lunes, 3 de junio de 2013

Lávate el potorro, Catalina

   ¡Atención, AVISO! En este post vuelve el Josele más gamberro, soez, lenguaraz y descarado que algun@s habéis conocido. NO voy a morderme la lengua ni voy a poner freno a mis teclas, por lo que advierto sobradamente a las personas sensibles que aún están a tiempo de echarse atrás y NO leerlo.

   He decidido titularlo de la siguiente manera, y entenderéis por qué:

   Lávate el potorro, Catalina.

El amigo Miguelito Douglas,
un hombre intenso fumando
y comiendo almejas.
   Resulta que ayer me encontré con la esta noticia en el periódico; y se me quedó una cara de alucine total. Es decir; según Michael Douglas, el cáncer de garganta no se lo ha provocado el tabaco ni el alcohol, si no la práctica de sexo oral. Supongo que todos sabéis que el conocido actor ha sido diagnosticado de adicto al sexo; dolencia de la cual ha tenido que ingresar en una clínica de desintoxicación para sanarse un poco. Supongo que todos sabréis también que está casado con Catherine Zeta Jones, la cual se dice, se comenta, se rumorea, que es ninfómana (O sea, que son tal para cual).
   Como voy a hablar de un tema tan íntimo como es las actividades de alcoba, he decidido llamarles a ambos protagonistas de una manera más familiar, campechana y cercana; y para ello nada mejor que "castellanizar" sus nombres; por lo que a partir de ahora les llamaré "Miguelito y Catalina"
   Mira, Miguelito, tú puedes decir lo que te venga en gana, pero yo ya he conocido demasiados casos de cáncer de garganta, o laringe (mi padre uno de ellos, para no irme muy lejos) como para saber que los provoca el tabaco; el tabaco negro para ser más exactos. De hecho, estadísticamente, los fumadores de rubio son más propensos de padecer cáncer de pulmón directamente, mientras que los fumadores de negro primero contraen el de garganta para, si continúan fumando, desarrollar el de pulmón. Pero claro, tú puedes, como buen adicto, negarlo todo, y echarle la culpa a cualquier cosa menos a tus vícios, y aprovechar para echarle la culpa a tu intensa actividad sexual y así quedar como un machote. Como cualquier drogadictos, prefieres echarle la culpa a cualquier otro antes que a ti mismo; y por eso has soltado la machada de que el cáncer de garganta lo has desarrollado por practicar sexo oral, que el papiloma vaginal (una especie de hongo) es el que te ha provocado esa dolencia.
¡Nos ha jodido! Con una mujer así, y sabiendo que es
 ninfómana, yo también sería adicto al sexo
   Si tenemos en cuenta que eres un hombre casado y (vamos a suponer) eres fiel a tu pareja, ¿vas a tener los santos cojones de echarle la culpa a tu querida esposa de tu cáncer?. ¿Me estás diciendo que sus hongos vaginales son los que te han provocado dicho cáncer en lugar de los cigarros que te fumas? ¿O acaso la que te ha provocado eso ha sido otra, "una querida" tal vez? ¿En serio teniendo como tienes una mujer ninfómana (el sueño de cualquier tío, una mujer a la que nunca "le duele la cabeza"), has sido capaz de buscar algo fuera? Es que no sé qué versión de todo esto es peor.
   Por otro lado, yo no soy un experto en el tema (no voy a mentir, pero ninguna mujer con la que haya estado me concedió tal grado de intimidad en la alcoba, y han preferido que mi boca estuviera más próxima a la suya que a los territorios del sur de su geografía anatómica), pero juraría que para la actividad que tú describes, hay que usar únicamente labios y lengua (y algunas parejas a las que les va el "hardcore", incluso introducen los dientes como elemento de juego); por lo que.... ¿cómo es posible que esos hongos han llegado a atacar tu garganta, y han respetado la lengua, los labios y el paladar? ¿Me lo puedes explicar? Es que o se trata de un hongo saltarín,, o tú te implicas de verdad a la hora de "apurarle el jugo a las almejas"
   De todos modos, insisto: a mí no me engañas, y eso te lo ha provocado el tabaco, y no la entrepierna de tu mujer. Como aún así, me siento obligado a concederte el beneficio de la duda, y (haciendo un grandísimo esfuerzo, y reduciendo mi capacidad intelectual muy por debajo de los límites "bordelkine") creerte, voy a dirigirle unas palabras a tu querida esposa.

   Querida Catalina:

Nuestra amiga Catalina Zeta Jones,
un derroche de belleza.
    A día de ayer he sabido que la dura enfermedad que tu amante y abnegado esposo ha padecido, no se la ha provocado el consumo de tabaco como todos creíamos, y tal como las estadísticas demuestran. Al parecer, y según sus propias palabras, la terrible enfermedad se la ha provocado uno de vuestros juegos íntimos, debido a que un hongo se ha alojado en la zona más íntima que toda mujer tiene.
   No soy un médico, y mucho menos un ginecólogo (¡Leñes, bastante me costó sacarme la secundaria!), pero tengo entendido que los hongos se contraen o por una higiene deficiente, o por no secarse bien la humedad del cuerpo. Supongo que si se trata de lo segundo, y dada la fama que tiene usted, ese debe de ser uno de los aspectos negativos de estar con una mujer que siempre tiene ganas de juerga pubiana.
   El caso es que si se trata de la primera opción, yo tenía entendido que el ser "una guarra" en ese sentido, no implicaba el no lavarse. Si se trata de la primera suposición, querida Catalina, yo te animaría a que te aseases los bajos un poco, al menos para cuidar la salud de tu maridito. Ten en cuenta, que eres muy afortunada, pues no todos los hombres están dispuestos a arrimar tanto su cara a esa zona, y menos aún los que están dispuestos a dedicarle tiempo con algo que no sea su miembro viril, si no que la besan, la miman, le cantan.... ¿No merece esa dedicación el que se le cuide la salud un poquito al menos?  Si realmente ha sido un cultivo de champiñones ahí alojado como él indica, y estos han ido directos a su garganta sin hacer paso previo por sus labios y lengua, ¿no demuestra eso que es un amante abnegado e intenso? ¿No demuestra que es una persona totalmente entregada y dispuesta a darlo todo para satisfacer a la persona que ama? . Catalina, cielo, cuida a tu marido; pues alguien así es un diamante en bruto muy difícil de encontrar, y merece que se le cuide un poco. Sobre todo, porque (como ya he dicho), es alguien difícil de encontrar, y hay que velar porque alguien así te dure mucho. Por ese motivo, querida Catalina, y por tu bien (y el de tu querido esposo), te recomiendo que te laves el potorro, para que tu marido te dure muchos años, y siga dándote tantas y tan jugosas satisfacciones.
Es decir, en este estado debieras tener tu zona genital para producir
 un cáncer de laringe con la única práctica del sexo oral
   En el fondo, bella Catalina, estoy convencido que tus labios sureños no han sido en absoluto los responsables de su enfermedad, y que ha sido el tabaco el único y verdadero culpable; pero por si acaso, y para que no le sirva de excusa: Lávate el potorro, Catalina.

   Dicho lo cual, me despido de este sin par y pintoresco matrimonio, deseándoles una vida larga, plena y feliz; llena de momentos jugosos, higiene, y mucho, mucho amor.

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