sábado, 13 de abril de 2013

Desde el Exilio XII (En búsqueda de parroquia)

   Una de las cosas que echamos en falta aquí, es el poder tener una parroquia en la que integrarnos como estábamos en Torrejón. Sé que es difícil (que no imposible) llegar al nivel que teníamos en España de implicación (eso se consigue con tiempo e interactuación con la gente), pero, siendo este un país donde la religiosidad casi se respira, y no hay tanta fricción entre creyentes, no-creyentes, y no-creyentes de boquilla pero que luego consideran "sagradas" sus vacaciones de Semana Santa, Navidades y demás, pensamos que sería más fácil.

   ¡Pues va a ser que no! Resulta que (y que me perdonen por la expresión), resulta que aquí  me estoy encontrando actitudes muy farisáicas: Ponen pegatinas de Jesús o de la Virgen por doquier; en sus coches, en sus camisetas... el merchadising cristiano es mucho mayor incluso que en la propia Ciudad del Vaticano, hablan de Dios hasta desgastarle el nombre a él y a Jesucristo, pero luego te encuentras con cosas y actitudes que no tienen mucho de cristiano: Pirulas al volante con la actitud de "que te jodan, pero yo me meto primero sin importarme lo que te pase" ¡aunque seas un triste peatón!, el ni mirar a los ojos a quienes piden limosna (vale que no vas a darle dinero a todo con el que te cruces, que tampoco yo lo hago, pero ¿ignorarles como si no existieran?), el poner buena cara de frente y ponerte a parir a las espaldas... ¡Vale! Estas actitudes también las hay en España, pero, ingenuo de mí, esperaba que aquí se estuviera por encima de esas actitudes. Supongo que lo que dice un viejo amigo mío tiene una gran carga de verdad: Hablar cada dos por tres de Dios, rezar mucho, no te hace mejor persona. Lo comparto y lo suscribo: "Ora et labora" que se suele decir, o como decía San Pablo: "Muéstrame tu fe sin obras, que yo, por mis obras te mostraré mi fe"

   Y no es que sea yo quien para juzgar a nadie; al fin y al cabo, los cristianos no somos mejores por el hecho de ser creyentes, si no todo lo contrario: somos pequeños, débiles, llenos de defectos e incoherencias. Y aún así, es nuestro deseo el querer hacer un mundo mejor; más fraterno y justo; en resumen, queremos ser mejores personas, y con ello, mejorar el mundo; lo queráis creer o no.

   Dicho lo cual, os voy a mencionar las distintas parroquias que hemos visitado, y lo que hemos visto y vivido en ellas.

Templo del Sagrado Corazón.

   Esta fue la primera parroquia que visitamos. Como ya comenté en una publicación anterior, todo el ambiente en esta parroquia rezumaba tristeza y mucho golpe de pecho en plan "somos malos, muy malos, y tenemos que dejar de serlo". Las propias homilías de los sacerdotes te desanimaban mucho, y claro, con ese ambiente general, pocas ganas te dan de involucrarte. De todos modos, no parecía que hubiese mucho movimiento en esa parroquia aparte de las cuatro abuelas que pasan el cesto. Si os digo la verdad, ni recuerdo si había coro o no; sólo recuerdo que en esa iglesia te cocías de calor.

   Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.

   Esta parroquia tenía mejor aspecto, las misas parecían más amenas, parecía que había más animación, que la gente participaba más, que era una parroquia más abierta... incluso estaba decidido a pasar por alto el incidente de hace unos meses. Sólo le tenía una pega: El coro. Y es que este consistía en un señor tocando el teclado con el sonido típico de órgano de iglesia, acompañado por unas niñas con voz muy dulce y melodiosa cantando las típicas canciones de misa de viejecita de pueblo (¡incluso en la misa de niños!)... al menos entonaban y cantaban bien, pero resultaba harto lúgubre; y si a eso le unimos a que tomaban las canciones en tonos demasiado elevados provocando que en algunas canciones se asfixiaban por no llegar a la nota...
   El caso es que después de una misa nos acercamos para presentarnos y comentar quiénes éramos y lo que hacíamos, y que estábamos dispuestos a hacer algo similar aquí... se ve que el sacerdote que nos recibió tenía una idea bastante clara de lo que quería, pues nos convocó a una reunión de pastoral familiar a la que nos pidió que trajésemos algo de comer para compartir, pues era la última reunión del curso y tendríamos un agapé posterior. No importó el hecho de que hubiéramos sido miembros del coro de jóvenes o catequistas de adolescentes... no se nos llamó para nada de eso.
   Acudimos a la reunión de pastoral familiar y... puedo decir oficialmente que no me gustó lo que vi: La reunión consistió en un vídeo que nos pusieron en el ordenador en el que otro cura nos soltaba un monólogo con más gracietas y chistes que contenido como tal. El tema era "cuidar el amor", pero... digamos que el monólogo era un 85% chistes, 35% contenido, y cuando lo que predominan son chistes bastante plagados de estereotipos machistas en los cuales las mujeres son unas charlatanas que deben respetar que el marido llega cansado de trabajar y que lo único que le apetece y necesita es sentarse, tomarse su cerveza y ver la tele, pues... hay que reconocer que decían cosas como que el marido debe comprender que ella necesita contar qué tal le ha ido el día, y que necesita saber qué tal le fue a él, y que él puede apagar la tele y conversar para variar; pero había que escarbar y mucho dentro del speech del ensotanado para encontrar el mensaje.
   Tras esa reunión, el sacerdote se comprometió a volver a convocarnos después de las navidades... Hoy, a 13 de Abril de 2013, no sabemos nada, ni han dado señales de vida, por lo que deducimos que no estábamos siendo acogidos de la forma que esperábamos (ni de ninguna otra), por lo que decidimos probar suerte en otras parroquias.





   Parroquia de Don Bosco

   Situada en un barrio un poco complicado (donde se produjeron el grueso de los tumultos el día de la huelga general tal y como comenté), fuimos allí el Domingo de Ramos. Lo primero que me encontré fue que era casi imposible acceder a la iglesia, pues toda la acera de acceso al edificio estaba plagada de puestecitos donde la gente vendía cruces hechas con hojas de palma, estampitas, posters.... me recordó demasiado al pasaje de los mercaderes del templo de Jerusalén... me hubiera gustado emular a ya sabéis quién y correrles a boinazos a todos, pero lo único que tenía a mano era el cochecito de Nico, y no iba a liarme a "Nicolasazos" con los mercaderes. Después de mucho esfuerzo, entramos a la iglesia. Ni un sitio libre, y los pocos que habían, ocupados por bolsos. Logramos una sola silla libre, y casi parecía que nos perdonaban la vida dejándonosla. No me pareció una actitud muy fraterna ni de acogida que digamos; si a eso le añadimos que era prácticamente imposible aparcar allí, decidí que no quería tampoco esa parroquia. Como los cromos del "Bollycao": "Sigue buscando"...

   Parroquia de Santa Marta

   Tenía muy buena pinta, y el que costase aparcar, me daba en parte buenas sensaciones (¡Necio de mí! ¿No había aprendido NADA de las anteriores?). Fuimos el Jueves de Semana Santa y a pasar la vigilia Pascual. Musicalmente, los dos coros sonaban de lujo (sí, eran muy distintos el de un día y el de otro), ty casi me dejaron un poco con la moral por los suelos en ese aspecto; el nivel era muy alto como para soñar siquiera el entrar.
   Pero no fue esa nimiedad lo que me hizo alejarme, si no el hecho de que el tema de jóvenes parece estar tomado por el Movimiento Neocatecumenal (Más conocido como "los Kikos"); algo que no me gusta nada. ¿Por qué? Pues porque tengo la amarga experiencia de que los Kikos son muy exclusivistas y separatistas; pueden estar todo lo aprobados por la Santa Sede que quieran, pero su comportamiento es más sectario que otra cosa: Eso de que no puedes asistir a según qué determinadas ceremonias si no has llegado a cierto grado dentro del "movimiento", o que haya misas y celebraciones especiales para ellos y otras "para el resto" como si de apestados se tratase.... ¿Eso fue lo que Jesús vino a enseñarnos? ¿Eso es lo que vino a hacer? ¿Eso es lo que querría? ¿Un movimiento donde unos valen más que otros? Mi respuesta es un rotundo NO. 
   Y mira que lo siento, pues el sacerdote Dominico me gustó mucho, y dijo una preciosa homilía en la vigilia pascual, ´pero una parroquia en la que se consienten ese tipo de cosas, no es una parroquia que me represente.

   Sigo buscando; sigo buscando una parroquia de barrio, como la mía; en la que todos sean bienvenidos, en la que pueda colaborar; en la que si hay algo que no está bien visto, es precisamente el despreciar a los demás, o crear una especie de Apartheid donde unos valgan más que otros, pero que si alguien se comporta así, no se le eche con cajas destempladas, si no que se practique la corrección fraterna, y se le haga ver que esas actitudes no son las más apropiadas.... Mañana nos acercamos a San Pablo, la cual arquitectónicamente, parece similar a la nuestra. ¿Tendremos suerte por fin?

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