domingo, 27 de octubre de 2013

Una vez más...

     Una vez más, ahí viene; tranquilo, seguro de sí mismo, dispuesto a satisfacer su deseo. Sé de sobras a lo que viene, y una vez más, da igual que yo quiera o no hacerlo.

     Sonríe según se va acercando a mi. ¿Por qué no soy capaz de rebelarme? ¿Por qué no le digo que no quiero hacerlo? ¿Por qué no negarme a sus deseos? Sé la respuesta más que de sobra: para él, yo soy suya y de nadie más; y como tal, es mi deber satisfacerle, lo quiera o no. "Sabes que te gusta" me dijo en una ocasión para justificarse.

     Ya le tengo a mi lado; sin preámbulo alguno, y casi con avidez, abre la cremallera sin apenas delicadeza, desprendiéndome de mi vestimenta, la cual, acaba tirada en el suelo de cualquier manera, y sin ningún miramiento. Antes de darme cuenta siquiera, ya estoy en sus manos; esas manos grandes y fuertes, cuyos dedos son capaces de reducir aplastar un cráneo como si de un huevo se tratase. ¿Resistirme? ¡imposible! ¡Es demasiado fuerte para mi!

     Empiezo a notar cómo sus enormes dedos van recorriendo mi anatomía: presionando aquí, pellizcando allá... sin apenas darme descanso, y sin poder resistirme. Tan bruto, tan áspero en el tacto, tan falto de la delicadeza digna del gentil amante que debiera ser, y sin embargo... no puedo evitar responder a su tacto; fuerte, excesivamente tosco y rudo, y que, no obstante, me hace perder la cabeza y dejarme llevar, respondiendo así de manera satisfactoria para él según sus deseos. 

     Sus caricias nunca fueron gentiles, jamás me susurró, ni me dedicó melosas frases de cariño. Siempre fue un hombre de esos que van directos al grano; sin preámbulos, sin dulzura, buscando sólo su propia satisfacción personal... y yo no puedo considerarme algo más que un mero objeto que está ahí; siempre dispuesta para él, y rogando por ser lo suficientemente buena como para que no se canse de mí, y me deje por otras... o me acabe desechando de su vida.

     Soy estúpida, lo sé; pero no puedo evitarlo. No puedo evitar el necesitarle, el sentirme vacía sin él; un trasto viejo e inútil cuando él ni me mira. Le necesito... ¡LE QUIERO!, y eso, en parte, es lo que me hace tan imposible el dejarle. Por ese motivo accedo siempre a sus deseos, quiera o no; porque para mí, él es todo mi mundo y mi universo, y da igual que me trato con más o menos cariño, que le de igual que yo quiera satisfacerle (o tenga ganas siquiera), o no... él es mi dueño y señor, y es mi deber cumplir sus deseos.

     Sus manos, sus dedos siguen ahí, apretando, arañando y pellizcando; haciéndome suspirar o aullar, respondiendo así a su tacto, a sus "caricias". La fuerza y velocidad con la que sigue el acto va aumentando, noto su sudor resbalando por su piel hacia mi, empiezo a oír cómo su respiración se acelera y entrecorta... incluso puedo notar su enorme corazón palpitar en ese corpachón de buey; cómo cada pulsación reverbera en todos y cada uno de los centímetros de su piel, incluso en esos dedos que me manosean y aprietan inmisericordes. Sí, noto cómo los latidos de su corazón golpean incluso a través de las yemas de sus dedos, esos dedos que... ¡Dios mío, que enormes e indescriptiblemente fuertes que son!

     Ya queda poco, lo sé. El clímax está bien próximo; y sólo espero que no me golpee al terminar, ni me arroje al suelo con dureza y desprecio. He oído que algunos lo hacen: algunos al terminar, nos golpean fuertemente y sin piedad, y nos dejan por ahí tiradas, rotas, despreciadas, como si no hubiésemos significado nada.

     "¡Temina!" Grito para mis adentros "¡Termina de una vez, cerdo egoísta! ¡Acaba de quedarte satisfecho, y déjame en paz!" No sé ya si le desprecio a él por lo que me hace, o a mí misma por permitirle hacérmelo. Pero nunca se lo digo de viva voz, nunca me rebelo, nunca me niego... ¿Por qué? Porque (y que Dios me perdone, pero me avergüenza reconocerlo) en el fondo me gusta. En lo más profundo de mi, sé que mis respuestas no son fingidas sólo por complacerle; a pesar de su rudeza, he de reconocer que sabe donde tocarme y cómo hacerlo; y que cuando me toca, no sólo me siento deseada, si no a la vez, querida.

     "¡Sigue, sigue mi amor!" le digo sin palabras con mis respuestas a sus actos "Ya queda poco, y esto lo vamos a acabar juntos"... Ya lo noto, ya está a punto de terminar; lo sé porque su ritmo empieza a decrecer, y porque, a pesar de su rudeza y tosquedad, le gusta acabar de manera suave, con una caricia genuina y sorprendentemente delicada, justo antes de separar su cuerpo del mío.

   Ya ha finalizado, y una vez más, suspiro aliviada al ver que no me golpea, ni me tira como si fuera un desperdicio. Al contrario, vuelve a cubrir mi desnudez, y sube con cuidado la cremallera de nuevo.

     Sé que me vais a decir que soy tonta, que soy estúpida, pero le amo; le amo y le necesito con locura, y no puedo soportar la idea de que esos dedos ásperos, toscos y faltos de gentileza, toquen a otra como me tocan a mi. ¡Te amo con toda mi alma, mi vida!

      Muchas gracias por escucharme; ahora me siento liberada, aliviada, y eso pesa más que la vergüenza por reconocer públicamente lo adicta que soy a este hombre

    Es hora de salir del anonimato. 

     Desde que existe internet y las redes sociales, eso no existe; así que antes que alguien exponga mi rostro por mí, ya lo hago yo. 






martes, 15 de octubre de 2013

Una Vacante Imprevista

     Recuerdo haberle regalado a Portal este libro por Reyes estas pasadas navidades. Ambos somos fans incondicionales de Harry Potter, y teníamos auténtica curiosidad por cómo sería este nuevo libro una vez que ha terminado la saga.
     No ha sido hasta este mes que no he podido empezar a leer de nuevo, así que hasta ahora no he podido compartir mis impresiones sobre el libro.

     Empezaré con una pequeña sinopsis introductoria: Barry Fairbrother, miembro del concejo parroquial del pequeño pueblecito británico de Padgford, se dispone a cenar fuera con su mujer para celebrar su aniversario de bodas cuando cae fulminado al suelo, para morir poco después víctima de una embolia. Barry era una persona muy agradable y popular que defendía a capa y espada una barriada conflictiva en la cual él mismo se crió. A partir de ese momento comienza una terrible cruzada para ocupar la codiciada plaza del concejo que el difunto Barry deja vacante; una cruzada en la que quedarán al descubierto las miserias de los vecinos del pueblo.

    Siendo brutalmente honesto, J.K. Rowling me ha decepcionado con este libro. Una cosa es que no escriba más sobre el mago adolescente que la catapultó a la fama y la sacó de la pobreza (hasta ahí de acuerdo), pero el cambio de estilo de narrativa es lo que me ha "descolocado". Según voy leyendo cada capítulo del libro, me encuentro que cuando cambiamos de párrafo, lo hacemos también de personaje; pero es que además pasamos a uno que no tiene en absoluto nada que ver con el anterior. Imaginad saltar de personaje en personaje en cada capítulo hasta en cinco ocasiones; es tan caótico, que te pierdes en varias ocasiones, y tienes que releer párrafos enteros, e incluso hacerte un esquema de quién es quién, y qué tipo de relación tiene con otros personajes. Para rematar, si va alternando entre el nombre del personaje, y su apodo...

     Otro punto negativo que le saco al libro es el abuso del lenguaje barriobajero y soez. Entiendo que los personajes de extracción social baja, los que están en una situación más marginal usen ese tipo de vocabulario (¡Carajos, si yo mismo lo hago también!), y que es imprescindible que hagan uso del léxico en cuestión para que puedas meterte mejor en la psicología del personaje; sin problemas al respecto. El problema es que lo use también el narrador, perdiendo ese punto de ser omnisciente, omnipresente y objetivo; al permitirse el "contaminarse" de esa manera, hace difícil distinguir al narrador del personaje, aumentando así la confusión.

   ATENCIÓN SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ
(Luego no digáis que no aviso)

     Haré como de costumbre: lo pondré en el mismo color del fondo, por lo que si queréis leerlo, tendréis que seleccionar el texto con el ratón.

     Parece que la amiga Joanne no ha querido abandonar del todo una de sus señas de identidad, y, como sucedió en la saga del mago, los personajes empiezan a caer como moscas a lo largo del libro, para terminar con un trágico final no del todo inesperado, donde la tragedia se mezcla con una "victoria de los buenos" (si es que se le puede llamar así, pues se trata de una victoria bastante pírrica), y un sentimiento de conclusión, como de que la historia acaba ahí y punto.

     En fin lo dicho: muy decepcionado, esperaba mucho más.

miércoles, 9 de octubre de 2013

¡Coño, cómo ha cambiado el cuento!

La Bella Durmiente

   En la primera versión del cuento, titulado: El Sol, la Luna y Talia, de Giambattista Basile, la bella durmiente fue violada por un rey que pasaba por allí y dio a luz gemelos... todo ello mientras dormía.



                                                                            Blancanieves



   En la versión de Blancanieves de los Hermanos Grimm de 1812, la reina era la madre biológica de Blancanieves; quería comerse sus pulmones e hígado como prueba de su muerte. Al final tuvo que bailar con unos zapatos de hierro al rojo vivo hasta su muerte.







      Cenicienta


En la versión de los hermanos Grimm de la Cenicienta, las hermanastras se cortaban trozos de pie para que estos cupiesen en el zapato de cristal, hasta morir desangradas. Al final, los pájaros les devoraron los ojos








   La Sirenita


   En la versión original de La Pequeña Sirenita, de Hans Christian Andersen, el mero hecho de caminar le suponía una terrible agonía, como si estuviese caminando sobre el filo de espadas; y aún así, bailó para el príncipe. Cuando este se enamoró de otra, en lugar de matarle para salvarse a sí misma, muere y se disuelve en espuma






La Bella y la Bestia

En una versión llamada El pequeño escobero, del recopilador de folclores Ludwig Bechstein, la Bestia se convirtió en el compañero de lecho de la Bella; abrazándola y besándola todas las noches. Sus hermanas la ahogaron en una tina (bañera) para ser convertidas después en columnas de piedra.







Tiana y el Sapo

En la versión original de los Hermanos Grimm de El Rey Rana, la rana engaña a la princesa para que haga un pacto con él. Después, le va pidiendo cada vez más favores,llegando a pedirle a la princesa que le deje dormir con ella en su cama. Furiosa, lo arroja contra la pared, momento en el cual se convierte en príncipe








Rapunzel

  En la versión de Rapunzel de los Hermanos Grimm de 1812, el príncipe visitó con tanta frecuencia a Rapunzel, que esta quedó embarazada, quedándole excesivamente ceñidas sus prendas, lo cual la salvó de la bruja, que se deshizo de ella. Tuvo gemelos en medio del bosque.