miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Tú qué buscas?


Inicio esta nueva etiqueta "Catequesis" Para compartir recursos. Varios de mis amig@s también son educadores en la fe, y me gustaría poder hacerles llegar estos pequeños esbozos que hago semanalmente con ayuda de mis compis Irene y David.
En concreto con esta, inicio con un texto de Anthony de Mello que a más de un@ le traerá recuerdos y le ayudará a reflexionar.

“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá usted ayudarme.

-Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado.”
-”El Océano”, respondió el viejo pez, “es donde estás ahora mismo”.
-¿Esto? Pero si esto no es más que agua… Lo que yo busco es el Océano, replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.

Se acercó al maestro, vestido con ropas sannyasi, y hablando en la lengua de los sannyasi: “He estado buscando a Dios durante años; Dejé mi casa y he estado buscándolo en todas las partes donde Él mismo ha dicho que está: en lo alto de los montes, en el centro del desierto, en el silencio de los monasterios y en las chozas de los pobres”

“¿Y lo has encontrado?”, le preguntó el maestro.

“Sería un engreido y un estúpido si respondiera que sí. No, no lo he encontrado, ¿y tú?”

¿Qué podía responderle el maestro? El sol poniente inundaba la habitación con sus rayos de luz dorada. Centenares de gorriones gorjeaban felices en el exterior, sobre las ramas de una higuera cercana. A lo lejos podía oirse el peculiar ruido de la carretera. Un mosquito zumbaba cerca de su oreja, avisando que estaba a punto de atacar... Y sin embargo, aquel buen hombre podía sentarse allí y decir que aún no había encontrado a Dios, que aún estaba buscándolo.

Al cabo de un rato, decepcionado, salió de la habitación del Maestro y se fue a buscar a otra parte.

Deja de buscar, pequeño pez. No hay nada que buscar. Solo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y mirar. No puedes dejar de verlo.

Y tú....

¿Donde buscas a Dios? ¿Por qué le buscas? ¿Qué herramientas usas para buscarle? ¿Puedes decir que le has encontrado?


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