jueves, 16 de julio de 2009

¿Don o Maldición?

Hay una parte de mi atribulada mente de la que me gustaría hablaros.
Durante toda mi vida, he sido una persona muy observadora; me he fijado siempre en las pautas de comportamiento de la gente, en sus reacciones, su lenguaje corporal, estadísticas del tipo de persona y su reacción... Aparte de eso, siempre he sido una persona a la que le apasiona leer (aunque últimamente no lo haga tanto), y he tenido ocasión de leer sobre comportamiento humano.
¿Consecuencia? He ido adquiriendo unos conocimientos. que unidos a mi intuición, me hacen preveer actuaciones de la gente, el cómo se van a tomar según qué cosas, e incluso deducir qué acciones van a tomar con respecto a lo que sé de ellas. Parece mentira, pero el ser humano suele ser de lo más predecible.
Esta cualidad, me ha abierto muchas puertas en el tema de las relacciones con otras personas, al saber (la mayoría de las veces) qué decirles y qué comportamientos son los más adecuados en cada momento.
Por desgracia, también me hace ver otro tipo de cosas que van a suceder nada agradables. ¿Por qué por desgracia? Pues por que a pesar de ver las cosas venir, sabiendo como va a actuar la gente por su forma de ser, por estadísticas y demás, la gente tiende a no hacerme caso en gran parte de las ocasiones. "Tienes que aprender a pensar mejor de la gente" Me dicen "¡No seas agorero, que haya metido la pata un par de veces, no quiere decir que la vaya a meter siempre!" y cosas por el estilo.
¿Sabeis lo que jode el ver que las cosas van a pasar, que está en tu mano evitar que sucedan avisando a la gente, y que esta no te haga caso? ¿Sabeis lo que llega a reconcomer esa sensación de que las cosas han transcurrido EXACTAMENTE tal como preveías, y tener la sensación de que lo podías haber evitado? Luego la gente viene lamentándose por que las cosas suceden (cuando tú ya las habías visto venir a kilómetros), esperando consuelo, y que no te acuerdes que les habías advertido. ¿Cual es la actitud? ¿Recurrir al "Te lo dije"? ¡Ojala y eso me hiciera sentir mejor! Pero por desgracia no es así. En ese momento, me pongo a analizar qué palabras de consuelo le vendrán mejor a la persona (si es que las hay; en otros casos, el silencio también es bastante terapeutico) basándome en su forma de ser y de recibir los mensajes que le quieres transmitir.
Todavía estoy decidiendo si se trata de un don o una maldición que Dios me ha dado. Juro que a veces me gustaría no saber las cosas que sé, para poder tener una vida con sorpresas, o sin esos batacazos vaticinados que sabes que aún previéndolos, no vas a poder evitar. Os puedo asegurar que en esos momentos, lo paso incluso peor que la persona a la que le va a suceder el tema, y daría lo que fuese por arrancarme los ojos y el cerebro para que no me vuelva a suceder.
¿Qué opinais vosotr@s? ¿Es un don, o una maldición?

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