viernes, 14 de diciembre de 2012

Desde el exilio X

   Llueve hoy. Es curioso, pues en teoría estamos ya en la estación seca; pero es la primera mañana en el tiempo que llevo aquí en que son las 8:45, y aún tengo que tener la luz del salón encendida.
 
   Quería ir hoy por la mañana a encontrar algún lugar donde me reparen la consola (me lee los DVD, pero no los Blue Ray, por lo que los juegos de Playstation 3 no puedo jugarlos), pero parece que es algo muy difícil, y paso de gastarme un pastón en el servicio técnico de Sony, (cuando la consola me costó 99 Euros) y perderla de vista durante 3 meses hasta que se decidan a traérmela de vuelta; y como total, está fuera de garantía, tampoco creo que sea algo muy costoso el cambiarle el lector de Blue Ray. Peeeeero, lleva una hora diluviando, por lo que no podrá ser hasta que no pare de llover al menos.

   El Cangrejo.
Vista aérea del barrio de El Cangrejo

   Así es el nombre que recibe el barrio donde residimos. Es una zona bien situada, con buena comunicación, y en la que, paseando, puedes llegar a cualquier lado. ¿La pega? El acceso en coche sólo se puede hacer por una vía, y en una sola dirección, y tras lo que pasó antes de ayer, puede ser una putada y de las gordas.

   ¿Qué pasó? ¡Bueno! Serían las 17:50 aproximadamente, y me senté un rato a jugar a la consola (Nico estaba entre entretenido en el parque, y empezando a dormirse), cuando de repente, oí una detonación en la calle, y la luz se fue por completo. "Como está lloviendo, habrá pasado como hace un mes, y le habrá pillado a algún trabajador de la eléctrica subido a un poste, en 5 minutos volverá la luz" pero los minutos pasaban y la luz no volvía. Me asomé al descansillo; si la luz se había ido en todo el edificio, iba a ser un problema, pues vivo en un piso 29. Parece que estaba de suerte, el bloque cuenta con un generador aparte para casos de emergencia, por lo que los ascensores funcionaban.

Nuestro salón es bastante parecido.
   Las 18:40, y la luz que no volvía (y ya había anochecido), por lo que vestí a Nico, me vestí yo, y salimos a esperar a Portal abajo. Cuando llegué abajo, el portero nos comentó que un camión había arrancado de cuajo un cable y había dejado sin luz a toda la calle, y que ya estaban arreglándolo, pero que era difícil saber cuanto tardarían. [Hago aquí un pequeño inciso: aquí los cables de la luz no están ni soterrados, ni pegados a las fachadas de los edificios, si no que cuelgan de postes a unos 4 metros del suelo, a veces a menos altura]. Total que llamé a Portal, la cual nos recogió dos calles más abajo, y decidimos buscar un sitio donde cenar tranquilamente; como ella además había salido tarde del trabajo, eran las 19:15 cuando nos recogió. Decidimos acercarnos al centro comercial que hay enfrente del Hospital donde el peque estuvo ingresado, pero estaba todo el aparcamiento abarrotado; además, como ya he dicho en ocasiones anteriores, aquí el sentido común a la hora de coger el volante, el caso es que aún a sabiendas de que el otro lado del cruce está atascado, en lugar de no entrar en este, se ponen ahí, bloqueándolo, e impidiendo que los que vamos a usar el camino transversal podamos ir a nuestro destino... tras reprimir (y mucho) los impulsos multi-homicidas, decidí largarme de allí.

Esta es la piscina del edificio donde vivimos. Tiene buena
pinta ¿verdad? Pues con tanta lluvia no podemos usarla
   Tras dar un par de vueltas, y huyendo de los atascos, dimos con un restaurante de sushi que no habíamos visto hasta ahora, por lo que decidimos cenar allí. Me sonó raro ver que sólo los cocineros de Tepanyaki fueran de origen asiático, pero tenía hambre, estaba cansado, y empezaba a cabrearme, por lo que no le dí mayor importancia. El mosqueo empezó cuando el camarero apenas aparecía cuando queríamos la carta de postres; me dio tiempo a darle a Nico dos potitos de frutas (15-20 minutos). Tras el postre (un poco empalagoso), tocó pagar la cuenta: Otros 5 minutos de espera, mas otros 5 para esperar el cambio... Cuando nos íbamos, el camarero nos preguntó "¿No van a dejar propina?" con tono de extrañeza y sonriendo como diciendo "se les ha olvidado, es imposible que no dejen" a lo que contesté "¿Es obligatoria?"  a lo que él se me quedó mirando nuevamente, yo miré a Portal, y él le espetó: "No han dejado propina" a lo que ella, con tono cortante (pero merecido por pesado que no las caza al vuelo) le dijo "La propina se deja cuando estamos contentos con el servicio" y nos fuimos, mientras oíamos a nuestras espaldas "Muy bien, que tengan buena noche".

    Parece que aquí en Panamá están muy malacostumbrados con el tema de las propinas: por lo visto, aquí es algo que hay que dar sí o sí, con independencia de la calidad del servicio. En Europa (o por lo menos en España), la propina es un extra personal que el cliente puede dar o no a voluntad como reconocimiento a un trabajo excepcionalmente bien hecho, o bien por que es el bar habitual al que vas, y le tienes afecto al camarero (o al dueño). Es decir, que es un "premio", no un extra porque sí.

Entrada al restaurante peruano "Machu Pichu", en nuestra
misma calle, y a dos minutos caminando.
   El caso es que intentamos volver a casa, para encontrarnos que la policía tenía cerrado a cal y canto el acceso a nuestra calle. "¿Y ahora cómo entramos a casa?" Me paré al lado de los policías para hacerles saber que vivíamos allí y que por favor nos dejara entrar, pero no nos hicieron el más remoto caso. Quisimos preguntar si habían habilitado una ruta alternativa, pero sólo recibimos el gesto de pasar de largo. "Pues tenemos que entrar por algún lado..." Total que tuvimos que dar un pequeño rodeo, y arriesgarnos a ir por dirección prohibida por una calle que sale de la nuestra y que dispone de dos carriles bien anchos, además, a esas horas suele ser poco transitada. Un buen plan, pero da la casualidad que había coches aparcados a ambos lados de la calle (cuando está prohibido, pero aquí las leyes se las pasan por el forro según convenga), dejando la calle reducida a un solo carril donde mira por donde, le estaba dando a todo el mundo por ir. "¿Por donde han entrado, si no se puede acceder a la calle que da a esta? ¿De donde sale tanto coche?" y como no podía ser de otra forma, todos dándome ráfagas de las largas, y ocupando TODO el ancho de la calle en lugar de echarse a un lado para permitir el paso (a pesar de que llevaba puestas las luces de emergencia o warnings), el caso es que, como buenamente pude, y con más ayuda por parte del de arriba que de parte de los solidarios conductores (eso sí, luego bien que empapelan sus coches con motivos cristianos, para luego no demostrar que lo son con su actitud), llegamos a casa, donde aún no se había restablecido la luz.

   Afortunadamente, se me ocurrió abrir todas las ventanas antes de salir, por lo que la corriente que se había generado facilitaba el dormir. Llevamos al peque a nuestra cama para tenerle controlado y... a las 22:40, casi 5 horas después, se restableció el suministro eléctrico. Por fortuna, la comida de la nevera no se había estropeado, o nos habría tocado gastar otros 400$ en llenarla (quien os haya dicho que la comida aquí es barata, os mintió. Es barato comer de los carritos callejeros, pero comprar comida es más caro que en España)

    Vía Veneto

Vista del lado derecho de Via Veneto
   Dentro de nuestro barrio, y perpendicular a nuestra calle, se encuentra Vía Veneto; de hecho, es la calle desde la que se accede a la nuestra, y ahí puedes encontrarte de todo.

   Del lado derecho, según subes la calle, te encuentras gran variedad de tiendas, la mayor parte de ellas son de telefonía, y de souvenirs, aunque también hay tiendas de ropa, y un poco más adelante, el Manolo's, un bar donde dicen que dan comida típica española.

Lado  izquierdo con sus locales de
"esparcimiento y relax"

   Del lado izquierdo... ¡bueno! del lado izquierdo empiezas con un Mc Donald's con servicio de entrega a domicilio (os lo juro), un hotel de lujo y luego... luego en dos alturas, hay infinidad de locales dedicados al Relax (Garitos de Strippers, salones de masajes eróticos, etc, etc, etc) alternándose con varios restaurantes chinos, a excepción de un local de tatuajes y un minimarket. A continuación nos encontramos el Hotel Casino Veneto, donde están publicitadas las tragaperras con carteles enormes de una chica con diferentes vestidos y generosos escotes.

Fachada del Hotel-Casino en cuestión.


   En dicho Hotel, y según varias opiniones que me he ido encontrando, la gente se ha ido quejando de que funciona como una trama en la cual muchas prostitutas entran y salen como Pedro por su casa buscando clientes.

Justo enfrente del Casino
   El drama de la prostitución es uno que no conoce fronteras: mientras que en España suelen abundar las procedentes de Europa del Este (seguidas por subsaharianas y luego en menor medida, mujeres de origen latinoamericano y de etnia gitana), aquí por lo visto (y hasta donde sé, así que por favor, que no se me eche nadie encima por lo que voy a decir) lo que abundan son las Colombianas. Las estrictas leyes sobre inmigración, hacen muy difícil que un extranjero consiga el permiso de trabajo, y con él, el de residencia; así que, por desgracia, esta parece una opción más "fácil".

El Sexo vende mucho, y en Veneto lo saben,
 pormucho que se hagan los inocentes y finjan
malhumorarse por lo que pasa en sus instalaciones
   Reconozco que es un tema espinoso para hablar de él sin que haya nunca nadie que se sienta ofendido, o te tache de una cosa o de otra. Para mí, personalmente, el tener que vender lo más íntimo de tu existencia, aquello que no compartes con cualquiera para subsistir, siempre será un drama; y ya es jodido el tener que recurrir a ello de forma voluntaria, por lo que más jodido aún es quien lo tiene que hacer obligado no por la necesidad, si no por que las mafias te amenazan con matarte. Además es uno de esos problemas en los que la serpiente se muerde la cola. ¿Dejaría de haber gente dispuesta a pagar por sexo si no existieran las prostitutas? ¿Dejarían las mujeres de dedicarse a ello si no hubiera clientes? Me temo que siempre habrá gente de uno y de otro lado, por lo que...






   Las iglesias

   En el tiempo que llevamos aquí, hemos visitado dos parroquias: La del Carmen, y el Santuario, buscando una parroquia de referencia como en la que estábamos en Torrejón.

Fachada principal del
Santuario del Inmaculado
Corazón de María






  El Santuario: el templo como tal es bonito, aunque los ventiladores y su ruido hacen muy difícil que se pueda seguir la misa. Llevada por los padres claretianos, la verdad es que encontramos las homilías muy quejicosas y en algunos casos, demasiado autoritarias, por lo que la acabamos descartando.





La verdad es que impone bastante
el verla desde fuera
   El Carmen: Con más pinta de catedral que de iglesia, al menos el trato es más cercano por parte de los sacerdotes, además, la misa de niños es más interactiva, recordándome mucho a lo que estoy acostumbrado. El coro de niños está bien, aunque... no sé, es como si mezclases canciones tipo gregoriano, pero con voces dulces y afinadas, lo cual lo hace un poco más agradable al oído a quien lleva gran parte de su vida tocando la guitarra y haciendo las misas más animadas y "rockeras".








Efectivamente, es algo que se da en todo el mundo. Por favor, volved a decirme que en latinoamérica las cosas son distintas con los gobiernos de izquierdas. Aquí gobierne quien gobierne, la imagen es la misma

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