lunes, 2 de enero de 2012

Renacer

Con 19 años, el primer
gimnasio tuvo sus efectos
   Es curioso iniciar así una entrada; con este título. Pero hoy se han dado una serie de circunstancias que creo que sólo podían desembocar en esto.
Con 22, aquí ya entrenaba
en serio.
   Comencé a escribir este blog hace más de dos años, cuando me disloqué el hombro por tercera vez. Mi sensación, aparte de aburrimiento, era de impotencia, como se podía leer en la entrada titulada "Sentirse impotente". Estaba acostumbrado a ser una especie de Supermán; me habían educado en la creencia de que como era grande, tenía que ser fuerte, insensible al dolor, y sin embargo, por aquella época, al verme desposeído de mi fuerza, de mi "invulnerabilidad", veía mi vida como carente de sentido.
Con 24 en plena forma
   El tiempo pasó y me rehíce; volví al trabajo, volví a entrenar; esta vez con más ganas e intensidad en mi gimnasio de toda la vida: El Thor. ¡Y vaya si recuperé el tiempo perdido! La primera vez que entrené allí (en 2003), aunque físicamente tenía un cuerpo más esbelto y proporcionado, jamás pude alcanzar a levantar 40 kilos en press de banca. En Septiembre de 2010, logré mover la intimidante cifra de 85 kilos en el mismo ejercicio. Toda una proeza para un tío que estaba mucho más fondón que siete años atrás. Aunque estaba gordo, me sentía más fuerte y poderoso de lo que había sido jamás, y estaba muy contento con ello.
Press de banca, uno de mis
ejercicios favoritos
   ¿Y qué decir de mi espalda? La verdad es que es una zona muscular que siempre he maltratado demasiado; en mi trabajo siempre he movido muchísimo peso, y ha sido mi pobre espalda la que ha sufrido mil y un sobre-esfuerzos. Pero ¿la dejaba descansar? ¡No! En el gimnasio la castigaba más aún esta zona, haciendo auténticas barbaridades en el Jalón tras nuca.
Jalón tras nuca, el ejercicio
con el que maltraté mi esplada
   Peeeero, el destino suele ser cruel, y acaba por castigarnos de una u otra manera; y llegó mi cuarta luxación de hombro. Tras consultar con el traumatólogo del hospital, este llegó a la conclusión de que no era normal que mis dos últimas luxaciones se hubieran producido de forma espontanea mientras dormía; y que 4 luxaciones completas en menos de 10 años eran demasiadas, por lo que me recomendó la cirugía para reparar la articulación;  y yo accedí. Así que en 2011, llegó la esperada operación. La verdad es que el tiempo de cabestrillo fue menor de lo esperado (2 semanas), pero la rehabilitación y el reposo tuvieron que llevarme más tiempo del esperado, y tardé casi 3 meses en volver al trabajo. El cirujano hasta ahora había desaconsejado mi regreso a los entrenamientos, o al menos, a hacerlos con la intensidad de antes; por lo que cierta desazón me acompañaba hasta hace poco.
Con 23 años tras 6 meses de duro
entrenamiento
   Me estoy dando cuenta de que me he centrado demasiado en mi parte física y la salud, y no me he dado cuenta de que han sido unos años duros no sólo en ese aspecto: Las enfermedades y el declive físico de mi padre, las tensiones domésticas, malas relaciones en el trabajo, amistades que me han necesitado cuando yo apenas podía ni con mi vida, broncas familiares, el embarazo fallido, la tensión de no venderse el piso de Torres, las tensiones y enfrentamientos en las elecciones sindicales, los 4 intentos de tratamiento de fertilidad que no dieron su fruto, gente a la que he tenido que decir "adiós" bien por que han fallecido (y de algun@s no he podido ni despedirme por desgracia, aunque l@s quiero igualmente y siempre les llevaré en el corazón), o bien por que han decidido salir de mi vida (ya sea discretamente y sin hacer ruido, o dando un portazo y montando numeritos donde soy un cabronazo mil veces peor que Belcebú), el marronazo que tiene el ser presidente de la comunidad de vecinos...
   En definitiva, unos añitos que no se los deseo a nadie, ni tan siquiera a l@s que peor se hayan portado conmigo y desearían que si volvieran a verme, fuera en mi propio velatorio.
   Pero parece que de todo se sale (afortunadamente, la presidencia de vecinos es rotativa y dura sólo un año) , y siempre habrá gente a mi lado para darme apoyo y con la que compartir alegrías y penas; gentecilla a la que me gustaría creer que he ayudado de alguna manera, gente con la que compartir mis inquietudes artísticas, proyectos nuevos que me entusiasman, cosillas que te devuelven la esperanza, amigos que vuelven a la carga con más ganas e ilusión que nunca, y nuevos horizontes que afrontar.
Y esto un insert, y pesa de cojones

Esto es una estufa de hierro fundido
Lo de hacer el borrico me viene de lejos
Con 23 años en Asturias
   Sí, parece que 2012 va a ser el año de los cambios, y cambios a mejor por lo que parece, por lo que dejándome llevar por la corriente, y viendo que en el curro hago ya ciertas proezas físicas,como levantar a pulso estufas e inserts de hierro fundido de 87, 92 y 117 kilos (aunque mis compañeros lo califican más de burrada y me llaman cosas tan bonitas como "Animal", "Salvaje" y "Mala bestia"); pues he decidido volver a mi querido gimnasio de toda la vida. No es que me halla matado a hacer ejercicio, pero sí que esperaba encontrarme en peor forma y con menos resistencia de la que he mostrado (mañana, cuando las agujetas me conviertan en un lamento andante, os lo diré). Dos horitas de trabajo y sudor que me han dejado buen sabor de boca. Y justo cuando llego a casa, compruebo que ya sois más de 50.000 las personas que os dejáis caer por aquí desde que empecé en Abril de 2009.
   Gracias, mil veces gracias por contribuir a este renacer, a este rayito de luz que empieza a asomar. Gracias a tod@s por estar ahí y formar parte, de una forma u otra de mi vida. Son las 1:14 am, debería estar durmiendo, más con mi transtorno de sueño y la de cosas que tengo que hacer mañana, pero ¡Qué coños! Es un día especial, y quería hacéroslo llegar, y agradecéroslo.

   Por ese motivo, y porque hoy es hoy, quiero dedicaros a tod@s esta canción.




     ¡VA POR VOSOTR@S!

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