domingo, 20 de junio de 2010

Música que me hace evadirme

Es uno de esos días en los que el cerebro de uno no sé cómo funciona, pero me hace escuchar música que me hace tener la mente en blanco y que la parte un poco menos racional de mi cerebro se libere. ¿Cómo os lo diría? Parece que entro en trance, y mi mente conecta con una parte de mi ser que suele estar escondida.
Se podría decir que mi vida tiene banda sonora, o que si la tuviese, habría canciones que sí que marcan momentos de mi vida, o que la describen.
Por ejemplo, hay veces que, aunque hay gente que desaparece de tu vida, siempre hay algo de ellas en ti; y es increíble lo que el grupo "Cómplices" ha hecho, pues retrató ese sentimiento claramente en las canciones "Olvidos", "Deja que te odie", y "Me encantaría dejar de quererte".
Otras veces, una canción me retrotrae a personas que hace mucho que no veo. Tuve una compi de curro que me caía de maravilla, y de la cual fuí una especie de "Pepito Grillo". Recuerdo que le dediqué un piropo que era "Ojos de Gata", como la canción de "Los Secretos". Este grupo también me retrotrae a mi adolescencia en la que, taciturno, solía refugiarme en las botellas, como reza "Quiero beber hasta perder el control", o tenía la mala suerte de que los líos y los problemas me encontraban (¡Os juro que yo no los iba buscando!), y eso a veces llenaba de preocupación a la gente que me rodeaba; incluso a las parejas, o rolletes que solía tener, cosa que quedaba perfectamente reflejadas en "Agárrate fuerte a mí, María".
Canciones un poco más gamberras me recuerdan a ese "pequeño" juerguista contestatario que llevaba en mi interior. "Ett's" de Ska-P, reflejaban la precariedad laboral de mucha gente, entre la cual me encontraba cuando me incorporé al mercado laboral: Mucho trabajo y poco salario. "Derecho de admisión", me recuerda aquellos bares y garitos donde jamás me dejaron entrar; ya fuera por las pintas, o por lo que a los dueños les diese la gana; ¡Bueno! No me iba a morir por no entrar en según qué sitios; me iba a los garitos de siempre, donde era bien recibido, y punto; no me iba a hacer un drama, o pretender ser quien no era solo por entrar a un bar donde, seguramente, la cerveza sería incluso más cara.
Entre mis convicciones, ha habido de todo: desde reconducir mi postura (antes abogaba por la pena de muerte en según qué casos, pero actualmente reniego de ello y mi banda sonora personal incluye este "Welcome to Hell"), a cosas a las que siempre me he negado como las corridas de toros, lo cual se ve en canciones como "Verguenza", "Abolición", y "A las cinco de la tarde".
Hay grupos y artistas que también marcaron con su música momentos de mi vida: Como puede ser José Luis Perales, al cual llevo escuchando desde mi infancia; "Me iré calladamente" es por ejemplo una forma en la que me gustaría despedirme cuando me marchase definitivamente. "Yo también tuve 15 años", es una canción que refleja mucho esas cosas que me gustaría decirle a mis chavales; decirles que yo también fui como ell@s, que también tuve mis rabietas y rebeldías, y mucha prisa por vivir cosas que incluso estaban por delante de mi edad. "Te quiero", es esa canción que siempre me hacía pensar en mi pareja, en esa que es hoy mi mujer, mi amor, y mi compañera; aunque a mí me guste hacerla rabiar cantando "Celos de mi guitarra"; debido a que siempre me ha acusado de hacerle más caso a mis guitarras que a ella.
Describir el amor es algo complicado, pero nuevamente este señor que procede de Cuenca, ha sabido hacerlo con "¡Ay amor!", "El amor", y "Por amor".
¡Bueno! Podría seguir así durante horas, pero creo que os he dado temas musicales de sobra para escuchar, interiorizar, y que me podáis decir algún día qué os dicen a vosotr@s. ¿Me prometéis hacerlo? PAra otro día continuaré con esas canciones que conectan con mi inconsciente.

viernes, 4 de junio de 2010

¿Prioridades?

No hace mucho, tuve una conversación con unos amigos, los cuales me decían que está bien tener unos principios, y ser leal a unas ideas o a una palabra dada; pero que si esto no terminaba de hacerte feliz, era absurdo mantener dichos principios, ideas o promesas. Según ellos, la felicidad y el sentir estaba por encima de esas cosas; y cualquier promesa, por fuerte o importante que fuese, podía quedar rota si se sentía uno incompleto por ella. Abanderándose en el sentir, argumentaban tales afirmaciones.
No sé si llamarlo "Justicia poética", "Karma", "Por la boca muere el pez" o "Dios (o el tiempo) pone a cada uno en su lugar". El caso es que, acontécele a una de estas personas el haber tenido una amistad bastante antigua que por un "quítame allá aquellas llamadas" (o la falta de ellas) se fue diluyendo y al final desapareciendo todo rastro de relación o trato anterior. La persona amiga (o ex-amiga a la que llamaremos "B", al igual que a la otra persona llamaremos "A") sufrió la pérdida de un ser querido esta semana. Si nos guiamos por el sentir que "A" me decía; lo inmediato sería coger el teléfono y llamar a "B" símplemente para ver cómo está; para interesarnos por "B", aun a pesar de llevar años de distanciamiento, aun a pesar de que dicho distanciamiento haya sido de mutuo acuerdo. Si tu bandera es el sentir, ese mismo sentimiento pide a gritos dar consuelo a la persona que ha sufrido la pérdida... "A" ha decidido que es más importante el permanecer fiel a ese distanciamiento y falta de relación, en lugar de hacer una llamada, mandar un simple correo electrónico o un sencillo mensaje de móvil con el que expresar un gesto de calor que "B" pudiera necesitar.
¡Enhorabuena, "A"! Con esa actitud me acabas de demostrar que al final es más importante las decisiones tomadas, antes que el dolor ajeno, con lo que te has contradecido de lo expresado al principio. ¿Quiere decir eso que en el fondo me das la razón? Sé que te negarás a ello con todas tus fuerzas, y que incluso buscarás justificaciones que en el fondo incluso tú sabes que no son suficientes. Te doy la bienvenida a esa actitud de "cabezonería" como tú la definiste.