Primer paso:
Desnúdate frente al espejo y mírate en silencio durante varios minutos. No apartes la mirada, sostenla. Después, formula en voz alta la incómoda (pero necesaria) pregunta: ¿Te gusta lo que ves? En un 95% de los casos la respuesta es negativa. Segundo paso:
Señala qué es lo que te desagrada y quieres cambiar sin dejar de mirar (sé que cuesta), y empieza a planificar cómo vas a hacerlo (no hacer nada NO es una opción si quieres cambiar aquello que no te gusta)
¡Felicidades! Acabas de dar los dos primeros pasos del camino, de ti, y sólo de ti depende si vas a emprender el viaje
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