martes, 21 de mayo de 2013

Desde el Exilio XIII

   Sé que ha pasado mucho tiempo desde mi última publicación con este título, pero las cosas al principio fueron rutinarias y, posteriormente han sucedido tan rápido, que apenas he tenido tiempo para sentarme y contaros. Tanto mejor así, pues de esta manera, los amigos comunes que tengo con El Osezno, han podido disfrutar con su descripción de Singapur y sus vivencias allí (por cierto, espero que también las cuente por aquí; al fin y al cabo, es autor autorizado de este blog).
   Dicho lo cual, no os hago esperar más, y os voy contando

   La Búsqueda de empleo

   Una vez que llegué en Marzo aquí, me puse en búsqueda activa de empleo; no fue el camino de rosas que esperaba y me prometieron. Al principio, cuando vinimos, el jefe de Portal le prometió a esta que me conseguiría un puesto de trabajo; pero por desgracia no fue así, y tuve que buscarme la vida por mi cuenta: Currículums en mano, llamadas de teléfono a gente que prometía trabajo y que jamás respondió las llamadas, registrarme en diversos portales de empleo en internet presentando mi candidatura... Desde el 18 de Marzo hasta el el 5 de Abril nada; ni una triste llamada. A mucha gente desempleada le puede parecer normal, pero yo llevo trabajando desde los 16, por lo que el llevar desempleado desde Octubre, y el no recibir ni una sola llamada para ser entrevistado, me empezaba a minar la moral y el ánimo. La cosa cambió a partir de la semana siguiente, y durante el mes de Abril tuve cuatro entrevistas de trabajo, las cuales paso a desgranar.

Empresa 1: Me contactaron por correo electrónico, y me citaron para ser entrevistado en sus almacenes; los cuales están en el barrio de San Miguelito... Aunque el barrio tiene un nombre que se antoja acogedor, la verdad es que su apariencia es poco tranquilizadora: es un barrio donde se ve pobreza por doquier, una de esas realidades incómodas que la lujosa capital intenta ocultar con sus rascacielos, y hay sujetos un tanto malencarados (un 0,2% en comparación con el resto de la gente que son buenas personas y se limitan a sobrevivir en esta lotería que es la vida que nos da a algunos mejores lugares que a otros). El caso es que en el corazón de un polígono con aspecto abandonado y rodeado de chabolas, tuve mi entrevista.
   Resulta que se habían equivocado de persona, y buscaban a un tal Jorge Ruiz, Panameño de 23 años para el puesto de ayudante de bodega (un puesto por debajo de mozo de almacén) y pagado con el salario mínimo interprofesional (425$ brutos) Al ver mi currículum, la chica de Recursos Humanos me dijo que lamentaba la confusión, y que mi perfil era en realidad más indicado para Jefe de Bodega; y que ese tipo de entrevistas no las hacía ella, si no su jefe, el cual, afortunadamente se encontraba allí, y me pasaron a su despacho. Tras una agradable charla de 15 minutos donde le expliqué los distintos puestos de trabajo desempeñados y lo que hacía en ellos, el individuo me comentó que era el perfil adecuado para ser jefe de bodega; pero que por desgracia para ese puesto me tenía que entrevistar el gerente general de la empresa. Llegamos a la parte más espinosa de cualquier entrevista de trabajo: El salario deseado. Para que me compensase que metiera a Nicolás en una guardería y el comprarme un vehículo (de segunda mano y que funcione, el más barato sale por unos 4500$), mantenerlo y aún así tener algo de ganacias, tenía que pedir mínimo 700$ mínimos al mes. Le planteé a mi entrevistador que mi salario neto en España era de 1109 Euros, lo cual equivalía a unos 1600$; como sé que los salarios en Panamá no son tan altos y que lo que yo cobraba equivalía al salario de un directivo; por lo que adecuando el salario a mis necesidades y equilibrándolo a la economía de panamá (y contando con negociar a la baja), le pedí 850$. Tras eso, y diciéndome que me llamarían para una segunda entrevista, pues el Gerente General no se encontraba en el país en esas fechas, me fui con muy buenas vibraciones (En efecto, no me llamaron para esa segunda entrevista)

Empresa 2: A esta iba recomendado por un compañero de Portal, se trataba de una empresa que se dedicaba al comercio de maquinaria de construcción, y parecía que la oferta iba a ser interesante (800$+comisiones+coche de empresa) Nada más llegar, me tocó esperar como 15 minutos para ser atendido. En esos 15 minutos fui testigo de cómo la chica de recepción se pasaba el rato colgada al teléfono; que del total de llamadas, sólo un 2% eran relativas al trabajo (habló con una amiga, con su pareja y con el amante; y es que la muchacha no se molestaba en tener esas conversaciones en un volumen discreto) Tras enterarme de la vida y agenda de la muchacha (si me llego a quedar 5 minutos más, seguro que habría dicho por teléfono incluso su talla de sujetador, pues era de las poquitas cosas que le faltaron por decir, creedme), pude pasar por fin a la entrevista con el que iba a ser mi jefe. Cuando te dicen "aunque seas extranjero, digooo, español, qué menos que entrevistarte" con un tonillo que pretende ser cordial pero ya te deja entrever cierto desprecio, ya sabes que no te van a contratar; aún así, soy una persona seria y profesional; y cuando voy a una entrevista de trabajo a venderme como el profesional que soy, pongo toda la carne en el asador. Estaba claro que por mucho que  me esforzase, esa entrevista no iba a producir fruto alguno; el tío derivó la conversación hacia la situación económica española, y el tío parecía regodearse en ello "¡Qué mal estáis en España! ¿verdad?" y el tío lo decía con una sonrisa cruel y de satisfacción... En la vida me he sentido tan despreciado por una persona. Ya sabía en mi interior al 99,9% que el tío no me iba a dar el trabajo, así que, herido en el orgullo patrio que nunca tuve y que este tipejo hizo aflorar, le respondí de la siguiente manera: "En efecto; por desgracia, en España no hay trabajo; pero a los españoles lo que no nos faltan son ganas de trabajar; y por lo que he podido ver aquí, en este país trabajo precisamente no falta; sobre todo si se quiere llegar al nivel de infraestructuras que tenemos en España. Por ese motivo, los Españoles somos necesarios aquí; para compartir nuestros conocimientos, experiencia, saber hacer y nuestras ganas de trabajar y no perder el tiempo ni hacérselo perder a los demás" Dicho lo cual, y tras despedirme del tipejo que me había hecho perder tiempo, gasolina y la paciencia, me levante de forma lenta, pero que le resultara evidente mi imponencia física. Me permití una sonrisa de suficiencia al ver cómo su cuerpo se ensombrecía bajo mi silueta y le veía poner una sonrisa nerviosa de querer mantener la compostura a pesar de sentirse intimidado ante un tío que le sacaba cabeza y media y dos espaldas. Me dirigí a la salida, no sin antes guiñarle un ojo a la chica de recepción y decirle un "Good bye, little lazy bitch" y sin importarme si me habría entendido o no, ¡pero me quedé de a gusto!.


Empresa 3: Estos señores me llamaron justo cuando estaba  cagando (perdón por la expresión; podría haberlo dicho de manera menos soez, pero digamos que eso ya debería haber sido premonitorio). Se trataba de una empresa española que se estaba instalando en Panamá, y se dedicaba a vender productos de gama alta (lo siento, pero NO diré que se trata de ....), la persona que me entrevistaba era española, y le había llamado poderosamente la atención mi dilatada experiencia en ventas. "¡Bien! ¡Por fin alguien va a saber reconocer y apreciar mi experiencia, y me hará una oferta adecuada y satisfactoria!" Me dije... ¡Iluso de mí! Directamente os describo la oferta: Comercial freelance asociado a la empresa, salario de 400$/mes + comisión por ventas del 2%, ayuda de 100$ mensuales para gasolina. Tendría que hacer mi cartera de clientes desde cero, visitando a los arquitectos y decoradores de toda la ciudad, el coche me lo tendría que comprar yo ("eso sí, te recomiendo que te compres un coche bueno y nuevo, por que si se te avería, la empresa no te va a ayudar con los gastos del mecánico, para eso te damos los 100$ al mes"), y horario de Lunes a Sábado terminando a las 18:00 todos los días (excepto el Sábado, que saldría a las 13:00).
   El caso es que me despedí con un "Ya les llamaré con mi respuesta" mientras pensaba "¡Sí, les llamaré el 29 de Nunca! aprovéchense de otro, que de mí no lo van a hacer" He dicho que no iba a decir el nombre de la empresa, pero sí que voy a poner la foto para que veáis la vergüenza que es que esta empresa le haga esto a un compatriota.






Empresa 4: En esta ocasión se trataba de una empresa que aquí tiene bastante renombre; viene a ser una cosa intermedia entre la desaparecida "Simago" y una tienda pequeña de "El Corte Inglés", y me tocó ir a su centro logístico situado en la zona llamada "Costa del Este" a hacer la entrevista. Esa zona es donde operan las mayores empresas de logística del país, por lo que la cosa prometía.
   Nada más llegar, me tocó rellenar un cuestionario en el que entre otras cosas, se me pedía que diera nombres, edades y ocupaciones de mis familiares cercanos, tuve que escribir unas 4 veces mi domicilio, teléfono y no sé cuantos datos más; me pidieron incluso el grupo sanguíneo y qué tipo de música escucho en mis ratos libres; reconozco que el cuestionario se me empezaba a antojar bastante desquiciante, y plagado de preguntas bastante intrometidas e irrelevantes para desempeñar tanto el trabajo de vendedor, como cualquier puesto de bodega (almacén), y me sentí tentado a poner que mis hobbies eran la necrofilia y practicar el sado con enanos mientras tiro desperdicios fecales a los depósitos de agua potable del país. Si llego a saber la oferta que me iban a hacer, lo habría puesto sin dudar: Horario intensivo diario en tienda, y por 400$ brutos (algo ilegal, pues el mínimo son 421$ brutos). Luego llegó la pregunta crucial "¿dispone usted de permiso de trabajo? Por que sin él, no podemos contratarle" Hay que decir que sin permiso de trabajo, efectivamente, no es legal contratarte, pero dicho permiso no lo puedes tramitar tú por tu cuenta; pues para obtenerlo, es requisito imprescindible el tener una oferta de empleo (la pescadilla que se muerde la cola, vamos), y así se lo hice saber a este hombre. Lo habitual es que quien te haga la promesa de empleo y te contrate (si te hace una promesa de empleo para la obtención del permiso de trabajo, está obligado a contartarte), sea quien te tramite el permiso de trabajo; pero es un proceso bastante caro y costoso en tiempo de hacer, y el temor de las empresas es que ellos te lo tramiten, hagan la inversión, y luego tú cojas y te vayas. Le expliqué que si algo tenía yo, era sentido de la lealtad, y que si ellos me lo tramitaban, por supuesto que no me iba a ir; pero que tenían que hacerme una mejor oferta... no sólo no me la hicieron, si no que además me propuso que ellos me lo tramitaban, pero que yo corría con los gastos... Tuve que reprimir las enormes ganas de mostrarle mi dedo corazón. Con toda la calma del mundo (y toda la educación que con ello conlleva), me despedí decidido no solo a no volver a ser entrevistado por ellos, si no a no ser cliente suyo en la vida por explotadores.

   Sinceramente, ya había perdido toda esperanza de encontrar empleo. Anímicamente empezaba a tocar suelo. Para cualquier puesto de trabajo, exigían mínimo una carrera universitaria, y aún así, el salario era de risa. Ya tiraba la toalla, cuando llegó la oferta llovida del cielo: Una de las empresas subcontratadas para construir la ciudad hospitalaria de Panamá, necesitaba a alguien que tuviera gran experiencia en hacer inventarios, y controlar la mercancía; además, tendría que hacer propuestas de pedido para los equipos de protección individual de los trabajadores, tener un control de la maquinaria y materiales alquilados, y control monetario de cada centavo que se gastase en la adquisición de material; además, tendría que recoger en una planilla mensual las horas trabajadas de los empleados. La condiciones también son, con mucho, bastante superiores a todo lo que esperaba. ¿Negociaciones? No hicieron falta: acepté de inmediato de manera que; si la oferta me la hicieron un Viernes por la noche, el Lunes ya estaba incorporado. ¿Qué decir? Estoy contento; es verdad que me estoy acostumbrando a un trabajo que tiene más de oficinista que de acción física, que es lo que llevo haciendo casi toda mi vida laboral; pero el que mis jefes (que son además los dueños de la empresa) me dejen implantar mis propios métodos de trabajo, me apoyen, aprecien mis esfuerzos, tengan en cuenta mis opiniones... ¡leches! Eso dice mucho Es la primera vez en mi vida que tengo un despacho propio; el cual puedo poner como me dé la gana; es la primera vez que un jefe me diga y repita hasta la saciedad "pide lo que necesites; lo que haga falta con tal de que estés cómodo y puedas hacer bien tu trabajo", es la primera vez que tengo plena libertad para desempeñar mi trabajo como quiera, que puedo ser todo lo creativo que desee... ¡Coño! que visto lo visto, me van a hacer muy difícil el volverme a España cuando esta aventura acabe...

No hay comentarios:

Publicar un comentario