortunado dentro de lo difícil de mi situación: viéndome obligado a marcharme a 8.000 kilómetros de la familia, o enfrentarme a la alternativa del desempleo y verme como ella; al menos yo tengo trabajo y puedo llegar a final de mes.

   Entré al supermercado a hacer la compra y, habiéndolo hablado con mi mujer, decidimos que compraríamos algo para ella. ¿El qué? Lo fácil sería gastarse lo mínimo y comprar azúcar, sal, leche, arroz... cosas baratas con las que engañarse uno mismo diciendo que ha hecho algo, y así (mal) acallar a esa puñetera conciencia que nos remueve por dentro ante estas situaciones de dolor ajeno. No, yo quería poder ofrecerle algo más que lo acostumbrado. Me dirigí al estante de la carne y le cogí un par de paquetes de filetes. Cuando salimos de allí, aún no me atrevía a mirarla a los ojos; la habíamos ayudado a aliviar un poco su situación, sí, pero sabía que era insuficiente. Ella se deshizo en agradecimiento, no paraba de decirnos que eso para ella era un lujo... y aún así, subía que no era suficiente, y no podía mirarla a los ojos, por mucho que ella dijera que la habíamos ayudado mucho.

   Esa tarde, me encontré en una red social la enésima foto donde se ve una procesión de semana santa mientras hay un vagabundo tirado en la calle. El mismo tipo de foto que parece haberse puesto de moda y que se usa para criticar tanto a la iglesia, como a los creyentes que formamos parte de ella; y la había publicado un conocido mío (el concepto de "amigos" en las redes sociales es un tanto ambiguo y disperso). Desde la JMJ de Madrid 2011 me he encontrado mucho con esa situación; y antes pasaba del tema, me resbalaba lo que hicieran o dijeran los demás; pero desde que sufrí en propias carnes los "delicados" argumentos de aquellos que se dicen "tolerantes" y que nos acusan de cínicos, hipócritas e incoherentes, mis niveles de pasotismo y tolerancia hacia ese tipo de gente han descendido a niveles que no podéis ni imaginar.

Aquí tenéis vuestro "Cuerno de África",
termino neo-hippie-pijo para designar
 a la Somalia de toda la vida. Pero claro....
La situación sigue siendo la misma desde
finales de los 80 hasta hoy. NADA cambió


   Es decir, me cabrea, y mucho, lo que esos HIPÓCRITAS (y sí, lo digo con mayúsculas porque esa gentuza me está tocando ya demasiado lo que no suena) hacen con esa gente. Cogen a personas que están en situación de necesidad y ¿hacen algo por ayudarles, por aliviar su dolor? NO; se limitan a utilizarles. Sí, como lo leéis, para ellos, en realidad, esa gente no les importa NADA; no les importa para nada más que para utilizarla como arma arrojadiza contra los creyentes. Por poneros un ejemplo: Durante la Jornada Mundial de la Juventud, estuvieron bombardeando insistentemente por todas partes con la situación del "Cuerno de África" ¿Perdóooooon? ¿Donde decís? ¡Ah, sí! ¡La SOMALIA de toda la vida! (Se ve que al periodista de turno le pareció buena idea renombrar la región, y tuvo éxito en ello) La Somalia que ya llevaba en una mala situación desde finales de los 80, y por la que ningún político español ha hecho NADA (ni el famoso 0,7% prometido en la era de Felipe González que NUNCA llegó); la Somalia sometida por los extremistas musulmanes donde desde hace ya varios años no pueden entrar cooperantes o miembros de ONG alguna con la total certeza que no les va a pasar nada. La Somalia que a día de hoy, a pesar de vuestras criticas, vuestros "me gusta" de Facebook, y "RT" de Twitter sigue exactamente igual que hace casi 20 años. Pero claro, eso ya os da igual ¿verdad? Cumplieron su función durante aquel verano, y en Octubre, ya os habíais olvidado de ellos. ¿Ibais a ayudarles? ¿Ibais a hacer algo? NO, al igual que con el mendigo que pide en la estación de Metro, o la mujer del supermercado, miraréis para otro lado, haréis como que no existen; algunos os cambiaréis de acera (no vaya a ser que os haga algo, ¡qué horror!), otros fingiréis una llamada de móvil, y otros le haréis el mismo caso que le hacéis al ruido del motor de los coches al pasar... ¡os importan una mierda! pero sin embargo, durante el ratito en el que os da por criticar a los demás, bien que os acordáis de ellos, bien que los utilizáis como si fueran un objeto,  quitándoles lo poquito que les podría quedar de dignidad humana al convertirlos en cosas... ¿y después? ¡A otra cosa mariposa! Sí, lo sigues pasando mal, y me da mucha penita, pero que se ocupe la iglesia (que tiene muchas riquezas), que yo estoy muy ocupado con mi Iphone, mi Ipad y mis podcast y... ¡Ay que ver qué poca vergüenza, que en los bares nos dan garrafón! ¡Al precio que están las copas! Pero eso sí, que no me falte la última edición del FIFA o del Call Of Duty, no me puedo perder el próximo concierto del artista de moda (en cuya entrada me dejaré un dinero con el que podría haber dado de comer durante un mes a 8 niños del "cuerno de África", ¡Ah, pero ya han dejado de serme útiles, por lo que no existen!), o el enésimo partido del siglo (aunque en este año esos dos equipos se enfrenten ya por quinta vez) donde llevaré mi camiseta que me ha costado la friolera de 100€ más todas las cervezas/cubatas que pueda consumir esa noche... ¡Y luego le toca a la iglesia el cargar con la etiqueta de hipócritas! Puede que muchas personas que la conformen lo sean, no niego que haya sacerdotes que se les ha olvidado lo que es la humanidad, pero... ¿sois vosotros tan buenos y superiores moralmente como os creéis o decís ser? ¿Qué tal si os informáis un poco sobre el Coltán, material con el que se fabrican vuestros preciosos ordenadores portátiles, teléfonos móviles e "imprescindibles" tablets? Sí, esos aparatitos desde los que os dedicáis a criticar una y otra vez y desde los que, por un breve lapso de tiempo, os acordáis de esas personas necesitadas, aunque sea sólo para "cosificarlas" convirtiéndolas en un mero instrumento de vuestra argumentación.
Para la obtención del Coltán se usa a niños en sus minas, hay sangrientas guerras por el control de sus minas...
Todo para que tú tengas el último modelo de teléfono móvil o tablet; pero sigue mirando hacia otro lado...

Niño trabajando en una
mina de Coltán
    Seguid, seguid así: criticando, atacando, pero no haciendo nada. Puede que unos sean malos por no hacer nada para remediar la situación de esa gente; otros serán aún peores por ignorarles; pero, vosotros que no sólo no les ayudáis, si no que además les utilizáis en beneficio propio ya no para sustentar un debate político o remover conciencias para ayudarles, si no para obtener la satisfacción personal de haber respaldado un argumento en vuestra discusión o punto de vista para sentiros "moralmente superiores", vosotros ¿qué sois? Os lo respondo desde ya: Sois MONSTRUOS, los peores de todos; sólo equiparables en maldad a aquellas personas que son responsables de forma directa o indirecta de su situación.

   No ayudé puntualmente a aquella mujer para poder presumir de guay y de solidario (eso se lo dejo a quienes su ego sea más importante, para aquellos quienes necesiten de la aprobación de los demás; es más, vuestra opinión sobre mí y sobre lo que haga o deje de hacer, me la viene a pelar lo que viene a ser muchísimo); de hecho, ni siquiera tenía intención de mencionar este tema; pero quiero que veáis que se puede echar una mano: simplemente renunciando a algunos lujos y caprichos (No hace falta que mi móvil sea de Apple, no tengo una tablet ni p*** ganas de tenerla, no necesito un BMW de chopocientos caballos, y hace mucho que puedo pasar perfectamente un fin de semana sin ponerme hasta el culo de alcohol sin decir que ha sido una mierda de fin de semana), que el que uno se ponga a criticar abiertamente con cuatro fotos y cinco consignas, o maldiciendo a determinadas personas y grupos NO AYUDA, NI ALIVIA a esa gente, y que si realmente te preocupan, si realmente te apena su situación, si realmente te importan como seres humanos: ¡CÁLLATE LA PUTA BOCA Y HAZ ALGO!

¡Anda mira, la Iglesia en Somalia (durante el 2011 conocida como "El Cuerno de África")! Dime ¿donde C*** estabas tú?
 
Otro ejemplo más de gente que hace algo en lugar de criticar. Muchas de estas personas están haciendo algo gracias al donativo de otros (sí, el dinero sirve para algo más que para comprarte cosas caras o de último modelo)