martes, 26 de junio de 2012

Música de mi adolescencia

   De estas que a uno le da por recordar el tipo de música que escuchaba en la adolescencia, para ver cuanta gente recuerda estos temas.
   Empecemos:

   Esta canción sonó durante casi toda la década de los 90. En realidad en España se popularizó gracias a la coreografía que Paco Pil se inventó para ella. ¿Quién no la ha bailado alguna vez?

   Y hablando de Paco Pil...

   Creo que he perdido la cuenta de la de veces que he escuchado esta canción, y que me he meneado al sonido del banjo. Canción desenfadada donde las haya, aunque más adelante, me empezó a gustar bastante esta otra.



   Del ramo de los DJ's discotequeros era también Chimo Bayo, cuyo siguiente tema también se popularizó bastante:

   La canción luego fue identificada como un himno a la droga que empezaba a consumirse (Éxtasis) y poco a poco fue cayendo en desgracia. A día de hoy hay gente que antes la bailaba y tarareaba, que ahora reniega de ella. Personalmente, me gustó más la siguiente:



  Volviendo a tierras extranjeras, este tema también sonó bastante en mi "walkman"



   Aunque mi favorita fue la siguiente. Tal vez por que me aprendí la coreografía de memoria en mi viaje de fin de curso:

   Sed comprensivos ¿vale? Tenía 13 años y muchas ganas de comerme un colín


El grupo Cabballero también tubo dos temas que me tenían enamorado:
  


Y este otro:



 También de la época era el siguiente tema:



   O este otro:

   ¡Vale, lo admito! Esta sólo me gustaba por que tenía la ocasión de poder soltar tacos sin mosquear excesivamente a mi madre


   Esta canción protagonizaba mis primeras salidas por los bares:



   Y posteriormente, este tema más fresco y veraniego



En este tema, mi grupo de amigos se ponía frenético. Era "Nuestra canción"



En España también tuvimos varios grupos musicales que se dedicaron a este tipo de música; y antes de caer en el obvio (OBK), quisiera recordar a los hermanos Beato, o más bien a su grupo Viceversa. Aunque esta es la primera canción que escuché de ellos:

... pronto empecé a indagar en el resto de su discografía, y me encontré perlas como las siguientes:












   ¡A ver, que me pongo Ñoño! Pasemos al grupo por excelencia (Sí, esta vez sí es OBK) y es que eso del techno se puso de moda incluso en la SUPERPOP
   









  Esta última canción fue parodiada por Cruz y Raya aquí:


   Otro grupo que se perfiló bastante a la sombra de los anteriores fue Ciencias Naturales. La siguiente era mi canción favorita de ellos:


Aunque la canción con la que se presentaron fue con la siguiente:

   En esta canción yo me imaginaba despidiéndome de una chica de mi Móstoles (no natal, pero sí de crianza) a la que nunca me atreví a declararme, justo cuando me mudaba a Torrejón.
   Esa misma chica, y esa relación que nunca fue, protagonizaban en mis ensoñaciones esta canción:


   El segundo disco de este grupo dio un pequeño giro con este tema:

   y subió un tanto la temperatura con esta canción:


   "¡Pero Josele!" Me diréis "Esa música no te pega nada" ¡Bueno! En realidad sí que había cierta semilla de mis gustos actuales en este grupo que, estoy seguro, diréis que me pega más:






   ¿Qué opináis?

lunes, 18 de junio de 2012

Corazón

Corazón de Edmundo de Amicis
   Conocí este libro en mi etapa pre-adolescente. Era de mi madre, y recuerdo que me lo hacía leer a mediodía, después de comer, mientras ella fregaba los platos antes de volver mis hermanas y yo al colegio por la tarde. Con el fin de que aprendiese a leer en voz alta, y a entonar, yo leía sentado en una silla, mientras ella compaginaba su lucha con la roña de la vajilla con el corregirme para que aprendiese a leer correctamente (jamás se lo podré agradecer lo suficiente)
   El libro en cuestión, escrito por Edmundo de Amicis, narra la historia de Enrique, un chaval que escribe un diario durante el curso escolar. En ese diario se intercalan sus vivencias y relaciones con su familia, compañeros de clase y profesores, con cartas de sus padres y "relatos mensuales" (supongo que serían ejercicios de dictado en clase, o pequeñas lecturas que les hicieran leer en clase a los jóvenes de la época)
   Lleno de historias emotivas, este libro me ayudó mucho, y, viéndolo ahora en retrospectiva, me influyó a la hora de empezar a escribir; los que me conocéis y habéis leído, sabéis que muchos de mis relatos están escritos en primera persona... ¡Quién sabe si este libro no tiene parte de culpa de ello! Una lectura bastante recomendable y bonita, que nos puede ayudar a retrotraernos a nuestra infancia.
No perdáis la ocasión de leerlo

miércoles, 6 de junio de 2012

Prólogo de "No soy yo, son tus sueños"

   A falta de una semana para tener en mis manos y distribuir mi primer libro, he querido compartir con vosotros el prólogo que me ha realizado un viejo y buen amigo a modo de introducción. Sirva esto para picaros.


PRÓLOGO
Curioso el título que el autor; amigo cercano de toda la vida, para más señas; ha elegido para su obra literaria. “No soy yo, son tus sueños”. Recuerdo haberlo seleccionado  entre la lista que nos ofreció para que eligiéramos el que más nos gustara, pero ahora no sé muy bien por qué lo voté.
Quizás el convencimiento de que era el mejor título posible me surgió al leer la palabra “Sueños”. Y es que esta obra es la culminación de un sueño, un sueño hecho realidad. Y no se tome como una frase hecha. Tómese como una realidad tangible. Al menos según mi opinión personal y mi conocimiento de causa.
Y es que no sé qué sueños más le quedan al autor por realizar. Desde siempre se ha obstinado en identificarlos, en focalizar sus esfuerzos para encontrar la forma de acercarse a ellos y, finalmente, en envolverlos hasta conquistarlos. Puede parecer retórica, pero tantos años a su lado me han hecho admirar esa realidad.
Para quien no le conozca, decir que es normal que en un cuerpo tan grande quepa, primero, un enorme corazón, y además, una vida interior tan extensa y variopinta que se ve reflejada en estos relatos que el lector podrá disfrutar tras este torpe prólogo; desde un relato erótico a una poesía pasando por lo que nació como el inicio de una novela.
Y es que son muchas noches de insomnio, de experimentar, de que las ninfas de la literatura le susurraran ideas para relatos, y que él fuera incapaz de irse a la cama sin plasmarlas golpeteando el teclado de un ordenador, leyendo y releyendo, modificando una palabra por aquí, una comparación literaria por allá, hasta sentirse más o menos satisfecho con el resultado final.
Pero como además es evidente que los escritos sólo sirven para ser leídos, casi al instante los afortunados que formamos parte de su círculo de lectores, (nada que ver con la famosa empresa vende-libros), podíamos gozar de cada una de sus creaciones prácticamente con el cordón umbilical de papel aún unido al gestor.
Releer ahora estos relatos, dejarme envolver de nuevo por amaneceres, guerreros derrotados, cubitos de hielo, nombres de Dioses de otra época; supone para mí, y espero que para ti, lector o lectora, un regalo muy agradable. Toques de realidad mezclados con ficciones capaces de transportarte a otros mundos, a otras habitaciones, a viejos institutos.
Don Quijotes y Dulcineas con nuevas historias, Sirenas Varadas evocando algún que otro éxito musical de cierto grupo por el que comparto admiración con el autor. En fin, fábulas y realidades inventadas con las que poder disfrutar del placer de alejarse un poco en perspectiva para vivir otras vidas, otros mundos.
Recomiendo no leer el libro de corrido. No saltar de un relato a otro buscando batir el record en letras leídas en una determinada cantidad de tiempo. Más bien al contrario, leerlos uno por uno, degustarlos despacio, como cuando comes algo que te gusta mucho y quieres que no se acabe, que dure el máximo posible, y te relames con cada bocado. Leer y volver a releer, buscando ese detalle que te perdiste la primera vez, metiéndote en la historia cada vez como si fuera la primera para descubrir aspectos que te pasaron inadvertidos. Creo que es la mejor forma de honrar al autor por el tiempo y la habilidad narrativa invertida en cada uno.
Una habilidad no aprendida en ninguna escuela, si no consideramos como escuela la propia vida. Una capacidad de expresar por escrito sentimientos, opiniones, creencias; que no fue enseñada por ningún maestro, o quizás por muchos a la vez. Como el adolescente que decide aprender a tocar la guitarra, pero que no puede, o no quiere, asistir a clases, y empieza a ensayar, a practicar, a rasgar las cuerdas hasta que producen sonidos reconocibles, y después son capaces poco a poco de irse sucediendo formando una melodía que acaricia los oídos (el autor estará de acuerdo conmigo en que esta comparación le viene al pelo…), así es como las letras y los párrafos se han ido sucediendo también en la creación de esta obra, que no es sino un compendio de pequeñas obras de arte.
Como cuando se abre el telón y la representación teatral va a comenzar, dispónganse a ver desfilar un amplio ramillete de personajes y situaciones, sin prisas, sin prejuicios, sin adelantarse al final de cada acto para dejarse sorprender por cada uno de ellos.
Gracias, Josele, por enseñarnos una vez más que perseguir los sueños no es una tarea improductiva, sino que sus frutos pueden alegrar la existencia no sólo del perseguidor, sino de la gente de su alrededor que disfruta tanto con la persecución, como goza cuando ésta termina exitosamente.

No soy yo, son tus sueños. No eres tú, son los míos.

Disfruten.

Luis Ángel Jiménez