viernes, 28 de diciembre de 2012

La casa de mi vida (deberes del Maestro)

Hola!! Soy Almu, y esta es mi primera entrada ( para nada bajo presión del autor del blog *sonido de pistola siendo cargada* ) La verdad es que me da un poco de apuro, y vergüenza puesto que nunca he publicado nada peeeero aquí estoy, espero que os guste y disculpad mi torpeza.


Bueno, pues ya que habéis llegado hasta aquí ¡BIENVENIDOS!. Esta es mi casa, una pequeña casita aún con habitaciones y pisos por construir puesto que es de nueva construcción. Pero una cosa os aviso, todo aquel que entra, contribuye con algo, con un pequeño ladrillo aunque sea, a construirla.
Está situada en un bonito prado verde y lleno de flores donde poder descansar. Tiene muchos recovecos donde poder perderte a gusto pues me complace la tranquilidad y la paz de la naturaleza. Para mi es esencial estar en contacto con ella, nos recuerda que no somos los amos del mundo, que vivimos rodeados de pequeñas y grandes criaturas junto con hermosos paisajes serenos  que nos ofrecen un mundo de sensaciones a través de ellos. A pesar de esta descripción bucólica, no estamos muy lejos de las demás casas puesto que vivir sin nadie a mi alrededor me hace sentir un vacío y una soledad inconsolables, es decir, soledad si, pero tampoco hay que pasarse.
Si os parece dejamos un poco atrás este paseíto de flores y baldosas amarillas a la entrada y pasamos ya hacia dentro.

Como he dicho, a mi casa le faltan estancias que crear y algunas por amueblar pues lleva más bien poquito tiempo construida asique no os asustéis si veis algún cable suelto, tornillos por el suelo o algún andamio que otro en la fachada. Aún así tiene algunas zonas que están bien situadas.

Os aviso que durante nuestro viaje oiréis diferentes melodías pues en mi vida la música es imprescindible, es por eso que el hilo musical está constantemente encendido. No os preocupéis, la música es más bien variada porque, aunque prima el rock, lo que de verdad me gusta de este pequeño placer de la vida es el sentimiento que transmiten con sus letras o su melodía. Si no hay sentimiento no hay música.

¡Ah! Y no os asuste si os encontráis a alguien por dentro, hay gente que al igual que vosotros, también está de visita. Y no solo personas, pululan por ahí mis pequeñas mascotas, como dije antes, los animales nos enseñan más de lo que podamos enseñarles nosotros.

Tras cruzar la puerta vemos un gran, gran pasillo. Este es el camino que nos lleva a cada una de las habitaciones. Está decorado con algunos cuadros y fotos, una pequeña representación de lo importante que es el arte para mi en todas sus formas.  Al final podemos ver una puerta que da al exterior, la llamada “puerta de atrás”. ¿Para qué sirve? Pues bien, esa puerta tiene la función de permitir salir a aquel que quiera irse de mi vida sin tener que dar un paso hacia atrás y molestar al resto que vienen con el ya que es bastante molesto que anden empujando y trasteando.

Continuemos. La primera habitación que nos encontramos es el salón. En el se encuentran una gran estantería llena de libros junto a un televisor casi lleno de polvo, nunca lo he usado demasiado pero en momentos puntuales es bastante entretenida. En el centro de la sala hay una gran mesa rodeada por sillas. Aquí es donde invito a mis visitantes o huéspedes (para quien quiera permanecer dentro un poquito más) a charlar y conocernos. Una buena comida, una divertida o producente sobremesa, un cafecito…Digamos que esta es mi “sala multiusos”.

Si avanzamos por el pasillo podemos ver a mano derecha una serie de 6 habitaciones. ¡Pero no podéis pasar! No son mías, son privadas. Pertenecen a cada uno de los miembros de mi familia Mis padres y hermanos. Ellos son habitantes permanentes en esta casa ya que son los que principalmente me han ido ayudando poco a poco a construirla más que ningún otro.

Si seguimos caminando encontramos mi habitación, una pequeña estercolera. Mi orden es un gran caos. Está todo lleno de libros, apuntes, fotos, etc. En fin, aquí guardo mis pequeños tesoros, momentos inolvidables, cajas llenas de sonrisas y carcajadas, perfumes de besos, maquillaje para los malos recuerdos y vestidos de colores para los días más oscuros. Si nos fijamos, detrás de tanto alboroto está lo más importante de la habitación: la cama. Aquí es donde fabrico mis sueños y mis metas, aquello que quiero lograr o esas cosas imposibles que todos nos paramos a recrear en nuestra mente de vez en cuando. Estas fantasías que de pequeña eran poder volar o poder salvar el mundo junto a mi buen amigo Son Goku y que ahora tienen formas más profundas y sentimentales están guardadas a buen recaudo en mi libreta debajo del colchón, transformadas en historias desde las más frescas hasta las más oscuras.

Llegamos a las estancias de pura supervivencia. El baño y la cocina. Sobre esto no hay demasiado que decir, la cocina la uso lo justito para no morirme de hambre y el baño a diario pues pienso que la higiene no solo te limpia por fuera sino que te ayuda a purificarte por dentro, no solo en cuestión de tripas, que también, sino en el ámbito de alma y corazón. Por algo dicen que el agua es la esencia de la vida.
Y hablando de limpieza y purificación aquí está uno de los lugares más importantes para mi: mi pequeña capilla. Es chiquitita, no hay imágenes tan solo un pequeñito sagrario con una vela encendida y un par de banquitos donde poder tener un pequeño rato de oración compartiendo un fragmento de mi día con Él. Es una estancia que casi hace de pilar fundamental. Está situada en el centro la casa, enfrente de mi habitación. Si ella se destruye, toda mi casa se viene a bajo.
Tengo que decir que en ella no se siguen dogmas, no se implantan creencias. Cada cual reza a su modo, es un momento de intimidad y calor donde las ideas de nadie pisan las de otra persona.

Para finalizar hay una pequeña puerta detrás de la cual hay escaleras que dirigen a una especie de sótano. Es una sala cerrada con llave por lo que solo me limitare a describirla y no a profundizar en lo que hay dentro. Es la sala de mis recuerdos olvidados. Siempre está a oscuras y es muy fría pero cuando entras la pequeña luz que hay dentro se enciende y te muestra todo lo que hay. Todos esos recuerdos están guardados en cajas y son momentos dolorosos o la imagen de personas que he querido desterrar de mi pensamiento pero que sin ellos, esta casa realmente no estaría en pie ya que han hecho más fuerte sus cimientos. Es por ese motivo por el que siguen dentro y no han sido expulsados por la “puerta de atrás” .

Bueno, hasta aquí mi guía de hoy, si queréis seguir viendo más de esta pequeña morada, ¡tenéis que ganároslo a pulso!. No es sencillo dejar que habrá las puertas así como así, llevo las llaves a buen recaudo al lado del corazón, pero nunca negaré un techo a aquel que venga con ganas de ser cobijado.

martes, 25 de diciembre de 2012

Juan Salvador Gaviota (La canción)

   Hace un tiempo, os hablé de un libro que me marcó, y que a día de hoy, lo tengo como un libro de cabecera: Juan Salvador Gaviota. 
   Pues bien, en colaboración con un amigo, he querido hacer una canción-homenaje a dicho libro, y quiero compartir con vosotros aquí los esbozos de lo que viene a ser la letra. ¡A ver si os gusta!



Juan Salvador Gaviota


Otro día más, de comer y escarbar

de ser una gaviota más

sin horizontes que explorar

siendo como los demás.

Y aunque adoro el vuelo

apenas hago lo que quiero

¡qué lejos está el cielo!

De ganas de tocarlo muero

Y yo quiero volar

sólo dejadme volar

no me quiero limitar

a ser sólo un ave más

Sólo dejadme volar



Rechazado, expulsado

por no seguir la corriente

ya no soy aceptado

al ser una nueva fuente.

Por cruzar las fronteras

de lo que es ser gaviota

y alejarme de las arenas

y de un juicio cabezota.


Pero no rechazo mi sueño

de seguir alzando el vuelo

de mi volar ser el dueño

y explorar así el cielo

Y volar sin cesar

sin tocar apenas el suelo

yo vivo para volar

y mi hogar será el cielo.