
El tiempo acaba poniendo a cada cual en su sitio, y esas patéticas personas tienen por delante un futuro bastante triste y una vida más de mierda aún de la que ya tenían si no cambian de actitud.
Pero: ¡Yo qué sabré! ¿Verdad? Al fin y al cabo sólo soy un pobre iletrado que tuvo que dejar los estudios para ponerse a trabajar y que refugia su ignorancia bajo el cobijo de viejas creencias que sorben el seso y me convierten en débil ¿no?
Tal vez sea así, pero aviso de una cosa: La vida es una de las más duras escuelas, y sus enseñanzas enriquecen bastante; y prefiero seguir siendo un iletrado que al menos sabe escribir sin patéticas faltas de ortografía, y sé respetar a los que me rodean aunque no me guste cómo piensan. Tomen nota "cerebritos ilustrados"
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