viernes, 25 de diciembre de 2009

Se acabó

Ante el año que se acaba, como creo que cualquiera, he echado la vista atrás, haciendo un recuento/balance de lo ocurrido; de las cosas que hay en mi vida que me gustan, y las que no. También, he hecho un balance de la gente que ha seguido en mi vida y la que no, y la que me gustaría que siguiese o no.
El resumen es el siguiente: Estoy cansado, muy cansado de cosas, personas, actitudes y situaciones, y harto de dejar que todo eso me afecte. Más de una, y de dos personas me han dicho que tengo el defecto de sobre-cargarme de situaciones, y que eso iba a acabar conmigo; yo me reía, pero veo que no se equivocaban. Por lo que he decidido poner punto y final a la situación, e ir cerrando puertas, por mucho que me joda.
La primera está muy clara, y ya llevo tiempo dándole vueltas: Visto que mis mejores esfuerzos han sido en vano, y dado el escaso apoyo que he recibido de mucha de la gente a la que he representado, y dado voz; viendo los ataques ingratos recibidos por gente por la que he dado la cara cuando no han sido totalmente honestos conmigo, tengo la decisión tomada al 95% de no presentarme a las siguientes elecciones sindicales. Estoy harto y cansado de esforzarme, de luchar, de poner una cara amable e intentar agotar todas las vías diplomáticas para no llevarme más que palos por todos lados. Se acabó el preocuparme más por la gente, que bastantes cosas tengo yo, como para encima preocuparme por los demás. No esperaba agradecimiento ni reconocimiento por lo que hacía; pero desde luego que tampoco es como para machacarme y atacarme de la manera que se ha hecho. Criticar desde fuera, pero cuidándose muy bien de no hacerlo, no sea que nos manchemos las manitas es muy fácil. Pues señores, que cada palo aguante su vela, que yo ya me he cansado. Me he cansado de estar con el come-come todos los días esperando a ver quién me va a atacar ese día en el curro; eso se acabó; a partir de Diciembre del año que viene, iré a la mía: fichando mi entrada y mi salida, haciendo mi trabajo como un tío más y se acabó.
La siguiente de las cosas es la familia. Me cabrea que se me critique el si estoy o no estoy con la gente, y próximo y con relación con mis primos y tíos o no. ¿Para qué? ¿Para encontrarme con intrigas y críticas a las espaldas después de una falsa sonrisa a la cara? ¿Para saltar de pelea en pelea, o de reproche en reproche y tiro por que me toca? Para eso, mejor me quedo aparte y punto, que paso de esas cosas. Sí, es duro decirlo cuando en los últimos dos años hemos enterrado a 4 personas, 3 de ellas por la maldita enfermedad llamada Cáncer (sí, en los 3 casos la culpa la ha tenido la enfermedad, no ningún familiar como algunas personas han dicho por ahí), y con otros dos familiares aquejados por dicha enfermedad (sin contar el que tuvo mi padre). Uno no puede menos que sentir cierto miedo; porque, dado el historial de la familia, uno no puede hacer menos que preguntarse cuando le tocará el turno en esta macabra lotería. Si ese día llegase, espero que sea rápido, con la menor agonía posible y haciendo sufrir a cuanta menos gente a mi alrededor, mejor. Pero volviendo al tema del contacto sí o no. ¿Se atreven a criticarme cuando yo me he molestado en llamar casa por casa para dar mi número cuando me fui de casa de mis padres? ¿Cuantas veces ha sonado mi teléfono en estos más de cuatro años? Si exceptuamos a mis padres, mi hermana y mi familia política, os puedo asegurar que mi teléfono no ha sonado ni una puñetera vez. He estado ahí siempre que mi horario de trabajo me lo ha permitido cuando ha habido alguien hospitalizado, o he tenido que dar un último adiós (eso cuando se me ha querido avisar, claro), también en los momentos felices como bodas, bautizos, etc (pero los momentos buenos se dan por descontado, claro), pero... ¿Cuant@s vinieron a verme, o me han llamado cuando me atropelló la furgoneta, cuando me he dislocado el hombro, o cuando, hace ya casi un año, he estado hospitalizado? NADIE. ¿Y os atrevéis a criticarme y reprocharme a mí? A esa gente se lo digo bien claro: ¡Anda a la mierda! Por ese motivo, para mí ya sólo cuentan mis padres y mis hermanas (hablando de familia de sangre), el resto, si queréis formar parte de mi vida, la puerta está abierta, quien no, os digo lo mismo: Yo no obligo a nadie a permanecer a mi lado, ni tampoco les echaré. Quien quiera quedarse, que sea bienvenido, quien se quiera marchar, que tenga buen viaje.
Con las amistades, sé que este año me he portado bastante mal; la distancia se ha agrandado, y no les puedo culpar, pues gran parte de la responsabilidad por dicho distanciamiento ha sido enteramente mía. Lo reconozco, pues nunca me gustó ocultar nada; soy un muy mal gestor de mi tiempo y les ha tocado pagar el pato a ell@s. ¿Qué puedo decir? No tengo excusa, así que no las pondré. Como decía en el caso de la familia (pero sin tanto rencor), no obligo a nadie a permanecer a mi lado, ni tampoco les echaré (llamadlo cobardía si así lo deseáis); mi puerta siempre va a estar abierta: Quien quiera quedarse, se lo agradezco de corazón, y espero que sepa perdonarme; y a quien quiera salir de mi vida (o sacarme de la suya), lo comprendo perfectamente, y desde luego no se lo voy a reprochar ni a voy a culparle/a de nada.
Sí, es un tanto radical estas tomas de postura, pero podéis creerme; estoy cansado, muy cansado de luchar, de esforzarme, y no llegar nunca a nada, de no ser lo suficientemente bueno para tod@s ni colmar las expectativas que se tienen puestas en mí. No sé si estaré tomando las decisiones correctas o no; pero es lo que siento. Supongo que el tiempo acabará por decirme si tengo o no la razón; pero eso ya lo veré más adelante.
¿Y ahora? Pues ahora tengo simbólicamente una carretera vacía ante mí como la de la foto. Supongo que sólo me quedará seguir caminando a ver qué me encuentro.
¡Nos vemos en el camino (o no)!

miércoles, 23 de diciembre de 2009

¡Feliz Navidad!


¡Otra vez están aquí las navidades! Navidades marcadas por este año funesto de crisis. Unos las celebrarán, y otros las padecerán. Sí, a pesar de la crisis económica, muchos gastarán por encima de sus posibilidades para vivir estos días a todo tren y aparentar una potencia económica que no tienen ante familiares y amigos. Otros, pasarán estos días en los que se supone que hemos de estar alegres con la tristeza del paro, el dinero que no tienen ni les da para vivir, con la amenaza de perder trabajo, vivienda o tener que empeñar bienes muy preciados para ellos para poder tener algo que llevarse a la boca. Otros, pasarán estos días lamentando la ausencia de quienes les han dejado y ya no están con ellos; y así sucesivamente.
Y yo pregunto ¿cual es el sentido de la Navidad? ¿Las comilonas? ¿los regalos? ¿Los modelitos que nos vamos a poner en Nochevieja? ¿La cogorza que nos vamos a pillar la última noche del año? ¿El que vamos a tener un par de días de fiesta en los que no vamos a trabajar?.
¡Qué pena, qué tristeza si realmente es así!
El 25 de Diciembre, es la fecha que se eligió para conmemorar el nacimiento de Jesús de Nazareth; un hombre como tú y como yo, que vino a cambiar la forma de pensar de la sociedad. Un hombre que nos mostró que lo importante no es tener, y desde luego el más importante no es el que más tiene, si no el que se preocupa de y por los demás; que no tenemos que mirarnos tanto el ombligo, ni preocuparnos de qué hacen mal los demás en lugar de fijarnos en qué fallamos nosotros. Eso vino a decirnos, además de que en muchos de los problemas cotidianos, la llave de la solución la tenemos nosotros mismos, en lugar de culpar tanto a los demás de lo que nos pasa.
Pero ¿hemos aprendido algo en estos más de 2000 años de historia desde que él estuvo enseñando? Seguimos siendo egoístas e irresponsables; mirándonos el ombligo, queriendo tener y ser más que los demás, sintiéndonos superiores, y culpando a los demás de lo que nos pasa; culpando a cualquiera menos a nosotros mismos. ¿Eso es responsabilidad? Mientras sigamos pensando así, seguiremos pasando estas fechas gastando el dinero que no tenemos en aparentar lo que no somos, viviendo por encima de nuestras posibilidades para darle en las narices incluso a nuestros seres queridos (que ya me diréis qué amor hay en ese tipo de actos), pensando nada más que en nosotros mismos y en hacer las cosas a cambio de algo (ya sea material, o en forma del qué dirán) y preocupándonos más en disfrutar estos días de fiesta para desparramar y hundirnos que en recordar por qué se celebran estas fiestas. Incluso no faltarán los cínicos que se dicen no creyentes, y desprecian a los que lo son, pero ¡que nadie les toque estos días de fiesta!
A esos individuos, les deseo también una FELIZ NAVIDAD, aunque ellos la hayan hecho hueca y carente de sentido.
Yo en forma general, os deseo a tod@s y sin excepción, que tengáis una muy FELIZ NAVIDAD, en la que podáis tomar conciencia de qué es lo que celebramos realmente, y que ese hecho os toque especialmente el corazón, y aprendamos a no mirarnos tanto el ombligo, y más hacia los demás.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Perséfone



"Cual es tu nombre?" Pregunté dejándome caer agotado sobre las sábanas. "Perséfone" fue tu escueta respuesta; con un deje frío en el timbre de tu voz y una sonrisa pícara en tus labios.
Perséfone, como la leyenda griega; aquella hija de Démeter Diosa del Olimpo y de Zeus. Perséfone, cuya belleza conquistó a Hades, señor de los muertos, el cual la secuestró para tomarla como esposa. Perséfone, que fue rescatada por su madre, para luego descubrir que al haber probado uno de los frutos del reino de los muertos, estaba vinculada a este, y que no podría dejarlo indefinidamente.
Perséfone, que en la primavera se reúne con su madre, y es entonces cuando las flores se abren en todo su esplendor, y la vida vuelve a la tierra; pero que al pertenecer a su captor, en Otoño ha de volver al mundo de los difuntos, donde le espera su matrimonio, una muerte en vida; muerte que queda reflejada en la tierra con la llegada del otoño, y los fríos invernales.
Perséfone ¡Cuantos paralelismos hay entre tu vida, y la Perséfone griega! He llegado a pensar que sois la misma. Cuando puedes escapar de tu matrimonio vacío, al que casi te viste forzada, y te reúnes conmigo; la primavera llega a mis ánimos; la vida misma estalla en mi interior con el brote de tu sonrisa, y el calor del sol me inunda con tu mirada. Es imposible tener pensamientos fúnebres cuando comparto tu presencia, cuando tus cabellos caen en cascada alrededor de tu cuello y sobre tu pecho; cuando compartimos la danza de la vida y me llevas a territorios inexplorados de suma felicidad.
Pero la realidad se impone, Perséfone. Y al igual que tras la Primavera llena de vida, llega el caluroso verano, tras este llega el melancólico Otoño, y el solitario y frío invierno. Y así son mis noches cuando volvemos a nuestras realidades, Perséfone: tú de vuelta con tu marido captor, y yo con mis noches frías y solitarias, sabiendo que perteneces a otro. Odiándole por que te tiene contra tu voluntad, envidiándole por que te tiene.
Las noches otoñales son las más duras, pues aún tengo fresco el recuerdo de nuestros estivales y calurosos encuentros. En esas noches, fruto de la desesperación, he gritado mil veces al viento tu nombre. La respuesta ha sido el eco del silencio; trayéndome el recuerdo del vacío que deja tu ausencia. Y con ese vacío, con ese silencio atronador que todo lo llena e invade, llegan las noches invernales que congelan mis sábanas, mis ánimos, y hasta tu recuerdo.
Pero sé que la primavera llegará de nuevo a mi vida, es ley y ciclo de la naturaleza; como sé que tú también estarás de vuelta. Tu Hades, tan cabrón, no puede vigilarte ni controlarte todo el año; y ese pensamiento es el que me consuela en mis inviernos que paso privado de tu presencia.
¡Vuelve, amada Perséfone! ¡Trae de nuevo la vida de la primavera a mi existencia, y el calor del verano a mis entumecidos miembros. Trae esa vida y ese calor a mi corazón para que pueda latir con más prisa, recordándome que estoy vivo, y que mi hora de ir a la barca de Caronte aún no ha llegado. Tráeme la felicidad de mi primer encuentro con la primavera, contigo, llenándome de ilusión, haciéndome olvidar el frío, silencioso y solitario invierno. Tráeme ese primavera llena de vida y promesas de un mañana mejor y más cálido.
Y si algún día la tristeza de mi invierno es tal, que mi pobre corazón no lo soportase más, quiero que en mi tumba quede escrito: "Esperó la primavera que le traía a Perséfone"

jueves, 10 de diciembre de 2009

Clímax de Morfeo

Dicen que el sueño de la razón, produce monstruos; esto es: Cuando permitimos que nuestro raciocinio deje de ser el que toma las riendas, cuando nos olvidamos que somos seres racionales, puede salir el ser irracional que llevamos dentro; el monstruo que se guía por los instintos y emociones, sin importarle si lo que hace es correcto, está bien o está mal, pues sólo busca saciar sus apetitos.
A menudo escuchamos la expresión "pajas mentales" sin que algunos tengan bien claro a qué se refiere dicha expresión. Vendría a ser como el perderse en el interior de nuestra mente, y divagar sobre lo que pensamos, sentimos, vivimos; como si estuviésemos filosofando (o tal vez estemos presas de algún fármaco o sustancia alucinógen@). De estas ensoñaciones, suelen salir pensamientos que a los demás se les suelen antojar absurdos y totalmente alienígenas, y entonces es cuando sueltan la susodicha expresión de "hacerse pajas mentales"
Dichas "pajas", bien son el producto del soñar despierto, del permitir a nuestro yo racional darse un descanso y salirnos del punto de vista al que nos tienen obligados por el cual nos guiamos sólo por lo que podemos ver, oír y tocar; pero son también un huir de esta realidad excesivamente tangible que nos aprisiona y limita.
¿Cual es el resultado de lo que conocemos vulgarmente por una "paja"? Lo sabemos bien, el orgasmo, la (vulgarmente conocida) corrida; un estado de relajación total después de unos momentos de tensión y éxtasis. Casi se podría decir que si Morfeo es el señor de los sueños, y las "pajas mentales" son al fin y al cabo, ensoñaciones; lo que saliera de ahí, sería como si Morfeo "se corriese" Como dicha expresión queda muy fea y vulgar (sí, aunque parezca extraño, yo también puedo tender a la moderación en el lenguaje) y "Orgasmo de Morfeo" sonaría a película X con el personaje de la película "MAtrix" como protagonista, he decidido darle un nombre un poco más aceptable, y usando una expresión que hace mucho que nadie usa para denominar al orgasmo: Clímax.
¿Y por qué os suelto esto? Pues por que es como he decidido nombrar una de las etiquetas de mi blog, que se dedicarán para designar exclusivamente eso: El fruto de mis ensoñaciones y pensamientos en los que envío a la razón a echarse una pequeña y relajante siesta.

martes, 24 de noviembre de 2009

Roman Polanski y los dobles raseros

Cosas de la vida, que hace cosa de un mes (o dos, que últimamente mi memoria espacio-temporal anda muy perdida) Detuvieron a Roman Polanski para extraditarlo a Estados Unidos, donde será juzgado por abusos a una menor; hechos que ocurrieron hace ya más de 10 años.
Hasta ahora, el director de cine se ha mantenido en países cuya legislación evitaba que fuese entregado; hasta que al final, pisó uno donde sí le han detenido.
Me hace gracia todo el gremio de artistas que se han manifestado en contra de esta detención, alegando que pasó ya hace demasiado tiempo, y que las heridas han cicatrizado y cerrado; o incluso protestando por que se trata de una figura muy importante en el mundo del artisteo, espectáculo y farándula. Ya ¿eso ya le hace ganarse la inmunidad? ¿Quiere eso decir que si eres un director, actor o cantante famoso, ya todo vale y puedes hacer lo que te dé la gana?
Un abuso a una menor, es un abuso a una menor, te dediques a lo que te dediques, y es un delito. No entiendo el doble rasero de querer condenar a toda costa a otra gente que hace lo mismo, y sin embargo, pretender que este señor se vaya de rositas...
¿Qué diferencia hay entre los casos que ha habido en las distintas religiones al respecto (no sólo en la católica, que os veo venir) y en este? En ambos casos ha sido el mismo abominable hecho delictivo; ¿Por qué a unos se les ataca con tanta saña y a otros se les defiende a capa y espada? ¡Ah, claro, la moda! ¿No?

lunes, 26 de octubre de 2009

Carta al padre Juan

Querido Padre Juan.
Han pasado ya unos cuantos años desde que nos dejaste; y aunque en varias ocasiones quise hacerlo, no pude despedirme de ti como a mí me hubiese gustado.
¿Por qué ahora? Tal vez por que en estos momentos, me hallo en un pequeño trabajo que me hace acordarme de ti. Hará como cosa de dos semanas, el Padre Vicente, me dio una guitarra que estaba un poquito desmejorada; llena de polvo, y faltándole algunos trozos de madera en la base, y con un par de feos arañazos en la tapa. Me dijo nuestro querido "cura manitas" Vicente, que dicha guitarra, te había pertenecido, y que a ver si sabía de alguien a quien le pudiese venir bien. Tras hablar con mi mejor mitad, con mi cónyuge, llegamos a la conclusión de que lo mejor sería reparar dicha guitarra en la medida que me fuese posible, y devolverla a donde realmente pertenece: La Parroquia. Al fin y al cabo, tu vida fue una entrega constante hacia la gente que allí nos reuníamos; y dicen que ahí descansan tus cenizas, por lo que veo de justicia que, como parte de ti, dicha guitarra se quedé aquí, con nosotr@s.
Guardo en mi con gran cariño el recuerdo de cuando nos enseñaste a cantar a la gente del coro de 11:30 de mi generación; cómo con paciencia y constancia, fuiste consiguiendo que aquel grupito de chavales lograra entonar sincronizados y afinados; como también recuerdo esos ensayos para la misa del gallo en los cuales te esforzabas para que los coros de la misa de 11:30 (jóvenes y niños) y misa de 13:00 (Misa mayor) trabajásemos conjuntamente y diésemos lo mejor que había dentro de nosotros a pesar de las discrepancias.
Ese es el recuerdo que guardo de ti: un hombre enamorado de la música, con gran habilidad para transmitir sus conocimientos, y con gran capacidad para buscar la concordia. Y por supuesto, me gusta recordar tu rostro con esa franca sonrisa.
Son muchos los momentos que hemos compartido; no solo musicales, si no también en la redacción del boletín, donde te erigiste como el cronista-historiador de la parroquia (Al menos el Padre esperó a que tu crónica llegase hasta los días actuales antes de llamarte a su lado), o en las reuniones de catequistas de pre-adolescentes, donde nos ayudabas con temas de formación de catequistas.
Tal vez no tenga muchos conocimientos de cómo reparar guitarras, y puede que mis torpes intentos hasta la fecha no hayan sido todo lo estéticos que cabría esperar. Mis manazas tampoco es que ayuden mucho; pero sí que te puedo decir una cosa, viejo amigo: Pienso esmerarme en dejarla lo mejor posible, como si fueses a entrar cualquier día por la puerta de la parroquia y fueses a tocarla.
Un fuerte abrazo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Diez Años dando la nota


¿Cuando empezó esta pequeña historia de amor con las guitarras? Aún no lo tengo claro; pero sí que me recuerdo desde pequeño haciendo poses de guitarrista mientras escuchaba música. Pero si busco en mi memoria más reciente, creo que mi historia musical comienza realmente en 1996.
Una amiga de la parroquia (Sonia) vino a verme jugar un partido de voleibol, y después, me convenció para que la acompañase a la coral polifónica en la que se encontraba. No tuvo que esforzarse mucho para que al final yo decidiese entrar, siendo colocado por el director del coro en la cuerda de los bajos. Fueron unos 6 meses los que estuve en aquel coro, y os juro que me esforcé, pero no era capaz de leer partituras, y cantaba más bien por mimetismo; imitando lo que cantaba la gente que estaba a mi alrededor. Lo pasé muy bien cantando Godspell, y conocí gente muy maja; amén de que los conciertos en los que estuve fueron una buena experiencia que atesorar.
Pero me tocó repetir curso; y comprobé que tenía que priorizar entre mis muchas actividades; y como el deporte no me venía mal, dejé la coral para seguir haciendo voley. Pero el gusanillo de la música estaba ahí aún mordiéndome por dentro, y al saber que en la parroquia había un coro para la misa de jóvenes y niños, decidí entrar. Allí tuve trato mucho más directo con los guitarristas del coro (ya los conocía; pero sólo de vista), Miguel Redondo y Eduardo Molina (a sus pies, señores), a los que pregunté si era muy complicado tocar la guitarra. Cuando su respuesta fue que no lo era, tomé la determinación de adquirir una.
Como en casa no es que abundasen las pelas, decidí ir ahorrando mi paga semanal durante todo el trimestre, para poder comprármela yo solito. Sacrifiqué muchas tardes de Sábado sin tomarme ni una sola coca-cola, para poder alcanzar mi objetivo. Mi abuela, sabedora de dicho afán, me ayudó dándome de vez en cuando unas pelillas para conseguir que mi sueño se hiciese realidad.
El mismo día de las notas, me fui al Alcampo con el dinero reunido (8500 pesetas) para comprar la guitarra; aún a pesar de haber suspendido 3 asignaturas en un curso que estaba realizando por segunda vez, nada me iba a detener.
Orgulloso como estaba de mí mismo por haber conseguido la pasta (aún a pesar de las miradas de reprobación de mi madre por haber vuelto a suspender), no tardé en acercarme al coro ese Domingo dispuesto a estrenar mi instrumento. La mirada de Miguel se iluminó, y una sonrisa se dibujó en sus labios al tiempo que decía: "¡Qué bien! alguien que va a aprender y me va a retirar, que ya llevo 15 años tocando" Tras la misa, me enseñó un ritmo básico que se encuentra en casi todas las canciones, y una canción de misa con ese ritmo y sólo cuatro notas; para que fuese practicando. Mis torpes intentos, no me dejaron desanimarme; aunque no sabía cómo afinar la guitarra de oído, y tenía que depender tanto de Miguel, como de Edu para afinarla, eso no me echó para atrás. Acabé ahorrando para comprarme un afinador electrónico, y así no tener que esperar al Domingo para tener la guitarra afinada; así podía seguir practicando durante la semana. Al final de curso, Miguel dejó el coro, considerando que ya podía estar algo suelto; pero mis dudas y mi miedo fueron más fuertes, y acabé dejando la guitarra abandonada en un rincón.
Comenzando el curso 97/98, decidí coger la guitarra de nuevo con bríos renovados, y apoyándome en Edu; aunque él, poco a poco, fue desapareciendo, lo cual me daba un canguelo alucinante, pues me quedaba sólo como guitarrista. Busqué apoyos en Sara Alonso (una dominica que estaba en la parroquia y también tocaba) mientras yo me iba soltando. Además, aprovechaba todas las convivencias que había en la parroquia y a las que yo asistía, para llevarme la guitarra a cuestas, e ir practicando.
El curso 98/99 fue crucial, pues aunque había una chica de la parroquia en la que me apoyé (y mucho) para tocar (Ana María; una chica muy maja de mi edad que tocaba de miedo), sus constantes ausencias me hicieron tener que lanzarme a tocar sí o sí. También en ese curso, toda la gente más mayor de ese coro fue desapareciendo; dejándome a mí y a 4 personas más intentando hacer lo imposible (que aquello sonara bien)
Ya en el curso 1999/2000, me quedé oficialmente como guitarrista principal y oficial del coro, llevando mi querida guitarra a todas partes; compartiendo acordes con Javier Alvarez (alias Goku; no confundir con el cantante) y (en menor medida) con Edu, el cual me enseñó algún que otro truco para ir acelerando mi aprendizaje.
Desde entonces hasta ahora, han sido 10 años en los que mi guitarra y yo, hemos dado las notas para que el coro pueda cantar sin desviarse de la entonación; y mucha gente ha compartido acordes conmigo (Todo un honor). Quisiera ir enumerándoles para que vean que me acuerdo de tod@s ell@s, y que el haber tocado a su lado, ha sido parte crucial de mi aprendizaje. Miguel Redondo, Edu Molina, Sara Alonso, Ana María, Javier Álvarez, Jozo, Ana Molpeceres, Raúl Collazos, Angel Ruano, Mario y Nono (Dominicos), Alberto y Yoana (La felguera) Tere Jiménez (Mi sister, Jo) Soraya Rivero; y más actualmente, Dani y Eli (Santiago Apostol) Rosa (San Juan Evangelista), Loli Pulido y Esther Peña (Sagrada Familia); tocar a vuestro lado, es todo un motivo de alegría para mí; y espero que podamos seguir teniendo ocasión de seguir tocando en el futuro.
¿Y ahora? Pues desde hace un par de años, me decidí a ir transmitiendo lo poquito que sé, a nuevas generaciones. No pagué nada a nadie por aprender, por lo que veo ridículo cobrar por hacerlo. Cada dos semanas, los jueves por la tarde voy enseñando a gente que tiene ganas de tocar, de aprender, y disfrutar con la música. Mil gracias os doy, chicas y chicos, por venir y poner interés en estas clases. Me alegraré sinceramente si algun@ de vosotr@s llegáis algún día a dedicaros a la música, y se os da bien. Nada me alegrará más que saber que aporté mi granito de arena, y que algo os he transmitido. De nuevo, gracias a Pablo Pérez, Patricia Arévalo, Olivia, Melita, Rafa Castillejo, Manuel Amaya, Sara Estremera, Paloma Ropero, Patricia, Rocio, Claudia, Cristina, Victor, Adrián, y tod@s los que queráis asistir.

domingo, 11 de octubre de 2009

Los hippie-pollas


Antes de ayer, después de un par de meses, decidí ir al cine a ver Ágora; la que dicen es la mejor obra de Alejandro Amenábar, por recreación y demás. Viendo que tanta gente la ponía por las nubes, decidí ir a verla; y tras dos horas de película, salí con una sensación agridulce en el alma.
La película en sí, en tema de ambientación, decorados y demás, estaba muy bien (demasiado bien, para ser cine español, malacostumbrado como estoy a películas de reciente producción y por las que me da hasta vergüenza pagar la entrada del cine por verla) logrado. ¿El guión? Por muy demostrados que estuvieran los hechos en los que se basó, estaba descaradamente encaminado a criticar y demonizar a los creyentes cristianos, entre los que me encuentro.
Y es que parece que ahora está de moda el criticar por criticar a los que somos creyentes, sacando a relucir una y otra vez a gente que ha hecho las cosas mal dentro de la fe cristiana. Señoras y señores; estas personas humanos eran, y como tal, de carne y hueso y no exentos de cometer errores. Pero parece ser que no se está dispuesto a perdonar errores o actos a los cristianos, mientras se está dispuesto a perdonar a asesinos, terroristas y violadores (preguntadles a los padres de la malograda Mariluz Cortés qué opinan al respecto), bajo el amparo de que "todos merecemos una segunda oportunidad" ¡Ya, y un huevo! hay un doble rasero acojonante cuando el que mete la pata es un cristiano, y para ese no hay perdón. ¿Por qué? Debe ser por que está de moda ahora criticar a la iglesia y atacarla, y por extensión, a todo aquél que se diga creyente cristiano, metiéndole en el mismo saco.
No, no lo voy a negar, en la iglesia ha habido y hay auténticos cabrones: Cirilo de Alejandría, Torquemada y la inquisición, el Cardenal Cisneros; sin irnos muy atrás en el pasado, tenemos a aquellos desalmados que se supone que se dedican a Dios en cuerpo y alma y acaban abusando de menores, o de gente que no están en mi lista de cristianos ejemplares (monseñor Jesús Catalá, anterior obispo de Alcalá de Henares, o Rouco Varela, por citar unos casos cercanos) y tampoco me olvido de los curas y obispos que defendían y bendecían los asesinatos de ETA.
Sí, pero también tengo presente a San Francisco de Asís y Domingo de Guzmán, que promulgaron que la verdadera felicidad está en la pobreza y el compartir; tengo presente a Teresa de Calcuta, que renunció a sus posesiones para darse a los demás y a los más desfavorecidos. Me acuerdo también de toda aquella gente que en las misiones en países más desfavorecidos, se esfuerzan por que la gente tenga algo que llevarse a la boca, cobijo, y dándoles algo de conocimientos y cultura; haciéndose pequeños y compartiendo experiencias, penas y alegrías con ellos (muriendo con ellos también cuando alguna incursión militar ataca el poblado en el que están, pues para los soldados no hay distinción, y la parca tampoco distingue entre blancos o negros, africanos o europeos, creyentes y no creyentes)
¿Por qué tienen que pesar más los primeros que los segundos. Tal vez es por que la actual corriente de pensamiento, es la que más le interesa que salga a la luz para darle peso a sus argumentos: "Para atacarte y reafirmarme en mi ataque, saco a la luz toda tu mierda para ganarme más apoyos a mi idea"
Han surgido muchas tendencias y tribus urbanas en la actualidad, pero me quiero centrar en una, cuya denominación aún no existe, pero yo me he dado en bautizar como "Hippie-pollas".
A esta gente la distingues rápido: Tienden a vestir saliéndose un poco de lo que ves habitualmente por la calle, argumentando que no son borregos, y se expresan libremente, y que ejercen esa libertad de expresión vistiendo de forma que saben que va a acaparar la atención de la gente que les rodea. ¿Por qué? Tal vez por que en su familia no les hacen caso, o la persona a la que desearían como pareja les ignora, y así tal vez, consigan llamar la atención. Suelen llevar un pañuelo palestino con colores diversos que van desde el verde fosforescente, al fucsia más chillón; y vienen con unas ideas que aunque ell@s pretendan que es original, en realidad es totalmente cortada del patrón actual de la gente que es como ellos.
Según salía del cine, tenía una pareja de esos especímenes, que iban hablando de la película en voz alta, para que la gente les oyera, y descubriera que "tenían criterio" y sabían de lo que hablaban. Con un tono de excesiva suficiencia (y acento bastante pijillo), ella decía: "¡Me encanta Amenábar, por que dice las cosas tal como son!" Mi primera reacción fue girarme para ver quién lo decía; y mis ojos confirmaron lo que ya sospechaba: se trataba de una de esas "hippie-pollas" que van de progres, de sobradas y listillas, pero que seguro que ni se acuerda de la tabla del 8, y no es capaz ni de multiplicar sin la ayuda de la calculadora de su móvil con bluethoot, gps, cámara de 8 megapixels y carcasa color rosa palo. Luego iba comentando lo malos e ignorantes que somos todos los creyentes cristianos, lo poco tolerantes que somos, lo poco que hacemos por los demás, y lo fachas y carcas que somos; vamos que le faltó decir que somos tan malos o más que los soldados yankis que siguen en Irak a pesar del cambio de presidente.
De esa gente, os puedo decir lo siguiente: No faltan los "progres e intelectuales de salón" que ven películas de Amenabar (o del pijillo en cuestión de turno que aproveche una corriente de pensamiento que está de moda para hacer dinero haciendo su película basada en el tema) y luego se atreven a usar los malos ejemplos para generalizar y atacar al colectivo entero (sí, viene a ser como aquellos cejijuntos mentales que dicen lindezas del estilo "Todos los vascos son etarras", o "Todos los que eligen la carrera militar son fracasados escolares que no valen para otra cosa que para decir ¡Sí, Señor!"). Sí, esa gente que va de progre e intelectual, que dice que pasa de las modas, pero luego son los primeros en tener tele de plasma (o de leds), que se ponen el palestino rosita sin tener la más remota idea de lo que significa, que se dicen de izquierdas, ateos y republicanos sólo por que lo dicta la moda y se aprenden los 4 argumentos que hay en cualquier página de internet. Que se ríen de los creyentes cristianos, pero se leen el horóscopo de la "Superpop" o la "Cosmopolitan" y se lo creen a pies juntillas sin pararse a comprobar si realmente el sol tiene la cuadratura con saturno en la cuarta casa de Tauro, o se lo ha inventado el "Astrólogo" de turno con peinado estrambótico y gafas ridículas (unas credenciales cojonudas, por cierto; si viste estrafalario, es un experto en la materia). Esa gente que dijo "¡No a la guerra!" cuando empezó el asesinato de masas en Irak, pero que ahora bien calladitos que están a pesar de que se sigue matando gente en Irak, Afganistán (por no hablar de los cientos de guerras en África, y los conflictos de américa latina); contra eso no se echan a la calle ¿por qué? ¡Ah, que no está de moda! Que Bardem y cia no convocan ni encabezan dichas manifestaciones (pero sin embargo, bien que apoyan a la gente de la SGAE).
Bien, ESA gente, ¿se cree con derecho a decirse moralmente superior a mí, por el simple hecho de que creo en un Dios que me dice que me esfuerce en hacer de este un mundo mejor dentro de mis posibilidades, y que ame a mis semejantes, aunque estos me odien? ¿Qué derecho tienen a señalarme con el dedo por que han visto una película que narra unos hechos, y me comparan e identifican con un tío que era creyente cristiano y fue un cabrón; y que yo al compartir credo, soy igual que él? ¿Donde está el intelectualismo de esa gente? ¿Os lo digo? El intelectualismo y la inteligencia de esos hippie-pollas es el que saltó de la piel de mi escroto cuando me rasqué los huevos antes de ayer
Pero ¡Bueno! No pasa nada; ya tengo asumido que los cristianos somos los malos en la sociedad actual, así que si me perdonáis, es tarde y voy a acostarme; no sin antes beberme mi vasito de sangre de doncella virgen y sacrificar un par de fetos de bebés-foca y ofrecérselos en culto a Berlusconi y Rajoy. Buen provecho, buenas noches y... ¡Que Dios os bendiga! (le joda a quien le joda)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Capítulo V Los pasillos del instituto

Hacía años que no volvía a mi viejo instituto; el lugar donde pasé mis años de adolescencia y fui formándome para llegar a ser quien soy a día de hoy. Las paredes llevan sin pintarse un par de años; la iluminación es débil; el suelo está ya desgastado y un olor a humedad inunda el ambiente.
¡Qué desiertos se ven los pasillos! ¡Qué vacías las aulas! ¡Cuan pequeños se me antojan ahora los pupitres! ¿Y la pizarra? Esa pizarra que se me antojaba aterradora e inmensa cuando me tocaba salir a hacer algún ejercicio, sin tener la lección bien aprendida ni los deberes hechos. Esa pizarra que ahora no me parece tan terrible. Vacío y fantasmagórico se me antoja el instituto; y es lógico; pues estamos en Semana Santa y no hay clases; el instituto está cerrado en estas fechas.
¿Cómo es que estoy aquí dentro si se supone que está cerrado? Me encantaría decir que en un ejercicio de audacia, y rememorando una juventud en la que fui un gamberro, me he colado. Pero no es así: en realidad no rompí apenas plato alguno en mis años de estudiante; era más bien tímido, callado y bastante centrado… ¿o también me estoy mintiendo creándome esa imagen? ¡Cuan borrosos son los recuerdos cuanto más es el tiempo que nos separa de ellos! Decía que no es que me halla colado en el interior del edificio; más bien daba un paseo melancólico por lo que fue mi antiguo barrio, donde pasé los años de mis cada vez más lejanas infancia y adolescencia, cuando mis pasos me trajeron aquí.
Y aquí sigue Fermín, el conserje, después de tantos años. El poco pelo que le va quedando en la cabeza, se ha teñido de plata; su rostro, de expresión severa en mis años de juventud, está surcado ahora por las arrugas que acompañan a los años que pasan por nuestra vida, apergaminando su tez. Fermín, el conserje; antiguo amigo de mis padres, que me conoce desde que tenía cinco años; tal vez menos. Fermín, cambió su expresión seria y de enfado por haberle despertado a golpe de timbre en plena Semana Santa (tal vez pensando que se trataba de la broma gamberra de algún chaval sin nada mejor que hacer), por una afable sonrisa que yo no recuerdo haber visto en aquellos años en los que yo era un estudiante más.
No se negó en absoluto a dejarme pasar a dar un paseo por mi antiguo centro de estudios “Disculpa que no te acompañe” Me dijo “Pero tengo un par de chapuzas que hacer, y ya que me has levantado de la cama, mejor me voy poniendo manos a la obra” añade en tono socarrón.
Y aquí estoy, caminando por los pasillos del instituto; impregnándome del ambiente, intentando rememorar y recuperar aquellos años de infancia y adolescencia que ya no volverán; como cazador que persigue la presa, así voy yo, buscando recuerdos que me hagan volver a sentir y emocionarme como en aquellos días en los que era más fácil sorprenderme e impresionarme.
AYER
Mañana de Octubre; el curso ha empezado ya, y todas las emociones se arremolinan en mi estómago, cortándome la digestión del desayuno. El ver cuántos de mis compañeros de clase en el colegio vienen a este instituto; y ver a cuáles les ha tocado en mi clase. El temor a que me gasten alguna novatada, y la secreta esperanza de que esas cosas hayan quedado ya en el olvido y sean más una habladuría o rumor para asustarnos a los nuevos alumnos que otra cosa. Inquietud por ver qué vamos a aprender aquí.
A partir de que empiezas el instituto, una parte de tu infancia va muriendo, para dar paso a los bocetos de la persona adulta que vas a ser: Los estudios van siendo algo más complicados; ya no estudias los mismo que todos tus compañeros; pues ya de por sí, tu clase estudia asignaturas distintas de la clase de al lado. Empiezas pues, a escoger aquello que te gusta o te resulta más fácil, ignorando (o no) que esas elecciones definirán en parte tu futuro.
Es una mañana soleada; y es raro que siendo Octubre, mes otoñal por excelencia, haga un tiempo tan agradable y luminoso, pero supongo que es a lo que nos tenemos que ir acostumbrando debido a lo mal que hemos tratado a este planeta: días soleados en Enero, y lluvias intensas en Julio, con alguna nevada a traición en Abril. Definitivamente, nos estamos cargando el medio ambiente; y compruebo con desagrado, que todos los alumnos que están fumando, contribuyen a ello. El ambiente está muy cargado de humo; aunque hay varios carteles en el hall del instituto prohibiendo fumar en el interior del edificio, parece que estuvieran escritos en japonés o ruso, pues la gente fuma sin parar, hasta el punto que la sala parece más bien las calles londinenses en las que se ruedan películas de la época victoriana; casi se diría que Jack el destripador va a aparecer en cualquier momento detrás de alguna esquina y, amparándose en el escondite que le brinda la neblina, cometa alguno de sus sangrientos crímenes en el cuerpo de alguna de las virginales y adolescentes estudiantes. “Con un poco de suerte, se lleva por delante a una de las fumadoras, y así tenemos un agente contaminante menos” Pienso con sorna, embebido por la ensoñación que me produce mi imaginación adolescente.
Sintiendo dificultades para respirar en ese ambiente tan cargado, y no soportando más el olor a tabaco, decido salir al patio buscando uno de esos tan raros rayos de sol en estas fechas. Sol y aire fresco; mi cuerpo, mente y cordura no desean nada más.
Mis ojos tardan en acostumbrarse a la luz exterior, y tengo que entrecerrarlos un poco. Veo borrosas las figuras de unos cuantos alumnos jugando al fútbol; otros charlando sobre la clase que les ha tocado y a quienes tienen de compañeros; alumnos que repiten curso comentando jocosamente los profesores que seguramente tendrán, y cuantas clases piensan saltarse este año.
De repente, apareces tú. Podría usar como excusa el tener el sol de cara para entrecerrar los ojos y quedarme mirándote con cara de lelo; pero en realidad es una ocasión perfecta para poder verte bien sin que se me note demasiado. Tu pelo rubio, compite en su tono dorado con el del sol, relejando su brillo y cegándome en parte; tus ojos somnolientos y entrecerrados, apenas dejan entrever su prístina mirada azul. Vienes hablando con otras dos chicas; sonriendo y dejando escapar alguna carcajada ante los comentarios de alguna de ellas, que desde mi posición, apenas he alcanzado a escuchar.
Te veo pasar por mi lado, y apenas puedo reaccionar; solo me quedo mirándote bobamente, siendo consciente de que no te conozco aún de nada, pero con la seguridad de que te quiero conocer. Tan embebido estoy con tu presencia, que apenas escucho el timbre que avisa que hay que ir a clase. Sólo el codazo de uno de mis compañeros de clase, me saca de mi ensoñación.
HOY
Una llamada inoportuna al móvil, me saca de mi viaje al pasado, y me devuelve al hoy; donde soy ya un adulto que prácticamente ha olvidado lo que es el peso de una mochila llena de libros. Respondo la llamada; y resulta ser una persona que se ha equivocado al marcar. Tras colgar el teléfono, muerdo con rabia el aparato, con la secreta esperanza de que a través del aparato, mi mordedura le llegue al despistado que me ha llamado en lugar de la persona a la que quería llamar, sacándome del sueño de mis recuerdos.
El olor a humedad persiste, y empieza a antojárseme molesto, decido salir a tomar el aire para que se me despejen las neuronas. Voy a buscar a Fermín y a comentarle lo del olor a humedad. A lo mejor esa era la chapuza de la que se quería encargar…

Capítulo IV una cuchilla de afeitar

Me levanto temprano, con los primeros rayos del sol; y me dirijo al cuarto de baño. Antes de salir de la habitación, me giro para mirarte… parece tonto, pero me encanta verte dormida, con tu rostro en paz. También me gusta saber que estás ahí, que estás protegida, y que compartes mis sueños, esperanzas y alegrías cada noche y cada día.
Tras haberte visto, entro lentamente en la ducha después de haberme despojado de la ropa, de la misma forma que me quito esas barreras que ocultan y protegen mi alma de cualquier agresión. El agua caliente cae sobre mi cuerpo, mi cara, mi pelo; golpeando sin piedad toda mi piel. El vapor comienza a inundar la pequeña estancia; formando brumas que me envuelven y abrazan con su cálido e incorpóreo tacto.
Salgo de la ducha y me dirijo al lavabo; paso mi mano por la cara.
¡Aaaagh! ¡Parece papel de lija!.- Me digo en voz alta. Tomo en mi mano la cuchilla de afeitar, y, sin previo aviso, una oleada de recuerdos asalta mi mente.
AYER
Las lágrimas caían por mi rostro mientras un punzante y agudo dolor me atravesaba el pecho. Ella me había abandonado; ella, por la que todo había dado; ella, que era mi única fuente de alegría y felicidad en aquellos locos y confusos años de mi adolescencia tardía; ella que había tocado mi corazón como nadie lo había hecho hasta entonces. Y ya no estaba conmigo; se había marchado dejándome lleno de amargura y fúnebres pensamientos.
La puerta del baño estaba cerrada a cal y canto, pues quería estar sólo; no quería que nadie me viese así; ahogándome en la bilis de mi tristeza; ni tampoco deseaba la compasión de nadie. Sólo, total y completamente sólo; sentado en el frío suelo del cuarto de baño, con la espalda apoyada en la puerta; y unas lágrimas saladas y amargas recorriendo mis mejillas.
Miré hacia mis manos; una con el puño cerrado fuertemente y marcando las azuladas venas a través de la piel; en la otra, el puño sostenía temblorosamente una cuchilla de afeitar
- ¡Vamos!.- me decía - ¿Tanto miedo tienes a morir?.- Era una voz interior que me invitaba a la muerte, a compartir su gélido abrazo, a abandonar esta vida que se me antojaba sin sentido y llena de dolor. Había bebido mucho esa noche, el alcohol nublaba mis sentidos, reflejos y razonamientos. El mareo era tal, que no podía ni tan siquiera ponerme en pie. Las píldoras ingeridas también contribuyeron en los acontecimientos que se sucedieron.
Entonces lo ví… mi difunto hermano se encontraba ante mí; sonriente. Estaba allí como siempre le recordaba y le quería recordar: Fuerte, seguro de sí mismo, cariñoso y atento con su hermano; en su perfecto papel de hermano mayor. Me esperaba con los brazos abiertos, invitándome a compartir con él el otro lado.
- Ven conmigo, hermano. ¿Para qué seguir en este mundo lleno de sufrimiento y dolor? Ven conmigo a lo que llaman “el más allá”. Abandona esta existencia tan desagradable y acompáñame, que te echo de menos. Yo también pasé por algo así, y créeme, el reunir valor para dejar ese mundo injusto es lo mejor que he podido hacer en mi vida. Hazlo tú también y sígueme.
La invitación era cálida. Mi hermano, mi querido y amado hermano, cuya muerte tanto había llorado, venía a buscarme para llevarme con él y jamás separarnos. Pero algo frenaba mi mano; me daba miedo el dolor, tenía pánico a morir; mas vivir se me hacía insoportable. El pulso me temblaba horriblemente, parecía que mi mano había cobrado vida propia, y se resistía a hacerme abandonar esta vida.
Sentado en el suelo, mi espalda sentía la firmeza de la puerta, y el frío de las baldosas del suelo empezaba a calar a través del tejido de mis pantalones; restándole calor a mi carne, entumeciéndome las piernas. Pero yo permanecía inconsciente a todo ello; se me antojaba lejano, muy lejano, como si le pasase a otra persona totalmente ajena y distinta a mi. En el cuarto de baño, aislados del mundo exterior, sólo existíamos mi hermano y yo. Su semblante se volvía serio por instantes, y sus ojos me juzgaban con dureza.
- ¿Qué te sucede?... ¿No quieres venir conmigo?... ¿Acaso no deseas abandonar todo esto? ¿Es que no ves que te hace daño?... Hermano mío, ¿Acaso ya no me quieres?
Llegados a este punto, su rostro se tensó más aún, su ceño se fruncía, a la vez que su mirada adquiría un fuego cuyo fulgor me era imposible de contemplar; un rictus de rabia se dibujaba en sus labios, convirtiendo su cara en una máscara de furia mientras su voz sonaba a puro desprecio.
- ¡Déjalo!.- Practicamente me escupía las palabras junto a su nada disimulado desprecio por lo que era una clara muestra de debilidad y temor por mi parte.- Me estás demostrando que no eres más que un sucio cobarde; una jodida nenaza a la que le da miedo darse un simple cortecito. No quiero a semejante escoria miedica a mi lado por toda la eternidad.- Se dio media vuelta y empezó a caminar hacia ninguna parte… dio tres pasos, y se detuvo un instante; parecía que cogía aire para elegir cuidadosamente su última lanza verbal que iba arrojar para terminar de herirme en sus sentimentos. Giró su cabeza, y lanzó la andanada.- ¡Me das asco!.- Volvió a mirar en dirección opuesta a mi, y prosiguió su marcha al frente hasta desvanecerse en la pared de azulejos.
Sentí como si un inmenso jarro de agua fría se hubiese derramado por mi espalda. Era una sensación gélida, escalofriante y enfurecedora. Un rápido vistazo a mis manos; una, con el puño apretado con más fuerza que antes, con los nudillos pugnando por asomar a través de la piel, en la otra, la cuchilla fuertemente aferrada; una rabiosa determinación se apoderó de mí, seguida de una sombría elección y…
Estaba hecho; apenas notaba el dolor que me mordía en la muñeca donde se había producido el corte, del cual, manaba un torrente cálido y carmesí. A pesar de esa sensación como de estar flotando, conseguí ponerme en pie y enfrentar mi mirada a la de mi reflejo en el espejo; intenté esbozar una expresión de triunfo, pero mi otro yo, el que me devolvía la mirada desde el otro lado del espejo, esbozaba una expresión que se me antojaba patética y estúpida. Mejor así, el autodesprecio que sentía por mí mismo era tan grande, que me alegraba de saber que era la última vez que iba a ver aquel rostro bobalicón. El mundo comenzaba a dar vueltas a mi alrededor; se me ocurrió pensar que tal vez era yo, que estaba bailando para así festejar el fin de mi existencia y el de mis días en este mundo que se me antojaba cada vez más hediondo y miserable.
La realidad era otra: El riego sanguíneo empezaba a no llegar al cerebro, provocándome aquella dulce sensación de mareo. Cerré los ojos, y casi podía oir un riachuelo correr, pájaros cantando y algo más… a lo lejos, me parecía oir que alguien gritaba mi nombre, pero al intentar prestar algo de atención a aquel sonido, descubría que se trataba sólo del rumor del viento…
HOY
El calor una lágrima resbalando por mi mejilla, me devolvió a la actualidad; al aquí y ahora. Instintivamente, miré hacia la muñeca donde me hice el corte años atrás, buscando algún vestigio o resto de la cicatriz que me recordase la estupidez cometida por aquel entonces. Los recuerdos; los benditos y a la vez malditos recuerdos duelen más que las heridas originales, y sus cicatrices son mucho más difíciles de cerrar y olvidar. Dejé que la lágrima cayera al lavabo, juntándose con el resto del agua caliente que tenia preparada para limpiar la cuchilla de afeitar tras varias pasadas. Me miré al espejo, y ahí estaba mi otro yo, llorando también, y hablándome sin palabras.
Enseguida supe lo que tenía que hacer: quité el tapón dejando que el agua se fuese con el desagüe, permitiendo que mi lágrima se fuese junto al resto de gotas de agua hacia un nuevo destino. Me vestí, y tiré la cuchilla de afeitar a la papelera.
Salí del baño en silencio, y ahí estabas; dormida aún en la cama, por lo que decidí no despertarte. Jamás te he contado ese capítulo de mi vida; y por Dios, por el amor que te tengo y por el juramento que nos hicimos, que jamás lo sabrás. Es por eso, que dudo que comprendas en su máxima expresión el negro humor que destila la nota que te dejo encima de la mesa del salón.
Salgo un momento,
voy a comprarme una maquinilla
eléctrica de afeitar
Nos vemos por la noche,
Te quiero.

lunes, 31 de agosto de 2009

Burradas Sexuales

      Preguntas Sorprendentes Sobre SEXO Que La Gente Hace En Los Foros.
Un Cachondo Ha Ido Dejando Sus Respuestas


1) ¿El semen traspasa la ropa interior? ¿sobrevive al agua?. Mi novio eyaculó 
sobre mis senos en mi día 12 del ciclo, yo estaba acostada y me quedé quieta 
hasta que el me limpió con papel y una toalla; minutos después me toqué la 
vagina (interna) con la mano pero por encima de mi ropa interior, y me quedé 
preocupada.

Me temo que hay motivos para estarlo. Hay una variedad de semen, conocido 
como "Semen Potter" que es capaz de atravesar cualquier barrera. Contiene 
espermatozoides con gafas y cara de tontos que son verdaderos magos. 
En cuanto a si sobreviven al agua, lo mejor es que si lo haces en ese medio 
te pongas un traje de neopreno. Toda precaución es poca.


2) ¿Si es virgen y le entra semen, pasa algo?.Tengo sexo anal con mi novia 
, y tenemos la duda si le cae una gota de semen en la vagina y es virgen , 
¿puede pasar algo, o no entra el semen cuando es virgen ?.
Para naaaada. Si es virgen tiene una barrera infranqueable. Varios equipos 
de fútbol de primer nivel tienen en sus porterías a zagalas vírgenes. 
Como consejo te diría que la próxima vez que lo hagas con tu novia le pases 
la mano por sus genitales. Si te deja hacer sexo anal y no vaginal hay algo 
raro. 
Resumiendolo mucho; TIENE MANGO SI O SI.


3) Deseo saber si al ingerir o tragarte el semen de tu pareja se corre el 
riesgo de adquirir el SIDA?¿Pero qué dices?. Para naaada, para naada. Puedes pegarte auténticos 
banquetes de semen y ni rastro de sida. Sólo se contagia si alguien que lo 
tiene te llama por teléfono y tose, en ese supuesto no tienes apaño.


4) Sabéis dónde puedo encontrar un tapón para evitar que salga el semen?.En un todo a cien seguro que lo tienen. También puedes probar a fabricarte 
uno con loctite y un dedal.


5 ) ¿Puedo quedar embarazada si mi rodilla se llenó de semen y al colocar la 
pantys lo pude trasladar?.
Buenoooo. Lo más seguro. Date cuenta que la rodilla envasa prácticamente al 
vacío. La próxima vez ponte "la pantys" por la cabeza, simpre teniendo 
cuidado de no tener restos de semen en la oreja o en el pliegue nucal.


6) Lo que pasa es que siempre que eyaculo me sale el semen amarillo eso por 
qué es, y es malo?
A ver Yamamoto, ¿cuál es la parte de tu raza que no entiendes?.


7) Quiero quedar embarazada, pero cuando mi pareja acaba y me incorporo se 
me sale el semen. Puede ser un problema?
Problema no, problemón. Te recomiendo que vayas haciendo el pino al menos 
los tres días posteriores a su eyaculación. Si notas pérdidas puedes acudir 
a "pajeros sin fronteras", ellos te darán una espátula que viene de miedo 
para estos casos.


8) Mi semen es transparente,y ya tengo 17… ¿por qué? ¿será que soy 
estéril?.
¡AY DIOSSSS MÍIIIIIIO, ERES NENUCOOOO PERDIIIDOOOO!. La transparencia es 
como la prueba del algodón. Mis condolencias U_u


9) ¿El semen deja manchas en la ropa?.Si yo te contara…Eso no hay Dios que lo saque. Ya puede venir esa moza con 
la arielita del futuro o 250 generaciones de Don Limpio, que no sale y no 
sale.


10) Si quiero isiminarme artificial sirve el semen del preservativo?.Hombre, eso depende. Si quieres "isiminación" barata sí.. Puedes usar un 
preservativo, un bote de mermelada o el mismo orificio de la oreja.


11) ¿puedes quedar embarazada masturbándote con una almohada que tenga 
semen?.
Sin paños calientes te digo que estás embarazada. En la letra pequeña de la 
almohada lo pone bien claro: si eres tan guarrilla de no limpiar la almohada 
después de que le echen el veneno, es evidente que te la vas a introducir 
hasta el gaznate; Pikolín no se hace responsable de tus vástagos.


12) He tenido sexo anal con mi novia y ahora ya no se le cierra, ya no tiene 
una buena higiene, incluso los gases ya no le suenan como antes;sólo se oye 
como un viento. Consejos por favor.
Podías haber resumido la cuestión diciendo: le he dejado a mi novia el culo 
como un bebedero de patos, ya ni trompetea cuando se tira un pedo. 
Pues te voy a decir un refrán que me acabo de inventar: ped que no suena, te 
pinta el culo y huele de pena. Eso sí, tienes aire acondicionado gratis.


13) ¿Cuando el animal eyacula dentro de mujer puede que se embarace, o el 
hombre en un animal hembra?.
Se han dado casos. Espinete tuvo, al parecer, un ecuentro amoroso con Chema 
el panadero, y de ahí salió Rizos el de la llamada del ahorro.


14) Mi novia dice que no me la chupa porque el semen engorda. ¿ Eso es cierto
?.
Buenooo, clarísimo. Jamás se ha conocido a ninguna modelo que lo haya hecho. 
Y ya si vas al endocrino te cagas, lo primero que te dice es: ¡¡haz el favor 
de no hacer felaciones que te estás poniendo como una foca!!.


15) ¿Cómo le llaman a la persona que gusta de beber semen ?.Yo si es chica le llamo "mi media naranja".


16) Tuve relaciones y me puse dos condones por precaución ¿hice bien?Igual te has quedado corto. Yo probaría a ponerme tres condones, una bolsa 
del supermercado y 17 globos de peseta. En tus manos lo dejo.


17) ¿Puedo estar embarazada sin penetracion sin eyaculacion y sin condón ?.Es muy posible. Se han dado casos de embarazo al contacto con una silla de 
mimbre. Yo me tomaría una pastilla invisible del día después y seguiría haciéndolo 
con el coco.


18) ¿Por qué no me queda bien el condón?.¿Has probado combinándolo con un fular y calcetines de cuatro dedos?. Es 
fashion fashion.


19) ¿Alguna vez has masturbado a un perro? A mi siempre me gustaba hacerlo y 
salia semen, le llamabamos "ordeñar al perro".
Ya que tienes experiencia en el terreno canino puedes adentrarte en el mundo 
de los ñúes, cebras, etc. O también puedes intentarlo con un mono de culo 
rojo (seguro que si le haces alguna cosilla más ni se le nota).


20) Si tengo relaciones diario y eyacula, ¿qué les pasa a los espermas, les 
ganan a los nuevos o los viejos se quedan?.
En estos casos se produce lo que vienen siendo unas olimpiadas de 
espermatozoides. Entre las pruebas están el tiro al óvulo, el salto con 
uretra, el lanzamiento del gameto masculino, etc. Los que ganan se quedan y 
los otros se despiden hasta dentro de cuatro años.


21) Cada vez que le doy un beso a una chica eyaculo ¿es normal?Yo creo que sí hombre, no te preocupes por eso. También lo que puedes 
hacer es penetrarla durante una hora y cuando quieras eyacular le das un 
besito.


22) ¿Los espermatozoides mueren al tirar el condoó?Para nada. Una vez que tiras el preservativo crean un mundillo dentro de él 
y residen allí para siempre. Se han encontrado casos de espermatozoides de 
76 años viviendo en un preservativo de sabor plátano.