viernes, 31 de enero de 2014

"Nota de prensa"

Panamá, a 31 de Enero de 2014

   No es sin cierto nerviosismo que hoy comparto con vosotros la siguiente declaración de intenciones.
   Tras meses de silencio, de promesas de volver a retomar el escribir algo más largo tras mi primer intento que fue No soy yo, son tus sueños; (el cual, aunque no me dio como para plantearme el dedicarme en exclusiva a la escritura, sí que tuvo un resultado mejor del esperado con 150 unidades repartidas/vendidas de un total de 200) por fin me he propuesto el día de hoy ponerme en serio a llevarlo a cabo; y no con uno, si no con dos libros.

   Puede sonar un poco a locura, pero cuando a uno la imaginación le golpea, lo hace así. Llevo desde Octubre intentando acallar las voces en mi cabeza, intentando poner orden en las ideas que se me amontonan, se empujan, arañan y muerden entre ellas... Mi cabeza es una terrible olla express a punto de explotar, y necesito dar salida a todo eso, o acabaré majara perdido.

   ¿Cómo lo voy a hacer? Fácil (en apariencia), me voy a poner el firme propósito de escribir al menos entre una y cinco páginas diarias antes de acostarme todos los días, para poder sacarlo adelante. La ventaja de contar dos historias distintas (aunque me está viniendo una tercera a la cabeza), es que si me bloqueo con una, puedo continuar con otra; y así no me aburro y dejo abandonado el proyecto como me ha pasado en otras ocasiones.

    ¿Que si puedo adelantar algo? ¡Bueno! Si lo hiciera, os estaría soltando un "spoiler" como un camión (más bien dos). Pero sí que os diré que son dos historias tan diferentes, y contadas de manera tan distinta entre sí, que era imposible que formasen parte de un solo libro. Una de ellas precisará de cierta investigación y contrastación de datos por mi parte con profesionales para no meter la pata en los relatos, y no contar cosas desde el prisma del sensacionalismo y la desinformación (¿verdad, Señor Dan Brown?). Y otra, no se trata de una idea original mía, pero sí que jugará con ciertos descartes de guión de la saga de La Guerra de las Galaxias.

   Dicho lo cual (y esperando haberos dejado con la miel en los labios, lo cual suele ser un motor para mí para que no deje de escribir), me despido.

   Muchas gracias por vuestra atención.

jueves, 30 de enero de 2014

¿Por qué enamorarte de libra?


  1. Porque libra es un experto en hacer de una situación dada, el evento más placentero.
  2. Porque libra está contentísimo cuando te ve feliz.
  3. Porque el lema “todo el mundo ama a un libra” es cierto. Prácticamente, es imposible odiarle.
  4. Porque libra te ayuda a ver los dos lados (o más) de cualquier asunto.
  5. Porque aprecia la belleza y sabe poner belleza en la vida de quien le rodea.
  6. Porque libra, mismamente, es una criatura bellísima.
  7. Porque, para libra, relajarse es un arte. Y le hace muy feliz que otros compartan su estilo de vida plácido y agradable.


Yo fui a EGB


   Reconozco que soy un poco cabrito; pues pudiendo haber dicho que quería este libro por Reyes, no se me ocurrió pedirlo hasta pasado ese día; por lo que se convirtió en un auto-regalo. Cuando lo compré, me llevé la grata sorpresa de ver que era la 6ª Edición (lo cual me alivió del amargo trago de comprobar que el libro de la paleta de San Blas que una vez se folló a un torero palurdo, se quedó preñada de él, y vive de contarlo a pesar de haber pasado ya más de 13 años de entonces, era número 1 en ventas)

   ¿Qué decir? Que lo he disfrutado, y mucho; y que me ha dejado con ganas de más.

   Debe ser que me estoy haciendo viejo, pero la sensación de nostalgia y añoranza que me quedó durante todo el vuelo a Panamá mientras lo leía y veía, no me la quita nadie. Sí, habéis leído bien; he dicho "veía", y es que este es un libro muy visual; infinidad de fotos  con su  texto explicativo es lo que conforma este libro muy ágil de leer y que te deja con ganas de más.

   Sí, eso es lo único que a lo mejor tengo que "reprocharle" a este libro, y en realidad, tampoco tengo motivos para ello; es muy completo, y no se dejan nada de aquellas décadas de los 70 y 80, pero... ¡Me he quedado con ganas de más!

  Tanto así, que voy a retomar un viejo "proyecto". Hace un tiempo creé un grupito en Facebook llamado "Memoria Catódica", en el cual iba haciendo un pequeño repaso a las series y programas de televisión que veía de pequeño (y fueron muchas, me podéis creer). Peeeeeero, como la red social se ha vuelto tan puñetera con los grupos y las páginas, y como muchos de mis seguidores de este humilde blog no tienen cuenta en dicha red social, creo más oportuno retomarlo en este, mi pequeño latifundio virtual en el que (de momento) gozo de bastante libertad para publicar sin que me cierren así, sin previo aviso.
   ¡Lo dicho! Aprovecho para darle las gracias a los creadores del Blog, "Yo Fui A EGB", por haberme dado ese involuntario empujón.

martes, 28 de enero de 2014

La infancia de Jesús

   Recuerdo haber comprado este libro como regalo de Reyes Magos para Portal el año pasado. Ambos somos muy de leer cuando tenemos tiempo, y el cansancio del día a día nos lo permite; y dado que se iba a perder los primeros Reyes de Nicolás, quise compensarla con la compra de varios libros (de los cuales, aún no se ha leído ninguno)
   Cuando salió este libro, estalló la polémica, pues algunas de las cosas que Ratzinger en el decía, chocaban con las antiguas tradiciones y creencias que hemos tenido siempre en España.
   ¿Qué decir? Cualquiera que se ha molestado en leer La biblia, y que haya investigado un poco, no se ve sorprendido por las afirmaciones en este libro recogidas (Véase, que en ninguno de los evangelios, ya sean canónicos o apócrifos aparecen el buey y la mula que no faltan en ninguno de nuestros belenes por ninguna parte). Pero no fue así con la mayoría de la gente. "¡LA IGLESIA NOS HA MENTIDO!" se les veía por la tele decir a más de un@ indignadísim@s. De mentira nada, guap@s; lo que pasa es que llevamos tanto tiempo inventándonos las cosas, (y la iglesia las ha dejado correr, porque eran creencias inocentes que a nadie le hacían daño), que las hemos dado como ciertas sin habernos parado siquiera a contrastarlas para ver si realmente son así. Oye, pues ya puestos, os suelto otro spoiler: Ni 3, ni Reyes, ni Magos (ni mucho menos se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar)...  En realidad en los Evangelios dice "unos sabios de oriente (o según la traducción, de lejanas tierras)"; y mucho menos en esas super-pobladas regiones de Belén que hay en nuestros salones en Navidad, creo que hubiera un tío cagando al raso (las temperaturas por la noche en esa región suelen ser más bien fresquitas, ya en las casas había unos pequeños "excusados" consistentes en agujeros en el suelo cubiertos por una puerta para que no te viera la gente giñando, no habían pipas (el tabaco vino del continente americano, damas y caballeros), y mucho menos existía el gorrito típico catalán (aunque el sesudo "historiador" que afirma que Cristobal Colón y Miguel de Cervantes eran catalanes y el Quijote se escribió en catalán originalmente, seguro que es capaz de afirmar que en realidad en Judea se hablaba catalán).
   Pero esto no es algo nuevo. Hay que tener en cuenta, que muchos de los discípulos de Jesús, no sabían escribir, y que antes todo se transmitía por tradición oral; registrándose el primer evangelio por escrito más de 10 años después de los hechos en él relatados. ¿Y en qué lengua fueron recogidos? Pues principalmente en los dialectos de la zona: El Hebreo y el Arameo (si no recuerdo mal, que estoy hablando de memoria, y esta a veces me falla). ¿A donde quiero llegar con todo esto? No sé si os habéis fijado en una estatua que representa a Moisés con cuernos. Pues bien, dicha estatua viene de un error de traducción a la hora de pasar el antiguo testamento al latín, que tradujeron "Testa Cornuta" (cabeza con cuernos) en lugar de "Testa coronata" (cabeza coronada). Y es que tiene su lógica, pues Roma aún se resistía a abandonar "sus" viejas creencias, y le atribuyeron los cuernos que en el Dios Pan (adoptado de los griegos) y en sus "manes" y "lares" (dioses domésticos previos a la asimilación de la mitología griega).
   Pero me estoy desviando (y mucho) del tema. ¿Qué decir del libro? Pues que a mí, particularmente, me ha decepcionado.
   Veréis, yo apenas sabía nada de Benedicto XVI, aparte de lo que se decía hasta la saciedad por todos lados de su juventud vinculado a las SS... ¿Qué queréis que os diga? ¿Vosotros no habéis cometido ni una sola gilipollez en vuestra juventud/niñez de la que os arrepintáis y queráis dejar en el olvido? Yo mismo he cometido muchas, y sé que por mucho que me esfuerce en enmendarlas, jamás podré borrar esas manchas de mi "currículum existencial"; así que, como está escrito (y se dijo anteriormente): "Aquel que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra". El caso es que, tuve la ocasión de escucharle en la JMJ de Madrid 2011, y me sorprendió agradablemente: hablaba con mucha sencillez y claridad a pesar de ser un ratoncito de biblioteca (sí, me molesté en leer sobre él, y el resto de cosas que hizo aparte de su pasado que todo el mundo se empeña en recordar), esforzándose por hacerse entender.
   Teniendo eso en cuenta, yo esperaba un libro más fácil de leer y asimilar: con un lenguaje cercano y fácilmente entendible por cualquiera que se enfrascase en su lectura. Y aunque al principio es así, en seguida comienza un baile de referencias históricas, bíblicas y teológicas, que hace que se te forme una ensalada de palabras que, a menos que hayas tenido una mínima formación (y cierta capacidad de retención), hace que te pierdas; y te des cuenta que has leído de golpe cuatro páginas y no te has enterado de nada. Eso unido a que en la última parte, empieza a usar un vocabulario más avanzado y con más de un tecnicismo, hace que al final no sea un libro apto para cualquier lector, por desgracia; y es una lástima, porque empezaba muy bien.
   ¡En fin! Lo dicho: que a menos que tengáis una mínima capacidad de retentiva y atención (y cierta apertura de mente frente a años de "tradición"), mejor no lo leáis. En caso contrario, disfrutadlo como lo que es: Una obra de teología simplificada para aquellas personas dispuestas a aprender un poquito más.
   Gracias por vuestra atención

sábado, 18 de enero de 2014

Ser un hombre

     Durante mucho tiempo, he escuchado la expresión "Sé un hombre"; normalmente en películas, pero sí que es cierto que es una frase que, a fuerza de oírla repetidas veces, acaba insertándose en el castellano habitual que hablamos a diario.

     "Sé un hombre", dicen y repiten hasta la saciedad, pero ¿qué es un hombre?; o, dicho de otra forma: ¿Qué implica ser un hombre? Pues, bien, os añado aquí la descripción de La Wikipedia:

Hombre

El término hombre puede hacer referencia:
  • como primera acepción, a cada individuo de la especie Homo sapiens, sin distinguir si es varón o fémina,1 como por ejemplo en: «todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos»; en esta acepción, y dependiendo del contexto o la materia, es sinónimo de los términos:
    • en Derecho, una persona física, como sujeto de derechos y deberes;
    • en Filosofía, un individuo, como unidad lógica indivisible; o
    • en Biología y Antropología, un ser humano, como integrante de su especie;
  • en la misma acepción anterior, puede ser usado como sustantivo colectivo como, por ejemplo, en «el hombre es bueno por naturaleza», y en ese uso es equivalente a:
    • en Filosofía y Derecho, la humanidad o el género humano, como el conjunto de todos los individuos;
    • en Biología y Antropología, la especie humana, como el conjunto de sus seres;
    • en Sociología y Demografía, la totalidad de la población mundial, el número de seres humanos que habitan el planeta Tierra en un momento dado;
    • vulgarmente, «la gente»;
  • un poco más ampliamente la palabra también se aplica a cualquier ejemplar del género Homo, que incluye a varias especies extintas de homínidos, como Homo nenderthalensis, Homo erectus, Homo ergaster... como por ejemplo en: «el hombre aprendió a dominar el fuego»;
  • incluso, aunque raramente, puede hacer referencia a cualquier individuo de la subtribu de los homininos en general, que incluye el género Australopithecus;
  • a un varón de la especie humana, de cualquier edad,2 por oposición a la mujer, como por ejemplo en: «las enfermedades cardíacas son más frecuentes en el hombre»;
  • a un varón adulto de la especie humana,3 por oposición al niño o incluso al joven, como por ejemplo en: «me crucé con un hombre vestido de uniforme»; en esta acepción es sinónimo de «señor», «sujeto»;
  • a un sociedad humana determinada y caracterizada de entre la totalidad del género,4 como por ejemplo en «el hombre del medievo tenía escasa esperanza de vida»;
  • a un varón dotado muy marcadamente de los atributos propios de la masculinidad,5 como por ejemplo en «Juan es todo un hombre»; en esta acepción puede ser sinónimo de «macho»;
  • vulgarmente, al marido o novio, en relación a su esposa o pareja,6 como por ejemplo en «mi hombre es muy atento y detallista»;
  • a un jugador participante en un juego de naipes o de otro tipo;7 y
  • además, también puede hacer referencia a:
    • Julio Martínez Hombre (1893-1945), un astrónomo y agrónomo español;
    • el juego del hombreombrel'hombre o l'ombre, un juego de cartas de origen español similar a la zanga;8
    • la playa del Hombre, en el municipio de Telde (Gran Canaria, España);
    • el modelo de automóvil Hombre de la marca Isuzu; o
  • en cine, televisión y literatura:
    • Un hombre (1967), película dirigida por Martin Ritt y protagonizada por Paul Newman;
    • Hombres, hombres (1985), película alemana dirigida por Doris Dörrie;
    • a la serie de televisión Hombres (1997), creada y emitida por la emisora colombiana RCN Televisión;
    • a la miniserie El hombre (1999), emitida por el Canal 13 de Argentina;
    • a la canción «Hombres», del grupo Fangoria;
    • a los hombres, una de las razas ficticias creadas por el escritor británico J. R. R. Tolkien para su mundo imaginario de la Tierra Media; o a
    • Hombre, un personaje de ficción, protagonista de una serie española de historietas de ciencia ficción.

     Como supongo que el significado es algo demasiado general, he acudido a la antigua usanza: Al diccionario de la RAE:

     hombre.
(Del lat. homo, -ĭnis).
1. m. Ser animado racional, varón o mujer.
2. m. varón (‖ ser humano del sexo masculino).
3. m. Varón que ha llegado a la edad adulta.
4. m. Grupo determinado del género humano. El hombre europeo El hombre del Renacimiento
5. m. Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza. ¡Ese sí que es un hombre!
6. m. U., unido con algunos sustantivos por medio de la preposición de, para designar al que posee las cualidades o cosas significadas por tales sustantivos. Hombre de honor, de tesón, de valor
7. m. coloq. marido.
8. m. p. us. Persona que en ciertos juegos de naipes dice que entra y juega contra los demás.
9. m. p. us. Juego de naipes semejante al tresillo, de origen español, que se extendió por Europa en el siglo XVI.
~ bueno.
1. m. Der. El mediador en los actos de conciliación.
2. m. desus. El que pertenecía al estado llano.
~ de a pie.
1. m. Pluralidad de personas en cuanto representativas de las opiniones y gustos de la mayoría.
~ de armas.
1. m. desus. Jinete armado de todas piezas.
~ de barba.
1. m. desus. El que tiene entereza y serenidad.
~ de campo.
1. m. El que con frecuencia se ejercita en la caza o en las faenas agrícolas.
~ de capa y espada.
1. m. Seglar que no profesaba de propósito una facultad.
~ de guerra.
1. m. El que sigue la carrera de las armas o profesión militar.

     Pero he aquí que resulta que cuando la gente usa dicha expresión, no lo hace con esa idea, si no con la aviesa intención de retarnos a hacer algo que nosotros no queremos hacer, pero que, sin embargo, encaja con su noción de hombría y virilidad.

    Como si se tratara de un insulto, ninguno queremos ser "menos hombre", signifique lo que signifique eso. ¿Cómo se es menos hombre? ¿Siendo más bajito? ¿Teniendo menos barba? ¿"No teniendo pelotas" como dicen por ahí? O sea, que si tienes un cáncer testicular que implica que te tienen que estirpar las gónadas, ¿dejas de ser un hombre? 

     Ciertamente, es una cuestión que me tiene un tanto confuso; pero he llegado a la conclusión que, si para "Ser un hombre" tengo que hacer cosas que no me gustan o no quiero hacer para contentar a alguien, entonces llamará a la puerta del club de las poseedoras de vaginas para ver si me admiten.



¡ET es un jodido JEDI!


jueves, 9 de enero de 2014

En búsqueda de la riqueza


   ¿Cuantos de vosotros habéis soñado de pequeños con ser ricos? Yo he sido uno de ellos: quería ser inmensamente rico, tener una casa gigantesca con piscina, gimnasio y garage donde meter el Batmovil y una inmensa caravana donde podría vivir una familia de 10 miembros (por lo menos).


     Sí, la vida me sonreiría, y yo estaría nadando en pasta.

     Con la experiencia que te da el paso de los años, acabas recordando ese sueño, ese impulso, y te paras a pensar ¿Cual es la auténtica riqueza? ¿En qué consiste realmente el ser rico? La acepción general (y prácticamente mundialmente aceptada) consiste en tener, tener y tener, cada vez más y más cosas; y si puede ser el tener más que el vecino, mejor que mejor.

     Con esa meta, nos impulsan a esforzarnos al máximo, en sacar las mejores notas en el colegio e instituto, el estudiar en la mejor universidad y sacar las mejores calificaciones posibles para conseguir el mejor puesto de trabajo que nos de una cantidad obscena de dinero, y conseguir a su vez la mejor pareja, la de rasgos más bellos, mejor físico, y trabajo mejor remunerado, con la que formar la familia perfecta a la que darle TODO, y de todo, lo mejor; y que nuestros vástagos, a su vez, nos imiten para poder perpetuar ese status quo.

     ¿Eso es ser rico? No puede ser algo tan sumamente vacuo y vacío. Si nos limitamos a tenerlo todo, a acumular posesiones, no sé si realmente nos podemos llamar ricos, pero sí acaparadores. Y, lo que es más importante al final: ¿Eso nos hará felices?

     Vuelvo a decir; tras lo vivido hasta ahora, mi respuesta a la pregunta anterior es un rotundo NO. Amasar y juntar grandes cantidades de dinero, no te hace feliz. El dinero no se come, no te da compañía cuando más lo necesitas. No te abraza, no te susurra que todo va a salir bien; no te besa, no te acaricia; no se toma un café (o una cerveza, o una fanta) contigo y te da conversación. El dinero no te ama, y no puedes comprar amor con el dinero (ESE tipo de amor que SÍ que puedes ALQUILAR, no es realmente amor, si no un sucedáneo carnal bastante diluido, descafeinado, y falto de gracia y sabor)
     El dinero no es más que un frío e inanimado objeto, pequeñas piezas de metal, y trocitos de papel que no se casan con nadie, si no que pasan de mano en mano, cual amante voluble y veleta. ¿Por qué le damos tanta importancia en nuestras vidas a cosa tan nimia como esa, hasta el punto de consagrar nuestra vida a él, y dirigimos todos nuestros esfuerzos a conseguir acumularlo?


     No. La riqueza no consiste en amasar dinero y tener y acumular cosas. A la larga, eso no llena los vacíos que puedan existir en nuestro interior, al contrario; en realidad se origina en nosotros un ansia de tener y acumular cosas que nunca se saciará. Sí, podemos obtener el gadget más moderno y reciente de todos los que han salido, pero sabemos que tarde o temprano, eso no será suficiente para llenar ese vacío, (y los fabricantes sacarán en breves un modelo superior y más atractivo estéticamente, aunque ese atractivo radique en 2 milímetros más de tamaño o de pantalla), e iremos en busca de más: siempre de más, pero nunca seremos saciados de ese ansia, de ese hambre de tener y poseer.
     Lo peor, es que corremos el riesgo de llegar a creer que las personas que nos rodean son posesiones al identificarlas como "nuestras" y a partir de ese momento, dejaremos de quererlos simplemente porque sí, porque les queremos, para pasar a "cosificarles", y tratarles como un mero objeto más de los tantos que tenemos.

     O, empeorando aún más las cosas (rizando el rizo), en ese ansia por obtener más y más dinero, más y más cosas, nos podemos olvidar por completo de la gente que nos rodea para que, cuando sea ya demasiado tarde, empecemos a extrañarlos.

   Si eso es ser rico, os anuncio desde ya que no solo renuncio a mi sueño de la infancia, si no que además, lo rechazo con todas mis fuerzas.

     No, no dejemos que el dinero y el ansia de tener y acumular gobierne nuestras vidas. Hemos de recordar que el dinero es un medio para conseguir fines, pero jamás debemos convertirlo en un fin al que venerar y consagrar (me atrevería a usar la palabra "sacrificar") nuestras vidas teniéndolo como único motor y motivación en nuestras vidas. ¡Por favor, que estas son bien cortas como para malgastarlas tan miserablemente!

     Recordemos las cosas (y las personas) que enriquecen realmente nuestras vidas, y dediquémosles nuestro tiempo. Sí, seguirá habiendo dinero en nuestras vidas, pues lleva tanto tiempo en nuestra historia de la humanidad, que es ya una parte más de nuestra "naturaleza"; pero no debemos perder la cabeza por él, si no centrar nuestra atención, cabeza, esfuerzos y cariño en las cosas (y personas) que realmente nos hacen ricos.

     ¿Estoy aún a tiempo de cambiar mi respuesta a la pregunta de si quiero ser rico? Seguro que sí, pues nunca es tarde cuando hay propósito de enmienda. Quiero ser rico; rico en lo que realmente importa; pero no quiero ser alguien tan pobre, que sólo tenga dinero.

   

miércoles, 8 de enero de 2014

Curiosidad que me he encontrado en la web



Fuente: Memes Católicos. Servidor no secunda los insultos vertidos en el texto.



Viene circulando por las páginas una imagen que afirma que muchos dioses o profetas antiguos nacieron el 25 de diciembre. Esta imagen tiene por fin ridiculizar a los cristianos intentando relacionar la figura de Jesucristo con la de dioses paganos antiguos. Cualquier persona medianamente educada y con conocimientos básicos de historia y mitología sabe que la imagen es un engaño y los datos que proporciona son completamente falsos, pero como sabemos gran parte de los ateos de facebook no se caracterizan por ser muy brillantes o instruidos, así que acá desmentiremos la imagen y daremos los datos correctos.

Jesús de Nazaret: NO nació un 25 de diciembre, como muchos saben la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis), adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos.

Zarathustra: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, de hecho nadie sabe con certeza dónde ni cuándo nació pero en Irán se celebra una festividad en su honor el 26 de marzo, que forma parte del Festival de Año Nuevo iraní.

Horus: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, de acuerdo con el calendario del Antiguo Egipto, Horus había nacido EN VERANO.

Krishna: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, los hinduistas celebran el cumpleaños de Krishna el 28 de agosto.

Budda: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, los budistas celebran su cumpleaños en distintos dias de mayo, dependiendo del año. En Japón se celebra el 8 de abril.

Heracles: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, los antiguos griegos celebraban el nacimiento de Heracles en el cuarto día de cada mes griego.

Dionisio: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, no existe registro sobre una fecha de nacimiento exacta.

Adonis: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, no existe registro sobre una fecha de nacimiento exacta ni tampoco hay versiones autorizadas de su nacimiento, la versión más aceptada es que fue engendrado tras una unión incestuosa entre Tías, rey de Esmirna o Siria y su hija Mirra.

Tammuz de Babilonia: Según su mitología NO nació un 25 de diciembre, los romanos lo adoptaron e impusieron la celebración de su alumbramiento un 25 de diciembre como el festival de invierno. Tammuz para los romanos era Saturno. Como dato adicional Tamuz también es el nombre el décimo mes del calendario hebreo moderno, equivalente a junio-julio del calendario gregoriano.