jueves, 25 de marzo de 2010

Química

"Se te ve mejor cara", "Te veo mucho mejor"... Son los comentarios que últimamente recibo a diario de mis compis de tienda. ¿Tanto he cambiado en este mes?
Para los que no lo sepáis, desde el 1 de Marzo, estoy en logística en mi curro. La verdad es que me descolocó un poco la forma en la que me enteré: como vais a ver, es una "larga" historia.
Durante este año pasado, he estado en la sección de Pinturas, reclamado por el responsable de allí, que ya había trabajado anteriormente conmigo, y al que me une una estupenda camaradería (aparte de tardes de secar el grifo de cerveza del bar que hay bajo la casa de sus padres), hasta que llegó el mes de Diciembre, y el que era nuestro jefe, cambió de departamento; yéndose a llevar Jardín y Materiales de construcción. En cuanto pudo, me reclamó para materiales, y allí he estado desde Diciembre, hasta el 28 de Febrero; integrándome en el equipo, e intentando aprender todo lo que pudiese sobre el producto. A primeros de Febrero, recibo la noticia de que el responsable de pintura, se traslada a Materiales para ser mi responsable nuevamente; y yo encantado con la idea; pues somos dos personas que conectamos muy bien y curramos duro.
Mientras tanto, me llega un rumor por parte de una compañera, de que yo iba a pasar a logística. Como me gusta coger el toro por los cuernos, en cuento pude y vi a mi jefe, le pregunté qué había de cierto en eso; a lo que él me contesto que nada; que ya había hecho los horarios anuales, y que si fuese cierto, no se habría molestado en pedirme siquiera las vacaciones. 24 horas más tarde, me llega el jefe de logística corriendo como una bala a preguntarme que cómo me había enterado; pues al parecer, eso había sido una conversación a puerta cerrada entre su jefa, el director de tienda y él mismo. Poniéndome en su lugar yo lo entiendo: las empresas son unos pueblos, y el boca a boca, y los chismorreos, les encantan a la gente; y él quería saber de donde había salido la filtración. Total, que fue pasando el mes de Febrero, y no volví a pensar en el tema.
Pero mira por donde, que llega el Viernes 26 de Febrero, y cuando estoy con mi jefe y el responsable de Jardín dando un repaso a la sección, me suelta mi jefe como quien dice "pásame la sal", "Por cierto, el Lunes empiezas en logística, habla cuando puedas con el jefe de allí"
¡ZAS! Un jarro de agua fría no, helada. Aunque el que había sido mi jefe me decía e insistía en que había sido el jefe de logística quien me había reclamado (ya habíamos trabajado también antes juntos cuando coincidimos en moqueta), mi cabeza era un hervidero de preguntas e incomprensión: Me costaba entender (y aún me cuesta) que si tan bien se me da el estar cara al público, si (según mi director) soy una persona de trato exquisito al cliente, si (según las cajeras) soy una persona eficaz en la atención, rápido en la resolución de dudas y conflictos; ¿Por qué me mandan a uno de los departamentos en los que no hay trato directo con el cliente? Os puedo asegurar que durante ese fin de semana, que se me hizo eterno, creí que me iba a reventar la cabeza. Mis propios compañeros no se lo podían creer. "Que manden a cualquier otro, se entendería, pero ¿a tí?" Era lo que más oía.
Empecé el 1 de Marzo, y fui con la siguiente idea en la cabeza: "Llevo más de 10 años de cara al público, y es algo que suele quemar mucho psicológicamente. Vamos a tomárnoslo como un bien merecido descanso" .
¿Balance a día de hoy? ¡Bueno! Algo de trato con el cliente sí que tengo, pero es muy mínimo, pues se limita sólo a entregarles los pedidos cuando la cajera de Pedido Cliente me lo solicita; el resto del tiempo se trata de separar residuos y tirarlos a los contenedores correspondientes, colocar la mercancía de forma segura, y mantener el orden en el almacén para que la mercancía fluya de la manera más ágil y eficaz posible. El trabajo en sí es bastante físico, y apenas se para (ya se me han olvidado lo que son los ratos muertos), y suelo llegar cansado a casa; pero la verdad es que se me pasan las horas volando con tanto trabajo.
¿Mis compañeros de equipo? Pues la verdad es que muy bien con ellos; apenas tenemos tiempo para charlar, por que todos tenemos mil cosas que hacer en nuestro turno de trabajo, pero la verdad es que nos compenetramos muy bien y el ambiente es estupendo. Con el jefe puedo decir 3/4 de lo mismo. Es un tío muy comunicativo, que cuando te tiene que decir las cosas, te las dice sin rodeos, pero procurando siempre que no sea de forma hiriente. Le gusta que su equipo trabaje a gusto, y eso se nota. La verdad es que es la primera vez en 10 años, que un jefe abiertamente me manifiesta lo contento que está conmigo, y cómo le gusta mi forma de trabajar; eso es de agradecer, y desde luego, te incentiva para entregarte al 100%. Ambos nos conocemos ya, y sabemos qué esperar el uno del otro; es un toma y daca; es decir, si él está dispuesto a que yo esté contento como trabajador, yo también estaré dispuesto a que él esté contento con mi forma de trabajar. Es lo que yo llamo "Química" entre compañeros de trabajo.
¿La gente de tienda? Pues hay quien todavía no asimila que yo esté allí, en almacén "El mejor tío en atención al cliente, y le quitan de en medio; esta gente no tiene ni idea de lo que hace", oigo aún todos los días. "Te echamos de menos, extrañamos tus chistes y coñas", me dicen también. También hay gente que se alegra por mí, y por que halla salido de comercio "Esto quema mucho, y se te veía muy tristón últimamente"
Lo cual me lleva a los comentarios con los que empezaba. La gente dice que me ve más relajado, más a gusto, más tranquilo. Me dicen que transmito alegría ahora; que es verme por la tienda (y eso que a tienda ahora paso a darles trabajo, pues les lleno las secciones de mercancía), y darles una sensación de buen rollo, como hacía mucho que no sentían. ¡Pero si sólo soy uno más!, pienso; pero ¡en fin! Yo sólo sé que me cruzo con caras sonrientes todos los días y con gente que me dice una y otra vez lo mucho que se alegran por mí, por este cambio, aunque me echen de menos. Debe de ser cierto que me está haciendo bien este cambio de sección; como ahora me muevo mucho más, hoy me ha dado por pesarme: He perdido 4 kilos, y no por disgustos precisamente. ¡Quién me lo iba a decir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario