miércoles, 28 de marzo de 2012

Amor caníbal


Amor caníbal

Si me permites que te lo diga
, hoy estás para comerte.
Es lo único que pienso
hoy nada más verte.
Por si aún no lo sabes,
te engulliré de un bocado,
pues tu aspecto es tan bueno,
que verte ha de ser un pecado.
Me das a besar la mano,
y te devoro todo el brazo,
y llegará todo entero
y sin masticar al bazo.
Apoyo mi cabeza en tu pecho
para oír tu corazón,
y comérmelo enterito
con este amor glotón.
Te ayudo en la ducha
a frotarte con suavidad,
pues odio que me arruine la cena
el inspector de sanidad.
Enciendo alegre el horno,
y lo pongo en posición “Infierno”,
pues soy buen cocinero
y quiero un asado tierno.
Llega el veranito,
y más chicha a la vista.
Si te quiero masticar a gusto,
visitaré antes al dentista.
Con todo este calor
no me apetece pescado,
iré a la nevera
y sacaré tu pié helado.
Ya he terminado la pitanza
y te guardo troceada,
te tomaré de postre
mezclada con nata montada.
Ahora ya de ti
aún queda tu pelo;
lo guardaré para la merienda
bañado en caramelo.
Ya solo ha quedado
en el suelo tu ropa.
No la como, la quemo
escuchando un disco de “Estopa”.
¡Ay, Dios mío! No esperaba
en el estómago este ardor.
Esto me pasa por comerme

a mi último gran amor.

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