lunes, 17 de diciembre de 2012

Happy Birthday, Sister

   Hoy 17 de Diciembre, cumple años una vieja amiga, mi querida "sister" Tere. He de decir, que es una da las pocas personas que conservo aún a mi lado, a pesar de las distancias, y a pesar de que podemos tirarnos meses sin saber el uno del otro.

   Conocí a Tere en una Pascua en Bujedo (Burgos) organizada por "La Salle". Yo iba junto con la gente de mi parroquia de Torrejón, e íbamos como "invitados" por que resulta que María, nuestra catequista (hermana Dominica), conocía a alguien dentro del entorno de "La Salle". La verdad es que fue algo que se nos antojó alienígena cuanto menos (o al menos eso me pareció a mi). Éramos 400 personas, y todos del citado colegio... Todos menos nosotros. Me llamó poderosamente la atención que todos eran de la mitad norte de la península, y que nosotros éramos los más sureños; y lo que ya me remató fue la conversación con unos chavalitos de.... ni me acuerdo, ni me importa de donde eran, ya veréis la profundidad de la conversación:

- ¿De qué centro de La Salle sois?
- De ninguno, nosotros venimos de una parroquia de Torrejón
- ¿Y eso donde está?
- En Madrid. 

   A partir de ese momento la cara le cambió, mutándose en una expresión como de estar oliendo una mierda de un tamaño descomunal que estaba situada a escasos centímetros de su cara. No os perdáis la respuesta.

- ¡Uffff! Es que hace mucho que no viene gente de Madrid; hace cinco años que pillaron a unos fumándose un porro la primera noche, y mandamos a todos de vuelta a Madrid. Desde entonces, la gente de Madrid está vetada.

   Sí, amigos míos, ese tipo de fauna nos acompañó en la primera Pascua que vivíamos la gente de mi parro... Una práctica habitual para facilitar la interactuación con gente de otros lados y así no formar gettos, era el separarnos por grupos entremezclados a la hora de las catequesis, y yo creo que ese año el de arriba me quiso poner bastante a prueba, pues el grupito que me tocó en suerte eran del mismo palo que el chaval anterior. Pero la gracia eran sus "poses"; es decir, uno decoró su carpeta con dibujos de Marylin Manson, Metallica, Megadeth, para ir de duro (¡Naaaaada, ese iba de malote para ver si mojaba el churro!), pero costaba imaginarse que realmente le gustase ese tipo de música viendo como le veía con sus Levi's recién estrenados, sus relucientes Nike... e incluso su jersey Lacoste anudado al cuello que se trajo un día el chavalote... Ese tenía de Heavy lo que yo de miembro de la casa real británica. Luego les oías hablar y... ¡Leñes! Esa gente era de lo más exclusiva y excluyente que he visto en mi vida. Pero es que incluso el sacerdote en cuestión me dejó una impresión penosa; se quiso presentar el primer día en plan revolucionario, diciendo que le apodaban "El padre Apeles", y en realidad incluso fomentaba el tema de ser excluyentes, como si la vida más allá de "la Salle", y la gente que no estuviera allí, no mereciesen la pena, como si fuesen personas de tercera...

 -¡Anda que... macho ya te vale!.- Le dije al de arriba en mi oración de la noche. - ¿Tú qué pretendes? ¿Que acabe volviéndome ateo? Por que... ¡Hay que ver en medio de qué fauna me has soltado!.

   Los únicos momentos que disfrutábamos los de Torrejón era cuando nos podíamos poner juntos en el desayuno, o en los ratos libres, pero cuando llegaba el rato de las catequesis, mi cerebro se desconectaba (total, ¡para el caso que me hacían! Las poquitas veces que hablé intentando hacerles ver que había vida más allá de las instalaciones de "La Salle" y que la gente necesitada no eran objetos para que ellos "ganasen puntos" a su costa en el currículum del colegio haciendo voluntariados, casi me devoran vivo, y decidieron que no pasaba nada si yo permanecía callado durante esas casi dos horas), y repetía mentalmente el mantra: "Estoesunamierdaestoesunamierdaestoesunamierdaestoesunamierda...."

   Entonces apareció ella. Para ser justos, en realidad ella estuvo allí todo el tiempo, pero no reparamos realmente el uno en el otro hasta casi el último día (¡y eso que estábamos en el mismo grupo! Lo que pasa es que ella ya sabía de qué iba la vaina, y había tomado la opción silenciosa desde el primer día) El caso es que ella tenía una actitud de "paso una mierda de lo que digan o piensen los demás de mi", y eso me gustó; vi que también le gustaban "Héroes del Silencio", así que ya teníamos más en común. La última noche, los torrejoneros decidimos que era hora de liarla ya que era la última vez que dormiríamos allí, que ya queríamos soltarnos el pelo un poco, y fuimos preparando un motín para que esa noche no durmiese ni quisqui... mi nueva amiga nos apoyó desde el principio. Sentí que era una lástima no haberla conocido más, así que me animé a pedirle la dirección para poder cartearnos.

   Pues en efecto, a través de las cartas, nos fuimos conociendo cada vez más, y fuimos descubriéndonos que éramos bastante parecidos. En esas cartas kilométricas que nos escribíamos (rara vez bajaban de 3 folios por las dos caras), nos contábamos de todo: cómo nos iba la vida, nuestras alegrías y penas... los lazos se fueron reforzando muchísimo, éramos cada uno el mejor confidente del otro. Y así pasó que un día, destrozado como estaba por el fin de una relación que me había marcado (de las poquitas veces que he estado enamorado de verdad, de ahí que acabase tan hecho polvo), le dije que para mí era como una hermana, por que era alguien que, a pesar de la distancia, sentía muy cercana, muy íntima, muy familiar... cuando me respondió aquella carta con un "¿Qué pasa, hermano?" ya vi que la sintonía era total, y que los sentimientos eran correspondidos.

Testimonio gráfico de mi primera
visita a tierras Palentinas
   A partir de ese día, tenía una hermana más; una de mi edad y con la que compartía mucho más que con mis propias hermanas. Durante todos estos años (15 para ser exactos), hemos mantenido el contacto, nos hemos contado aventuras y desventuras... Cuando por fin tuve carnet de conducir y coche, sentí que era el momento de hacerle una visita después de tanto tiempo. y a esa visita le sucedieron un par más donde compartimos charlas, vinos, cervezas, risas... si tuviera que ponerle una pega a nuestra relación, es la distancia y el no haber podido disfrutar de más tiempo juntos. Ella y yo somos la prueba de que un hombre y una mujer sí pueden ser amigos.

Los años te han tratado muy bien, sis
   No os creáis que somos iguales y calcados; también hay cosas que nos diferencian y mucho, e incluso temas en los que discreparíamos si hablásemos de ellos, pero directamente no los tocamos para no discutir, y ya está. Además, es mucho más intenso lo que nos une que lo que nos separa. También en nuestra vida hay paralelismos sin comerlo ni beberlo, y sin haberlo planeado: Ella estuvo en Nicaragua hace unos años por trabajo, y mira por donde, ahora yo estoy en Panamá. Pero lo más importante estaba por llegar: ambos hemos sido padres este año.

   No sé si estas líneas le hacen justicia, o hacen justicia a todos estos años; pero, queridísima hermana Tere, mi querida sister Jo. Te deseo un muy feliz cumpleaños desde este lado del Atlántico. Sólo puedo añadir un tremendo GRACIAS por todos estos años y lo compartido en ellos, y pedirte que nunca cambies; que a pesar de la distancia, a pesar del tiempo que podemos tirarnos el uno sin saber del otro, pueda tener la tranquilidad de saber que siempre estarás allí al igual que yo lo estoy.

   Un tremendo abrazo.








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