miércoles, 16 de mayo de 2018

My Farewell

Me dice Facebook que qué estoy pensando... ¡Ojalá y pudiera decir todo lo que me pasa por la cabeza! A estas alturas no es ningún secreto que ha acabado una etapa de mi vida; no por decisión propia, no de manera amable precisamente, y con muchas cosas que decir por mi parte.
Pero voy a ser elegante y civilizado; voy a tener la cortesía que conmigo no se ha tenido, y me comportaré como un caballero. De forma discreta, ha sido el impulso que necesitaba para alejar personas y situaciones que en mi vida no eran en absoluto beneficiosas (es más, a día de hoy, les considero auténticos tumores humanos). Te das cuenta que, cuando pierdes la sonrisa en ciertos desempeños, y ves que la cosa no mejora, si no que se mantiene (e incluso va a peor), de nada sirven los buenos recuerdos de tiempos que ya no volverán para intentar mantener con vida lo que muerto está.
Tengo la conciencia limpia, y mantengo la cabeza bien alta; pues lo di todo siempre, e hice cuanto estuvo en mi mano; a pesar de los obstáculos, las zancadillas, y las puñaladas traperas (tantas, que parezco un puercoespín con tanto mango de puñal sobresaliéndome). Lo di todo, sacrifiqué mucho, y en correspondencia he recibido lo que he recibido.
Los boomerangs siempre vuelven, y con cuanta más fuerza los lances, con más fuerza volverán. Justicia divina, Kharma, Justicia poética... tiene varios nombres, pero el principio es el mismo (y podéis creerme: se cumple). Las balas perdidas encontrarán su destino; su dueño. Y a esta persona van dedicadas estas palabras: Tu mayor fracaso, tu fracaso más cruel es que, pese a todos tus esfuerzos, no lograste doblegarme. Lo más patético del asunto es que crees que "me has ganado". No lo has hecho, en absoluto; y lo acabarás descubriendo. En tu mundo de fantasía, te crees que nadie es mejor, ni más inteligente, ni desata más envidias que tú... Sigue así, continúa en tu ensoñación, pero te lo advierto, el despertar será muy, pero que muy duro (si en algún momento reúnes el valor y las agallas suficientes para afrontar la realidad en lugar de arrojar balones fuera o seguir en tu realidad paralela)
Ahora me gustaría dirigirme a quienes realmente merecen la pena: ¡GRACIAS! GRACIAS, porque habéis estado a mi lado; luchando, sufriendo y disfrutando, riendo y (cuando ha tocado) llorando. GRACIAS, porque no os habéis creído las mentiras y patrañas vertidas sobre mí. GRACIAS, porque a pesar de todo, del miedo, de las amenazas, de la presión, seguís creyendo en mí, y seguís llamando "blanco" al color blanco, aunque pretendan que le digáis "Negro". Esas personas son las que realmente me apena no ver ya a diario, pero podéis tener la seguridad que no os voy a echar de mi vida ni de coña. GRACIAS, por ser así, por vuestra lealtad (ya sea proclamada a voces, o sllenciosamente, en un comprensible y jamás reprochable instinto de conservación y autoprotección), cariño y apoyo. Sois gente a la que recordaré siempre con una sonrisa, y a la que sonreiré abiertamente si Dios, el destino, la vida, o lo que sea nos vuelve a cruzar por la calle.
¡HASTA SIEMPRE!

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