viernes, 4 de junio de 2010

¿Prioridades?

No hace mucho, tuve una conversación con unos amigos, los cuales me decían que está bien tener unos principios, y ser leal a unas ideas o a una palabra dada; pero que si esto no terminaba de hacerte feliz, era absurdo mantener dichos principios, ideas o promesas. Según ellos, la felicidad y el sentir estaba por encima de esas cosas; y cualquier promesa, por fuerte o importante que fuese, podía quedar rota si se sentía uno incompleto por ella. Abanderándose en el sentir, argumentaban tales afirmaciones.
No sé si llamarlo "Justicia poética", "Karma", "Por la boca muere el pez" o "Dios (o el tiempo) pone a cada uno en su lugar". El caso es que, acontécele a una de estas personas el haber tenido una amistad bastante antigua que por un "quítame allá aquellas llamadas" (o la falta de ellas) se fue diluyendo y al final desapareciendo todo rastro de relación o trato anterior. La persona amiga (o ex-amiga a la que llamaremos "B", al igual que a la otra persona llamaremos "A") sufrió la pérdida de un ser querido esta semana. Si nos guiamos por el sentir que "A" me decía; lo inmediato sería coger el teléfono y llamar a "B" símplemente para ver cómo está; para interesarnos por "B", aun a pesar de llevar años de distanciamiento, aun a pesar de que dicho distanciamiento haya sido de mutuo acuerdo. Si tu bandera es el sentir, ese mismo sentimiento pide a gritos dar consuelo a la persona que ha sufrido la pérdida... "A" ha decidido que es más importante el permanecer fiel a ese distanciamiento y falta de relación, en lugar de hacer una llamada, mandar un simple correo electrónico o un sencillo mensaje de móvil con el que expresar un gesto de calor que "B" pudiera necesitar.
¡Enhorabuena, "A"! Con esa actitud me acabas de demostrar que al final es más importante las decisiones tomadas, antes que el dolor ajeno, con lo que te has contradecido de lo expresado al principio. ¿Quiere decir eso que en el fondo me das la razón? Sé que te negarás a ello con todas tus fuerzas, y que incluso buscarás justificaciones que en el fondo incluso tú sabes que no son suficientes. Te doy la bienvenida a esa actitud de "cabezonería" como tú la definiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario