miércoles, 28 de marzo de 2012

Como Alberti


Vine a la vida en Madrid,

en aquella inmensidad.
Rodeado de edificios,
pero ni rastro del mar.
Nadie pudo suponer,
¿quién lo iba a imaginar?
Que añorase yo las costas,
 y esa agua con su sal.
Y como Alberti yo soñaba
el vivir en una playa,
convertirme en un corsario
y en un bajel navegar.
Mas como Alberti
he descubierto
que soy marinero en tierra,
un poeta enamorado
de las sirenas, nada más.
Los delfines sus distancias
recorren con toda gracia,
no saben que les envidio
porque viven en el mar.
Y Alberti y yo sabemos
que en el reino de Neptuno,
no hay sitio para ninguno,
Marinero en tierra, y nada más.


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