Me hallaba con Portal y gente de la parroquia en un prado. Había muchísima gente y estábamos todos merendando. Nosotros estábamos en una especie de gradas/ruinas de una especie de anfiteatro, y no muy lejos de nosotros, había un montón de chavales norteamericanos.
De repente nos da por mirar al cielo, y vemos un grupo grande de aviones volando en formación. No nos habría llamado la atención si no fuera por que al instante el cielo estaba lleno, plagado de ellos; y volando a menor altura, pero también en formación, varios helicópteros de la policía nacional; nunca había visto tantos.
Por un momento, me dio por pensar que se dirigían a Irán, que un nuevo conflicto armado mundial se había desatado, y que esos aviones yankis iban para allá en otra guerra de "sangre por petróleo"
Por otro lado, pensé que al final se había decidido intervenir en Siria por las salvajadas que está haciendo su dirigente a su pueblo con la comunidad internacional mirando vergonzosamente para otro lado. Pensé que por fin se habían decidido a intervenir.
¿Y cual era el papel de los helicópteros de la policía? Supuse que estaban escoltando a los aviones; aunque algo no me encajaba. Los aviones de combate pueden volar muchísimo más rápido que los helicópteros, pero todos iban a la par, como si estuviesen desfilando o exhibiéndose.
De pronto, a lo lejos, vi en los cielos la figura de un transbordador espacial cayendo. Ya de por sí la escena llamaba la atención, pero me sorprendía que caía de una forma rara: en lugar de estar el morro apuntando a la tierra, este apuntaba al cielo, y el transbordador caía en la misma posición que tendría si estuviera despegando.
Sin previo aviso, el transbordador explotó en los cielos; antes de tocar tierra. Veo una figura humana salir disparada hacia donde estamos. La idea de que es una persona que puede necesitar socorro me invade el cuerpo, y empiezo a correr en la misma dirección en la que preveo por su trayectoria, que va a caer. Sigo corriendo sin quitarle ojo de encima para asegurarme del sitio donde caerá. Según corro, veo horrorizado que la mitad inferior de su cuerpo está en llamas y empieza a desintegrarse, pero el hombre no grita ni emite sonido alguno. No soy lo suficientemente rápido, y cae a unos 50 metros de donde me encuentro; y justo antes de caer, compruebo que en realidad era una estatua, por eso no gritaba. Tropiezo, y caigo a dos metros de los restos de la escultura, que corresponde a un hombre joven y trajeado; a mi izquierda quedan las gradas, y los que estaban merendando conmigo no pueden ver donde estoy (por cierto, estoy relativamente cerca de mi coche). 
Me medio siento para poder levantarme, y veo horrorizado en el cielo, una roca inmensa que se acerca lentamente. Tardo dos segundos en comprender que se trata de un asteroide, y que, aunque me parece que va muy lento, en realidad tardará segundos en caer precisamente en la zona donde me encuentro.
Nada más ponerme en pie ya distingo como la cara de la roca que mira hacia mí se ha enrojecido por la fricción de la atmósfera; sólo tengo tiempo de gritar y echar a correr con la esperanza de poder apartarme todo lo posible de la zona de impacto, y así salvar la vida.
El impacto de la roca con el suelo me hace saltar por los aires; he escapado de que me cayese en cima, pero sólo por los pelos. He caído en la zona de las ruinas; y aunque estoy magullado por el golpe, me encuentro bien. No tengo tiempo de sentirme dolorido; me pongo en pie de un brinco, y aunque me duele todo el cuerpo a consecuencia del golpe, me pongo a buscar heridos a los que atender, y a mi gente.
Encuentro a Portal escondida en estado de shock, aparte de eso, está bien. Hago recuento de la gente que me acompañaba, y suspiro aliviado al ver que no falta ninguno. Parece que no hay heridos, aunque hay gente llorando, gritando; están todos confusos y asustados. Ya hay policía, bomberos, ambulancias y el ejército en la zona, atendiendo a los posibles heridos.Me dirijo a la zona de impacto, y veo un surco en la tierra, pero no hay cráter, y todo lo que queda de la roca, es una piedra del tamaño de un balón de balonmano. A medio metro aproximadamente, veo mi coche intacto, aunque sí muy sucio de barro, y me adentro en las ruinas/gradas donde estaban los americanos. Veo a unos cuatro chicos silenciosos, con caras tristes como si estuvieran guardando luto, sentados en el suelo con la espalda apoyada en la pared, y mirando al frente, a la pared contraria, donde reposan tres tablas de surf. Sin hablar, uno de ellos me da un rotulador para que firme en una de las tablas; las están usando a modo de libro de condolencias. Sin decir nada, asiento con la cabeza y escribo algo en inglés y español; y me marcho de allí.
Le digo a Portal que hay que sacar al perro, que el pobre estará muy asustado y necesitará vernos para tranquilizarse. Despacio, y arrastrando los pies, nos vamos a casa.
Y hasta aquí el sueño. Portal ha dicho que ella también ha tenido pesadillas, pero no tan raras como la mía. Me he parado a pensar ¿Era una pesadilla? No he tenido la sensación de angustia y terror que se tiene cuando se tiene una pesadilla. Además, anoche apenas cené (tres rebanadas de pan tostado con queso de untar), por lo que el tema de tener pesadillas por haber cenado demasiado queda descartado.
Y digo yo ¿qué puede significar este sueño tan raro?
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