domingo, 3 de marzo de 2013

Los libros de Enero

   Con el ajetreo de las fiestas, y los vuelos tan seguidos, en Enero no leí tanto como en los meses anteriores, y me quedé reducido a cositas más breves y sencillas.

   El Cielo es Real.

   Por lo visto, el "Best Seller" del Otoño (si nos saltamos la trilogía de las sombras del Señor Grey y su sexo a base de hostias).
   Narra la historia de un niño el cual, mientras estaba siendo operado del apéndice, tuvo una experiencia de subir al cielo. Jamás estuvo clínicamente muerto, pero las cosas que le contó a sus padres, les hizo convencerse de que ni se lo había inventado, ni tenía forma de conocer ciertas cosas que aseguró ver. El protagonista tenía tres años cuando sucedieron los hechos; ahora los padres comparten esa experiencia.
   Sinceramente, esperaba algo más. Tal vez es de esos libros a los que la gente le da tanto bombo y platillo, que luego cuando te enfrentas a ellos, te desinflas y desilusionas. Honestamente, esperaba algo más de relatos de lo que el chaval haya podido ver, y no tanto relato por parte del padre justificando y resaltando que el chaval no se ha inventado nada. También hace especial hincapié el padre en lo delicado de su situación financiera familiar, como recreándose mucho en sus penas; demasiada paja para rellenar un libro que sin ella, tendría 10 páginas mal contadas.


   Jesús de Nazaret, Nada es lo que parece.

   La otra decepción del mes (dicho lo cual, no me extraña que durante el mes de Febrero me haya dedicado a leer exclusivamente tebeos).
   JJ Benítez ha sido un autor que me enganchó con la serie Caballo de Troya, (aunque reconozco que el último que leí fue la quinta parte). Aquellos libros destacaban por el minucioso trabajo que hizo Benítez sobre la sociedad y situación socio-política de Judea en los tiempos de Jesús, cosa la cual, me sedujo bastante en su narrativa de ficción.
    Sin embargo, en este libro, el autor me ha decepcionado mucho. Escrito en formato de preguntas de la gente dirigidas a él que son respondidas sin ningún rodeo ni rubor, JJ Benítez no hace más que aludir a "sus fuentes" sin nombrarlas explícitamente, para desmontar todas y cada una de las cosas que tanto dice la iglesia como institución, como las que quedan reflejadas en la Biblia. Incluso en los detalles más absurdos que (en teoría) nada debieran influir en la fe de la gente, el autor los re-utiliza para atacar constantemente una y otra vez las creencias y la fe de la gente (aunque se deshaga en decir que no es su intención para eximirse de toda responsabilidad), para luego rematar al final del libro con el acta de su apostasia. ¿Y qué, machote? ¿Ya te sientes más mayor y más hombre por ello? No entiendo a santo de qué la incluyes en el libro si no es para pavonearte y exhibirte.
   Lo dicho: el autor me ha decepcionado y mucho; en este libro me ha recordado al maestro de la auto-felación de ego; el "señor" Sánchez Dragó.


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