Bueno, pues ya que habéis llegado hasta aquí ¡BIENVENIDOS!.
Esta es mi casa, una pequeña casita aún con habitaciones y pisos por construir
puesto que es de nueva construcción. Pero una cosa os aviso, todo aquel que
entra, contribuye con algo, con un pequeño ladrillo aunque sea, a construirla.
Está situada en un bonito prado verde y lleno de flores
donde poder descansar. Tiene muchos recovecos donde poder perderte a gusto pues
me complace la tranquilidad y la paz de la naturaleza. Para mi es esencial
estar en contacto con ella, nos recuerda que no somos los amos del mundo, que
vivimos rodeados de pequeñas y grandes criaturas junto con hermosos paisajes serenos
que nos ofrecen un mundo de sensaciones
a través de ellos. A pesar de esta descripción bucólica, no estamos muy lejos
de las demás casas puesto que vivir sin nadie a mi alrededor me hace sentir un
vacío y una soledad inconsolables, es decir, soledad si, pero tampoco hay que
pasarse.
Si os parece dejamos un poco atrás este paseíto de flores y
baldosas amarillas a la entrada y pasamos ya hacia dentro.
Como he dicho, a mi casa le faltan estancias que crear y
algunas por amueblar pues lleva más bien poquito tiempo construida asique no os
asustéis si veis algún cable suelto, tornillos por el suelo o algún andamio que
otro en la fachada. Aún así tiene algunas zonas que están bien situadas.
Os aviso que durante nuestro viaje oiréis diferentes melodías
pues en mi vida la música es imprescindible, es por eso que el hilo musical
está constantemente encendido. No os preocupéis, la música es más bien variada porque,
aunque prima el rock, lo que de verdad me gusta de este pequeño placer de la
vida es el sentimiento que transmiten con sus letras o su melodía. Si no hay
sentimiento no hay música.
¡Ah! Y no os asuste si os encontráis a alguien por dentro, hay
gente que al igual que vosotros, también está de visita. Y no solo personas,
pululan por ahí mis pequeñas mascotas, como dije antes, los animales nos
enseñan más de lo que podamos enseñarles nosotros.
Tras cruzar la puerta vemos un gran, gran pasillo. Este es
el camino que nos lleva a cada una de las habitaciones. Está decorado con algunos
cuadros y fotos, una pequeña representación de lo importante que es el arte
para mi en todas sus formas. Al final
podemos ver una puerta que da al exterior, la llamada “puerta de atrás”. ¿Para
qué sirve? Pues bien, esa puerta tiene la función de permitir salir a aquel que
quiera irse de mi vida sin tener que dar un paso hacia atrás y molestar al
resto que vienen con el ya que es bastante molesto que anden empujando y trasteando.
Continuemos. La primera habitación que nos encontramos es el
salón. En el se encuentran una gran estantería llena de libros junto a un
televisor casi lleno de polvo, nunca lo he usado demasiado pero en momentos
puntuales es bastante entretenida. En el centro de la sala hay una gran mesa
rodeada por sillas. Aquí es donde invito a mis visitantes o huéspedes (para
quien quiera permanecer dentro un poquito más) a charlar y conocernos. Una
buena comida, una divertida o producente sobremesa, un cafecito…Digamos que
esta es mi “sala multiusos”.
Si avanzamos por el pasillo podemos ver a mano derecha una
serie de 6 habitaciones. ¡Pero no podéis pasar! No son mías, son privadas.
Pertenecen a cada uno de los miembros de mi familia Mis padres y hermanos.
Ellos son habitantes permanentes en esta casa ya que son los que principalmente
me han ido ayudando poco a poco a construirla más que ningún otro.
Si seguimos caminando encontramos mi habitación, una pequeña
estercolera. Mi orden es un gran caos. Está todo lleno de libros, apuntes,
fotos, etc. En fin, aquí guardo mis pequeños tesoros, momentos inolvidables,
cajas llenas de sonrisas y carcajadas, perfumes de besos, maquillaje para los
malos recuerdos y vestidos de colores para los días más oscuros. Si nos
fijamos, detrás de tanto alboroto está lo más importante de la habitación: la
cama. Aquí es donde fabrico mis sueños y mis metas, aquello que quiero lograr o
esas cosas imposibles que todos nos paramos a recrear en nuestra mente de vez en
cuando. Estas fantasías que de pequeña eran poder volar o poder salvar el mundo
junto a mi buen amigo Son Goku y que ahora tienen formas más profundas y
sentimentales están guardadas a buen recaudo en mi libreta debajo del colchón,
transformadas en historias desde las más frescas hasta las más oscuras.
Llegamos a las estancias de pura supervivencia. El baño y la
cocina. Sobre esto no hay demasiado que decir, la cocina la uso lo justito para
no morirme de hambre y el baño a diario pues pienso que la higiene no solo te
limpia por fuera sino que te ayuda a purificarte por dentro, no solo en
cuestión de tripas, que también, sino en el ámbito de alma y corazón. Por algo
dicen que el agua es la esencia de la vida.
Y hablando de limpieza y purificación aquí está uno de los lugares
más importantes para mi: mi pequeña capilla. Es chiquitita, no hay imágenes tan
solo un pequeñito sagrario con una vela encendida y un par de banquitos donde
poder tener un pequeño rato de oración compartiendo un fragmento de mi día con
Él. Es una estancia que casi hace de pilar fundamental. Está situada en el
centro la casa, enfrente de mi habitación. Si ella se destruye, toda mi casa se
viene a bajo.
Tengo que decir que en ella no se siguen dogmas, no se
implantan creencias. Cada cual reza a su modo, es un momento de intimidad y
calor donde las ideas de nadie pisan las de otra persona.
Para finalizar hay una pequeña puerta detrás de la cual hay
escaleras que dirigen a una especie de sótano. Es una sala cerrada con llave
por lo que solo me limitare a describirla y no a profundizar en lo que hay dentro.
Es la sala de mis recuerdos olvidados. Siempre está a oscuras y es muy fría
pero cuando entras la pequeña luz que hay dentro se enciende y te muestra todo
lo que hay. Todos esos recuerdos están guardados en cajas y son momentos
dolorosos o la imagen de personas que he querido desterrar de mi pensamiento
pero que sin ellos, esta casa realmente no estaría en pie ya que han hecho más
fuerte sus cimientos. Es por ese motivo por el que siguen dentro y no han sido
expulsados por la “puerta de atrás” .
Bueno, hasta aquí mi guía de hoy, si queréis seguir viendo
más de esta pequeña morada, ¡tenéis que ganároslo a pulso!. No es sencillo
dejar que habrá las puertas así como así, llevo las llaves a buen recaudo al
lado del corazón, pero nunca negaré un techo a aquel que venga con ganas de ser
cobijado.
¿Ves como no costaba tanto? Si que me declaro culpable de poner unos "deberes" un poco complicados y que esperaba que tu primera publicacion fuera un relato corto.
ResponderEliminarPero no, has cogido el toro por los cuernos y te has lanzado a lo intimista... ¡Bravo!
Me encanta!! ¿Puedo irme a vivir contigo??????? Bienvenida al blog preciosa.
ResponderEliminarMarinoe, you're next!!
ResponderEliminarEn ello estoy Joselerele!!!
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