viernes, 28 de noviembre de 2014

Desde el Exilio (XXIV) ¿Black Friday? WTF??

     Sé que a lo mejor lo que voy a decir le va a sentar mal a mis amigos y contactos panameños, pero no puedo ocultar mi malestar por lo ocurrido hoy:


    El 28 de Noviembre es una fiesta nacional de importancia, la Independencia oficial de España. Sin embargo, como este año coincidía con el llamado "Black Friday" (día puro y duro comercial de procedencia Yankee), han decidido trasladar la fiesta nacional al Lunes para que los centros comerciales puedan engrosar más sus arcas abriendo sus puertas (cosa que no podrían haber hecho si el día hubiese sido festivo... o sí lo podrían haber hecho, pero pidiendo una licencia especial para abrir ese día, la cual habría que pagar, o pagando más a sus trabajadores)

     ¿Cómo decirlo de forma suave? ¡Lo siento mucho en el alma, pero no puedo! Permitiendo esto, el gobierno ha prostituido 103 años de historia; ha permitido que se interpongan los intereses capitalistas de unas cuantas empresas privadas y han priorizado en estos en detrimento de una fiesta nacional.

     Sin ser panameño, siento que esto ha sido un tremendo insulto a la memoria del país; han abofeteado, insultado y humillado la memoria histórica de la nación, y menospreciado a todos los que hace más de un siglo trabajaron para que Panamá fuese la nación propia e independiente que es ahora. Sí, damas y caballeros: hoy sin ningún respeto se ha escupido a la cara de millones de Panameños: a los que hoy pueblan el país, y a los que hicieron la conmemoración del 28 de Noviembre posible. ¿Y todo para qué? ¿Para "ahorrarse" 4$ es un producto electrónico que en realidad ni necesitan?  ¿Para que la gente compre compulsivamente llegando a gastarse el dinero que no tienen en muchos casos en cosas que, en principio ni siquiera tenían intención de ir a comprar?

     No, no me gusta nada lo que ha pasado hoy, lo que se ha hecho con esa fiesta tradicional para sustituirla por algo que ni siquiera es fiesta, si no un acto descarado de incitación al consumo desmesurado que encima, ni siquiera es propio del país, si no que es una imposición "cultural" de aquel país al que los panameños se muestran orgullosos de haber vencido cuando recuperaron la soberanía del Canal. Es decir, si tanto se hincha pecho diciendo que "Panamá venció al gigante imperialista americano echándolo para siempre de nuestras tierras", ¿por qué se adoptan sus fiestas y costumbres como propias (Halloween, Acción de Gracias, Black Friday.... ¡Coño, que ya sólo os falta adoptar el 4 de Julio!), permitiendo que estas incluso desplacen a las propias como si de ciudadanos de segunda se tratasen?

     No, mis amigos panameños, no me parece bien esto que ha sucedido, y siento este insulto que os han dirigido con la rabia propia que tendría si me lo hubiesen dirigido a mi. Pero más rabia aún me dan todas aquellas personas que les ha parecido bien la medida, y que han acudido como alma que lleva el diablo a comprar como si nada más en el mundo importase. Porque esas personas (y me arriesgo mucho diciendo esto, porque seguro que alguna persona conocida ha caído en la tentación), son cómplices y partícipes de ese insulto, de esa falta de respeto, de esa afrenta que ha sufrido la nación panameña hoy. Si esta gente hubiese tenido realmente el amor a la patria que tanto dice sentir, no habría ido a comprar como protesta, y los grandes Mall (centros comerciales) habrían lucido desérticos hoy. Pero no ha sido así; nuevamente las carreteras de la capital se han colapsado, y ha habido que impedir la entrada de la gente a los centros comerciales al menos hasta que los que estaban aglomerados dentro empezasen a salir.

    Oigo por la radio a diario en tono autoritario "¡A PANAMÁ SE LA RESPETA! ¡NADIE DE FUERA PUEDE VENIR A DECIRNOS LO QUE DEBEMOS HACER O NO! ¡NINGÚN EXTRANJERO TIENE DERECHO A OPINAR SOBRE NUESTRO PAÍS Y NUESTRA POLÍTICA!" Muy bien pues, señores, dejo entonces la pelota sobre su tejado ya que según ustedes, como extranjero no tengo derecho a opinar ni decir nada y, si lo hago, soy un "imperialista irrespetuoso que se cree que aún estamos en los tiempos de las colonias", entonces les dejo a ustedes con la situación. Pero al menos, respondan esta pregunta: ¿Con qué autoridad moral, con qué coherencia pueden exigir un respeto por un país cuya historia han irrespetado ustedes mismos permitiendo lo de hoy, 28 de Noviembre de 2014?

     La verdad, señores (y no creo que haya dicho ninguna mentira hoy), duele como un puñetazo, es fea e incómoda de ver; pero no por mirar a otro lado, no por querer acallarla, va a dejar de ser una realidad palpable. En efecto, no es mi país; y yo puedo decir lo que quiera, que ustedes seguirán haciendo lo que les dé la gana; pero entonces háganme un favor: el día de mañana guárdense la hipocresía que destilan al decir que esta es una costumbre yankee, y que no ven con buenos ojos lo que ha pasado hoy; no lo hagan ya a toro pasado cuando, han tenido en sus manos la oportunidad de evitarlo, y se han quedado de brazos cruzados.

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