lunes, 13 de abril de 2009

Cuando caen los ídolos

   ¡Qué recuerdos cuando de pequeños, todos teníamos un héroe, una figura de referencia! Sí, en algún momento de nuestras vidas, todos los chicos hemos visto en nuestros padres como algo grande, inmenso, un ideal a seguir e imitar.
   Yo recuerdo que veía al mío como a un gigante; un ser de gran fuerza (con bastante mala leche cuando se enfadaba) y alguien que siempre sería más fuerte, más rápido y más listo que yo. Me encantaba verle jugar al ajedrez con mi tío los Domingos, que nos llevase de paseo al campo, que jugase conmigo al fútbol y con mis indios y vaqueros de plástico, e ir a un bar a tomar patatas bravas.
   Pero como a todos, los ídolos se me acabaron cayendo. No sé el momento excato en el que sucedió, o tal vez se trato de una serie continua de decepciones, el caso es que mi padre acabó cayéndoseme del pedestal donde le tenía. Tal vez mi crecimiento desmesurado y avanzado, por el cual, con 10 años ya me ponía su ropa; o a lo mejor al ir adquiriendo conocimientos e inteligencia, descubrir que mi padre NO era tan listo ni tan justo, ni tan héroe como yo creía que era, puede ser por lo desmesurado de sus castigos a veces, o por que no quería escucharme cuando discutíamos y se creía en posesión de la verdad absoluta. Digamos que mi etapa rebelde comenzó antes de la pubertad, y fue cuando esa visión tan positiva que tenía de él, se resquebrajó en mil pedazos para dejar paso a sus defectos; y ahí estaba yo, sintiéndome moralmente superior a él, como si mi propia mierda no oliese a pesar de que estaba resbalándome por las rodillas.
   Recordaba cómo él me decía "Hijo, jamás fumes, que es muy malo" y sin embargo, él fumaba tres cajetillas diarias de "Habanos" (Para los que nunca han fumado, dentro de lo que es el tabaco negro que es de los más fuertes, esa marca es una auténtica salvajada para los pulmones), y llevaba haciéndolo desde los 11 años. También me decía eso de "Que no te pille bebiendo alcohol" mientras se tomaba un cubalibre o una cerveza...
   Más sin embargo, con eso y con todo, el que se me cayera del pedestal, no me ha hecho quererle menos; a pesar de que sé que no voy a poder discutir con él, por que es de mente muy cerrada y sigue sintiéndose en posesión de la verdad absoluta (debería irse de cañas con Jiménez Losantos; de ahí, o se hacen amigos, o por lo menos mi padre acabaría partiéndole la boca, con lo que probablemente le devolvería al pedestal en el que le tenía en mi infancia); a pesar que en cuestiones políticas choquemos (de las religiosas mejor ni hablo), y de que no veamos la vida de la misma manera, no puedo cambiarle; y tal vez no quiera, pues a él le debo lo que soy; gracias a su forma de ser, y a sus reacciones, yo he ido formándome una imagen de la vida, me he ido formando como persona; y de él he aprendido muchas cosas.
   No puedo negar que soy su hijo. Además de tener su mismo color de ojos (los míos a lo mejor un poco más azulados que los suyos) de él he aprendido a trabajar duramente, a esforzarme, a luchar apasionadamente por lo que creo y esforzarme por defender mi postura con uñas y dientes. Sí, resulto a veces un poco grosero, pero eso no se le puede achacar a él; pues siempre se esforzó por que yo fuera un hombre bien educado, y que tuviese las oportunidades que él no pudo tener. Es decir, se esforzaba en que yo fuese mejor persona que él; y eso para mí tiene un valor incalculable, aunque él no pudiese evitar soltar las burradas y bestialismos que soltaba por la boca, se cuidaba muy bien de que yo supiese que eso no estaba bien. ¿Cuantos padres a día de hoy serían capaces de reconocerse un mal ejemplo para sus hijos ante ellos con el fin de que estos sean mejores personas? Sin saber que se llama así, mi padre ha usado la psicología inversa conmigo, y es algo que poca gente está preparada para hacer.
   Con el tiempo, uno ve las cosas con perspectiva, y son más las cosas positivas que las negativas que me quedo de él.
    Sí, he sido fumador; el haber querido experimentar qué se siente al fumar, me llevó a ello. Pero también tuve la fuerza de voluntad de dejarlo; fuerza de voluntad que se veía reforzada al ver los estragos que el tabaco iba haciendo en su salud. Sí, también bebo; pero afortunadamente es un vicio que mantengo bastante a raya. Como mucha gente, he tenido mis momentos de borrachera (de muchos de ellos no me siento particularmente orgulloso), pero esos días pasaron. Por supuesto que me encanta la cerveza. Pero ni la tomo a diario, ni abuso de ella... la disfruto siempre acompañada de unas buenas bravas y una mejor compañía y conversación. Sí, también me he metido en muchas broncas (y algunas de ellas le harían sentir muy orgulloso como "Macho español" que es), pero ese tiempo también pasó, y con los años me he vuelto más inteligente y sabedor que la violencia jamás me conducirá muy lejos ni me dará grandes satisfacciones aunque se me antoje la solución más sencilla.
   Pero también he heredado de él mi amor por la naturaleza y los animales, el disfrutar de hacer el muerto en la piscina panza arriba sintiéndo como los rayos del sol me tuestan mi oronda barriga, el ser un pilar firme para la gente que me rodea y alguien con quien contar. 
   Todo eso, se lo debo a él (también a mi madre, pero de ella hablaré en otra ocasión, pues también tengo cosas de ella en las que mi padre no contribuyó) y por ello (aunque sé que las posibilidades de que llegue a leer esto son nulas) siempre le daré las gracias.

3 comentarios:

  1. hay un momento en la vida de todo hombre en la que se desmitifica a su padre, no por esto se le deja de querer, ni de repetar, simplemente, dejas de pensar que quieres llegar a ser lo que es él, porque quizas ya eres más, o al menos eres tú, que al fin y al cabo es lo que importa no??
    Me alegro que me acompañes en esta aventura bloguera.
    No he olvidado tus capitulos, pero ahora estoy retomando el pulso a mi vida aquí, asi que queda poquito para que pueda leerlos tranquilamente.
    Y te enviare los mios, aunque es casi seguro que los colgare en mi blog.
    No olvides pasarte por el blog alternativo.

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  2. lo siento mi comentario es diferente, por favor brother me he kemado los ojos leyendo esto... no escribas en rojo con el fondo negro... keda muy guapo y le da un toke pero oxtia me he abrasado la vista chaval!!!
    supongo k respecto a lo leido, no tengo mucho mas k decir k nos suele pasar a todos, pero de kada persona k pasa en nuestras vidas tenemos k kedarnos con lo mejor y lo peor y asi nos formamos nosotros, para bien o para mal. kuando eres pekeño todo lo ves desde otra mirada otra perspectiva una vez k te haces mayor tus redes sociales cambian y de ahi k kambien tus referencias a seguir... pero aun asi, si lo miras bien sigues teniendole en un pedestal por todo lo k te dio de pekeño y por todo lo k te da ahora no krees?
    un abrazo brother (ya sabes kien soy no?)

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  3. Aunque con los años, se nos terminan cayendo del pedestal, el cariño que les profesamos sigue en pie, porque al fin y al cabo ellos han sido nuestros alfareros y nos han intentado crear de la mejor manera que ellos han sido capaces de "moldear el barro". =)

    Leticia.

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