miércoles, 5 de febrero de 2014

Desmontando "verdades"

   Hoy me he encontrado con un blog en el diario EL MUNDO, que tras leerlo me ha provocado una mezcla de hilaridad y rabia, porque el señor que lo ha escrito, me ha demostrado que NO VIVE EN PANAMÁ, y que ha ido a lo fácil: a preguntar a instituciones oficiales. En otro color, voy a ir poniendo las apostillas a las barbaridades que este señor cuenta.

La lección panameña



     España y Panamá están separados por 8.000 kilómetros de océano; y dos maneras contrapuestas de entender la política, de aceptar el pasado y de afrontar el futuro. A la nación centroamericana le sobra lo que a España tanto le falta: sentido común y visión a largo plazo [Por eso cada vez que uno pone la radio, oye cómo anuncian que hagan el favor de no dilapidar la paga de Navidad en tonterías, porque en Febrero tocan los gastos escolares de inicio de curso. Por eso cuando llegan los carnavales, corren a las casas de empeño a empeñar incluso a su madre si se pudiera, para darse el fiestón padre consistente en beber hasta destrozarse el hígado y estar tirados por las calles. Por eso muchos no tienen apenas para comer, pero no dudan en gastarse su sueldo en un móvil de última generación, o ropa de marca]. Los panameños, con sus divergencias, con su rosario de razas, con la invasión estadounidense aún caliente en la memoria, tienen asumido que la barca avanza con más brío si reman al unísono, en la misma dirección y soltando lastres de la memoria [Por eso se siguen refiriendo a los Españoles como "Los Piratas que no se conformaron con el expolio que le hicieron a este país, y por eso vienen a quitarnos la plata que nos queda", a los Yankis como "Esos imperialistas a los que hemos echado, y que están deseando volver a invadirnos" y a los Colombianos como "ese país cuyos habitantes vienen aquí a delinquir y prostituirse". Por eso aprovecha cualquier debate político para acusar al que no está de acuerdo con ellos de estar en connivencia con los "enemigos de la nación"]. En España, la diversidad cultural y las huellas de un pasado reciente no menos complicado se usan como arma arrojadiza en el hemiciclo, en el mercado de abastos y en la grada del estadio.
Por todo eso, y mucho más, el Producto Interior Bruto (PIB) panameño seguirá creciendo a un ritmo cercano a los dos dígitos con pocos riesgos de sufrir un sobrecalentamiento o una burbuja [¡Ay, que me da la risa! La burbuja inmobiliaria en este país es ya una realidad. De hecho, cuando estalle, dejará ridículamente enana a la burbuja inmobiliaria española Se construye, mucho y sin parar, y los precios van subiendo poco a poco. Unid a eso a que no hay apenas mantenimiento en las obras públicas, y así te encuentras una carretera que se inauguró hace unos escasos 5 años, llena de baches y agujeros que te hacen pensar que es una carretera con más de 50 años de existencia y un nulo mantenimiento]. Las mismas razones llevan a augurar que Sacyr tiene mucho que perder por mantener su pulso férreo, sin concesiones, con el Gobierno de Ricardo Martinelli. El uso de la fuerza no es bienvenido en un país que logró expulsar sin violencia a los militares estadounidenses que lo invadieron para capturar a su presidente en 1989 [¿Cóooooooomooooo? ¿Que aquí no hay violencia? Sólo en este mes de Enero se han cometido 54 asesinatos. Basta una palabra mal dicha o mal interpretada, o una mirada que no guste, para que al día siguiente te cosan a tiros. Cuando los sindicatos protestan, arrasan con todo, y no es raro ver el uso de la violencia. ¿Que la violencia es mal recibida? ¡Pues no se nota! Y ya no sólo la violencia física, si no también la verbal. En 5 minutos de sintonizar la radio, entre tertulianos y llamadas de oyentes, casi se puede palpar y masticar la violencia con la que se expresan]. Y que recuperó el control del canal más famoso del mundo, con permiso de Suez, por la vía de la negociación.
Obras de ampliación en el Canal de Panamá. / Reuters [Es curioso que NADIE hable del impacto medio-ambiental que supone el canal, de la cantidad de fuel y aceite vertidos a sus aguas, y que no hay ni una triste depuradora de aguas dedicadas al agua del canal]













   "En Panamá se puede vivir por el aire acondicionado y la mala memoria de los panameños. Se nos olvidaron rápidamente los malos tiempos y las cuentas pendientes." [Me remito al comentario de la opinión que se tiene de los extranjeros. Sí, un aire acondicionado que te ponen a todo trapo en todas partes (particularmente, yo en casa no lo pongo, pues me ha supuesto tener a mi hijo hospitalizado en dos ocasiones por enfermedades respiratorias derivadas de dichos aires). Sí, mala memoria; malísima. A día de hoy quieren casi todos votar en masa a un candidato a presidente que mientras fue alcalde de la capital no hizo ni el huevo.] Marco Fernández Bello salpimenta con sorna caribeña su brillante disertación sobre la nación a la que se ha enfrentado a cara de perro Sacyr [¡Pero qué pelota es el autor de este artículo con este señor!]. Es un economista reputado y famoso en el país centromericano. Tanto, que su móvil figura en la agenda de los delegados el Fondo Monetario Internacional (FMI) encargados de supervisar la región. En una charla reciente con periodistas españoles en Ciudad de Panamá, Fernández Bello exponía los mimbres que tanto ímpetu dan a la economía panameña y que sustentan el milagro del pleno empleo [Un salario mínimo interprofesional de 420$ brutos/mes dividido en quincenas con el cual apenas se puede pagar la comida; obligando a vivir familias de hasta 4 generaciones en una misma vivienda Muchas empresas (reputados comercios además) pagan por debajo de esa cifra Teniendo en cuenta que no existe un registro de desempleo para llevar una contabilidad del número de parados, así puedo hablar yo también de pleno empleo].
El primero está en la calle. El panameño se cree, de verdad, que la democracia que tanto costó ganar en esa región puede ser una herramienta para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos [Sobre todo la de aquellos que son enchufados por los políticos que salen elegidos. Martinelli es el dueño de casi el 90% de la industria cárnica; tiene dos cadenas de supermercados, y es dueño de la cementera que está proveyendo de cemento a todos los macro-proyectos de construcción por él iniciados]. Por eso viven con intensidad y compromiso la política. Panamá es el país caribeño con más habitantes afiliados a los partidos y cerca del 80% vota en las elecciones presidenciales. Hay choques y divergencias, cómo no. Pero la enorme diversidad étnica y cultural, y la herencia de un pasado contaminado por la conquista española, la unión fallida con Colombia y la invasión estadounidense, ha sido absorbido con un sentido práctico ejemplar que ayuda a tirar hacia adelante sin contrapesos [¡Claro que sí, campeón! Por eso cuando hablan de los extranjeros, lo hacen con tanto veneno. Hasta llegan a decir que el Panameño no delinque, que los delitos los cometen los extranjeros. Y cuando les dicen "Oye, que ese asesinato lo ha cometido un panameño" ¿Sabéis qué responden? "¡Seguro que lo han aprendido de un extranjero! Porque un panameño ¡NO DELINQUE! Y si lo hace, es por influencia de un extranjero"
Sí, es un país donde la gente está afiliada a los partidos, pero luego a la hora de votar, un 60% de ese 80% que vota, lo acaba haciendo a un partido distinto de aquel al que está afiliado (no lo digo yo, lo dicen ellos mismos en la radio) ¿Por qué no hablas también machote de la influencia de los medios de comunicación y prensa en la ciudadanía para decantar la balanza política hacia uno u otro partido? Porque los programas de radio matutinos y de sobremesa son de auténtica vergüenza. Ellos mismos aúpan o descienden candidatos hasta el punto que la gente cree más a la radio, que a los propios candidatos Que cuente también cómo se tienen de comprados a los medios de prensa, radio y televisión cual cacique de república bananera. En España se intuye, aquí es descarado.
El segundo vector lo aportan las instituciones políticas. A diferencia de lo que ocurre en otros países del entorno, donde las urnas han forjado dictadores, en Panamá los mandatos duran cinco años y ningún presidente electo puede repetir en el cargo hasta pasadas dos legislaturas. O sea, una década; un periodo aceptable para oxigenar los despachos y aplacar a tiempo el gusto por el poder [Cosa que el actual presidente, Ricardo Martinelli, quiere reducir a una legislatura de espera antes de presentarse a re-elección].
El tercero es una regla no escrita que respetan gobernantes, empresarios y banqueros: ningún sector productivo debe pesar más del 8% en el PIB. Ni siquiera el Canal, una envidiable e inagotable fuente de divisas [¡Y tan inagotable! Los gastos de envío de cualquier mercancía a este país superan de lejos el precio del producto adquirido. Un triste amplificador de guitarra del tamaño de una lata de refresco me costaba 30$; con los gastos de envío desde EEUU, la broma se me puso en 120$. Tampoco te hablan de lo que sucede cuando mandas mercancía para acá. Tú la mandas con gastos de envío pagados. Pues en el puerto de Manzanillo, donde te descargan la mercancía, te cobran una tasa por abrirte el contenedor para inspeccionarlo; otra tasa para fumigarlo y desratizarlo (¿Para qué, si ya viene cerrado y sellado de origen?), y otra tasa por NO abrirte el contenedor. Pues bien; hagas lo que hagas, te intentan cobrar ¡las 3 tasas! Cuando te niegas y dices que o cobren una por no abrirlo, o las otras dos por abrirlo y fumigarlo (¡Pero que lo hagan de verdad!), entonces te cobran una tasa más porque tu mercancía abandone el puerto. Da igual que tú ya hayas pagado todo eso en origen; te lo cobran nuevamente. ¡E intenta pedir un recibo, que te tocará esperar sentado!], rebasa ese límite (representa en torno al 5%). Ese tope alienta el equilibrio y la diversificación, y espanta las burbujas  [¿Puedo reírme ya? A la burbuja inmobiliaria, se le está sumando la alimentaria] . "El drama y la fortuna de Panamá es la falta de petróleo", explica con ironía Jorge Salas, [En efecto; porque así es más fácil echar la culpa del alza de precios a la subida del precio del barril de petróleo por parte de los países productores, en lugar de culpabilizar de ello a los especuladores, los verdaderos responsables de ello] presidente ejecutivo de Banesco en el país. Sin el crudo que tanta suerte y desgracia ha traído a vecinos como Venezuela, Panamá se ha visto obligado a potenciar otras fuerzas. El Centro Nacional de Competitividad, dependendiente del Ministerio de Economía, las resumen en cuatro: "la buena infraestructura de transporte -especialmente para los puertos- [Con carreteras con un inexistente mantenimiento que hace que estén llenas de irregularidades, baches y enormes agujeros, los cuales tardan meses en repararse, si es que se reparan], mercados financieros eficientes, niveles de competencia relativamente altos y una favorable apertura a la inversión extranjera directa" [Sobre todo, a la hora de inventarse tasas e impuestos con los que sangrarlas hasta casi la ruina, haciendo que apenas tengan dinero para pagarle un salario mayor al mínimo interprofesional a sus trabajadores tal y como merecen].
Vista del 'skyline' del distrito financiero de Ciudad de Panamá. / Juan T. Delgado [Bonito ¿verdad? Pues justo detrás del rascacielos en construcción, y fuera del marco, hay un cinturón de chabolas que ríete del nudo de manoteras, o del que hubo en Pitis]












    "Todo esto unido genera mucha confianza dentro y fuera del país" [Será más bien fuera, porque se engaña a la gente. Una vez que llevas aquí un año, ves y te das cuenta de muchas cosas. Aprendes que el soborno está a la orden del día y es moneda de cambio no sólo en las instituciones, si no que incluso un simple guardia jurado se vende por una lata de refresco, que los policías se inventan infracciones con tal de que les des dinero para no ponerte una multa, que al funcionario de turno hay que invitarle a desayunar para que haga su trabajo y agilice tu expediente, que el sindicato hace la vista gorda si le das dinero...], afirma Fernández Bello. Esta conjunción sostiene a la economía panameña en el puesto número 40 del Índice de Competitividad Global, elaborado por el Banco Mundial; a la altura casi de Chile y por delante de Brasil o México. El equilibrio también ayuda a embridar el PIB cuando un sector económico despunta más de lo habitual, como ocurrió en España con el ladrillo en los años del boom [El boom del ladrillo lo tenéis ahora aquí; es sólo que no queréis verlo, o no queréis que se sepa; pero dentro de 5 añitos, hablamos, chavalote].  
"Lo peor que nos puede pasar es crecer por encima del 7%", añade el economista, "porque se genera inflación, recalentamiento de la economía e inmigración artificial". Cualquier gobernante responsable y maduro debería asumir, desde que accede al cargo, que un crecimiento desbocado genera pan abundante hoy y miseria pandémica mañana.[Por eso no subís el salario mínimo interprofesional y hacéis la vista gorda con las empresas que pagan por debajo de este ¿verdad?] En Panamá aprendieron hace años la lección. [¡Ya veo cómo lo habéis aprendido! En Diciembre se anunció que se subiría el Salario mínimo. Automáticamente, y antes que este fuese efectivo, los precios registraron un alza. Eso es economía básica, señores. Si un empresario ha de aumentar el salario a sus trabajadores, para poder seguir ganando dinero tendrá que aumentar sus precios para poder cubrir esa subida. Eso, señor mío, es economía básica, y si yo, que sólo tengo la ESO lo sé, no entiendo cómo puede decir usted esa sarta de gilipolleces y quedarse tan ancho, sabiendo que NO es verdad lo que usted afirma] España sigue sin entenderlo, pese al vapuleo propinado por la crisis. Ningún gobernante es consciente, o prefiere no serlo, de que el ladrillo supone para España lo que el petróleo para Venezuela: un vector que genera fortuna rápida para unos pocos y deviene en desdicha duradera para una amplia mayoría [Lo dice un tío que vive en un país donde el contraste riqueza/pobreza es de los más escandalosos. Viviendas de super-ultra-lujo al lado (literalmente) de chabolas sin luz ni agua. Un país que basa casi toda su economía en el Canal (y que ya veremos qué pasa cuando Nicaragua se decida final y firmemente a hacer el suyo que lleva décadas amenazando con hacer, o cuando toda esta crisis de la ampliación derive en que los Yankis vuelvan a meter el hocico aquí, una realidad que NO quieren ver), pero apenas le da importancia al resto de cosas ¡Pero si los bancos son casi todos extranjeros, y los Chinos son los que están empezando a ganar fuerza en los negocios hasta el punto de tener casi un distrito suyo! ¿Así es como os diversificáis? Luego no os quejéis de que os invaden. La gente viene a hacer lo que la mayoría se niega a intentar: ser emprendedores y llevar el negocio de manera límpia y seria. Y en cuanto se ve que hay competencia; o se le descalifica y ataca, o "misteriosa y accidentalmente" su almacén se quema (ya he conocido 3 casos en dos meses, demasiada "coincidencia")].

2 comentarios:

  1. Pues si en vez de un paraíso de colaboración, lo que es realmente es el paraíso de corrupción que comentas, en eso no tienen que dar a España ni media lección, me parece. Y para adornar la corrupción, xenofobia. Porque claro, todos los que no son como yo son malísimos. Qué maravilla. Qué lecciones que aprender.
    Pero lo que más me asusta de este post es que no te atrevas a hacerlo realmente público. Eso demuestra hasta qué punto la violencia es un mal real en Panamá. Porque uno en España puede denunciarlo todo. Probablemente que no surja ningún efecto, pero desde luego no vas tampoco a sufrir ningún ataque físico por tus palabras.
    Poner a un gobierno a hacer frente a la presión que ejerza una corporación extranjera siempre va a quedar super bien en los periódicos. Siempre le va a dar ese halo de heroísmo mal entendido, "nosotros vs. ellos", etc, etc. Tenga razón o no la tenga, que eso yo no soy quién para juzgarlo. En fin, vete a saber qué intereses tiene este señor en hacer tanto la pelota, y por qué tiene los ojos tan ciegos a la verdad que tú presentas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cosa aún va a más: RPC (una de las cadenas de Radio y televisión de mayor difusión del país), se está dedicando a fomentar el odio hacia los Españoles. Cada vez que hablan de la crisis del Canal, en lugar de decir "Sacyr", dicen "Los Españoles". Nos ponen de ladrones, de aprovechados, de corruptos, de querer venir a aprovecharnos de ellos... Luego, cada vez que un oyente llama para ponernos a caldo, insultarnos, e incluso amenazar con echarnos con palos y piedras del país, ellos en lugar de atemperar los ánimos, les alientan y dan alas.
      ¿La consecuencia? Las protestas sindicales que hay en mi trabajo, hoy han derivado a un ataque directo a los españoles. Hoy el enemigo no es la empresa; son los españoles, incluso sus propios compañeros que están aquí doblando el lomo con ellos. Tengo a mis muchachos metidos en la caseta por miedo a que la turba les ponga las manos encima.

      Eliminar