miércoles, 18 de junio de 2014

Desde el Exilio (XXX)

    Reconozco que cuando tengo mala leche, suelo destilar mucho veneno a través de mi lengua; pero veneno puro, con el cual suelo impregnar los dardos que son las palabras que puedo soltar por esta, mi boquita. A veces, incluso me da tanto gusto la maldad que voy a soltar, me recreo tanto en su ponzoña y en el efecto que esta va a provocar, que no puedo evitar pasar mi lengua sobre mi labio superior relamiéndome, como si ya estuviera degustando el daño que mis palabras van a provocar en la psique de mi víctima.

     Hoy ha sido uno de esos días en los que he soltado uno de mis dardos a través de mis labios, cual cerbatana.

     Como ya sabéis, suelo pasar bastante del fútbol; le perdí la afición casi casi, a la vez que dejé de fumar; así como también sabéis de mi escaso patriotismo. Mas sin embargo, en la obra me encuentro a veces que mis muchachos son como críos, y les encanta picar y hacer sangre con cualquier chorrada a la menor ocasión.

     Y ahí estaban: los panameños haciendo burla a los españoles por la derrota ante Holanda en el mundial del pasado Viernes, y haciendo toda la sangre que podían; mientras estos aguantaban estoicamente el chaparrón. Cuando me vieron aparecer, vinieron a picarme a mi también, a pesar de saber que a mi el balompié me la trae bastante floja. Pero como me apetecía callarles la boca un rato, empecé a preparar ese veneno puro y malísimo que mi lengua destila; les miré con malicia mientras les escuchaba, me relamí el labio superior mientras sonreía con malicia; los dardos estaban listos para ser disparados.

¡Fuego el uno!: "Muchachos, para que a una selección la eliminen de un mundial, primero tiene que jugarlo, y para ello, ha de clasificarse para estar ahí. No sé si sabéis de lo que hablo" (Panamá nunca se ha clasificado para ninguno, al menos no en las últimas décadas)

¡Fuego el dos!: "¡Y que viva México, cabrones!" (México fue quien puso la puntilla a Panamá en las clasificaciones del año pasado) "¿Os apetecen unos tacos con tequila?"

     Ahí ya les cambió el semblante; las caras de cachondeo se borraron, y las sonrisas burlonas se convirtieron en un rictus de enfado. Mis palabras habían causado el efecto deseado; volví a relamerme, faltaba la puntilla final, pero quería darles la oportunidad de intentar replicar una débil defensa que sabía que no les iba a servir de nada.

    "¡Respete, patrón! Con eso no se bromea" decían mientras les temblaba la voz. Último paseo de mi lengua por mis labios; estaba disfrutando demasiado en la elaboración de este último dardo.

¡Fuego el tres!: "¡Vaya! Veo que la cosa os escuece. ¿Os introdujeron tal vez ese burrito por el agujero incorrecto?" (Tocado y hundido, Jaque Mate, Game Over, Fin de la partida, Señores)

     Se hizo el silencio. Les sonreí: "¡Señores! No hiere quien quiere, si no quien puede. Sabéis de sobra que a mí el fútbol me da igual; pero aún así, habéis buscado pelea, una pelea en la que sabíais que vuestros golpes no me iban a hacer mella. Aseguráos una cosa: cuando iniciéis un combate así, tened las armas correctas para atacar a vuestro contrincante. Llevo currando desde la secundaria, y el tema del vacile lo tengo bastante trillado."

     Creo que les estoy enseñando demasiadas cosas; pero lo bueno es que saben que lo hago sin demasiada malicia, y ese puntito de confianza nos permite soltarnos vaciles bien fuertes que muchos jefes y encargados no se atreven a tener con ellos. ¡Señores! ¡Que esto estrecha lazos por raro que parezca!

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