sábado, 17 de noviembre de 2012

Mis hermanos de acordes.

   Un año ya ha pasado desde que "Es algo diferente" echó a andar. Un añito entero, con sus 12 meses y sus 365 días (¡Perdón!, 366, que este año ha sido bisiesto). En realidad, es un año "oficial", pues en realidad esta aventura lleva un poquito más en marcha: en concreto (o por lo menos, para mí es así) desde Abril de 2011.

   Como ya dije en su día, estaba yo recién operado por aquel entonces, con el cabestrillo ya quitado, y con mi orondo culo en el sofá, pues aunque ya podía hacer vida "normal", no me estaba permitido reincorporarme al trabajo ni volver a entrenar con mis amadas pesas. Afortunadamente, sí que me dejaban tocar la guitarra; y acompañando a Portal a una oración joven diocesana, me dejé liar para ir a un ensayo del coro y.... antes de que me quisiera dar cuenta, ya formaba parte del proyecto, preparando la parte musical del Concierto-Oración.

   Al principio iba a tratarse de un par de conciertos con voces, instrumentos (por aquel entonces éramos sólo dos guitarras, la batería, un teclado y las flautas; un total de 5 músicos, uno de los cuales además, dirigía a las voces) y una representación mímica muy pequeña. Estos conciertos serían uno de presentación, otro abriendo la JMJ, y otro que se iba a representar en una carpa en Cuatro Vientos; y ahí se acabaría el tema.

  Quiso Dios que lo de Cuatro Vientos no pudiera ser; pues la tormenta se llevó por delante varias carpas, y por motivos de seguridad, no pudo hacerse. En realidad, tanto mejor, pues el fruto no estaba aún maduro del todo. Esto permitió que se pudiera pulir aún más la esencia del proyecto, añadir más representación mímica, darle un poquito más de cohesión al proyecto, tener la posibilidad de que se pudiera sumar más gente, y poder llevar esto a aquellos lugares donde quisieran disfrutarlo y tener una ratito de oración distinto a lo que están acostumbrados.

   Desde que se lanzó, no me he perdido ninguno de estos conciertos; ni siquiera los que fueron los inicios (el de presentación en San Fernando de Henares, y los dos que hicimos en la catedral de Alcalá de Henares). Estuve allí cuando se decidió pulirlo, estuve allí dando la bienvenida a los nuevos músicos (hasta llegar a ser 12 en total), estuve en la presentación oficial en mi propia parroquia, en San Juan de Ávila en Alcalá, en la cárcel de menores, en Santiago Apostol de Torrejón, en Toledo (donde empezaron las porlas en el coro), en Uclés, en Villar del Olmo (donde me tocó dirigir a los músicos ¡qué presión! ¡qué nervios! El único que no tiene ni p*** idea de música al frente del equipazo de músicos que éramos/somos....), en Madrid... hasta ahora no me he perdido ninguno... hasta ahora.

   Mañana el coro tocará en la parroquia Santiago Apóstol de Alcalá de Henares, y, debido a la distancia, va a ser el primer concierto que me pierda. A algunos os puede parecer un poco chorrada, pero creedme, es algo que hay que vivir. Cuando se ponen ganas, ilusión y fe, salen cositas como esta:



   Va a ser raro no estar ahí, no cargar y descargar la furgoneta, no montar los altavoces, no hacer pruebas de sonido, no gastarle bromas a la gente del mimo, no ver cómo Dani se desgañita tratando de poner orden entre las voces, no hacer el chorra en los ensayos, ni verificando con los guitarristas si la canción que sigue lleva cejilla o no, y en qué traste...

   Se me va a hacer muy raro, y me encantaría poder estar allí. Podría hablar de toda la gente que he tenido la grandísima suerte y el enorme honor de conocer, pero, si no os importa, hablaré de los que han sido los más cercanos a mí; de mi equipito de trabajo, de los músicos, mis hermanos de acordes.

"La Sita" justo antes de arrojarme una cejilla a la cabeza
Noe, alias "La sita" (flautas y whistles): Profesora de música (actualmente en paro, así que si sabéis de alguna escuela o academia, ya sabéis), se quedó al frente de los músicos cuando el coro creció tanto, que fue necesario poner a alguien al frente del mimo y otra persona que coordinara los ensayos de los músicos, y a estos en la puesta en escena. Comparto con ella el gusto por José Luis Perales y la afición de escribir. Dado nuestro carácter jovial, y lo que nos tira el norte, nos fue fácil congeniar; ¡y mira que se lo pongo difícil en los ensayos! Uno que es medio payasete de la clase, se dedica a sacarle punta a todo, a irse por la tangente en los ritmos, o a dedicarse a desconcentrar al resto poniéndose máscaras de lucha libre mexicana por ejemplo. Todo eso ha sido recibido siempre con la mejor de las sonrisas, y eso es algo de agradecer. (Por cierto, también escribe en este blog, y en breve tendréis algo nuevo de ella por aquí; sin presiones, yo sólo lo dejo caer...)

Juanma en la grabación del CD
Juanma (Guitarra eléctrtica): Estuvo presente en la famosa oración joven donde me dejé liar. Como ya he dicho en otras ocasiones, un guitarrista de tomo y lomo que me da unas tropecientas mil vueltas más o menos, así, tirando por lo bajo. Un tío con el que me entiendo bastante bien a la hora de tocar; tal vez por que tenemos personalidades similares, tal vez por que nos complementamos muy bien... no lo sé; el caso es que hay mucha química entre los dos a la hora de tocar, y eso se traduce en llegar a comunicarnos sin necesidad de palabras: si uno se acelera o se retrasa, el otro toca un poco más fuerte para re-encauzarle en el ritmo; en otras ocasiones, una simple mirada es suficiente para indicar cuando se acaba la canción... Un auténtico lujazo tocar con él.

Justo en el centro de la foto, Edu antes de uno de sus riff




Edu, alias "El puñales" (guitarra eléctrica): Suele chocar que un guitarrista de heavy toque en un coro de música religiosa, pero Edu es el caso concreto al que nos referimos; un tío con el que te echas unas buenas risas, que no duda en seguirme las coñas cuando me salgo un poco del guión en los ensayos, y fan incondicional de arrebatos que me dan como el siguiente:






   ¿Quieres un toque más heavy-metalero en la canción? Edu es tu hombre entonces. ¡Y decían que la música religiosa en ñoña y tiene poco que ofrecer! Gracias a él, eso no es así.

Fernando en las grabaciones del CD
Fernando "Chena" (Guitarra acústica): Un gran joven de espíritu (que si no se ha estrenado ya como abuelo, en breve debiera hacerlo) que nos aporta aparte de experiencia y sabiduría, grandes toques de humor. Aunque hay diferencia de edad entre nosotros y él, eso no se aprecia en absoluto en el trato. Todo un señor con una gran seguridad a la hora de tocar, y eso se nota. Aporta ese toque acústico entre tanta guitarra eléctrica, que suaviza nuestras tendencias rockeras (aunque algo me dice que si cogiera una guitarra eléctrica, nos iba a dar un repaso a más de uno).

Totalmente concentrado, esta es una de las pocas veces en
las que no le veréis sonreír.
Alex (Bajo eléctrico): Una de las cosas que más llaman la atención de Alex, es su sonrisa. Es un tío que cuando entra al local de ensayo, parece que ilumina la estancia con esa sonrisa que siempre tiene en la cara. Es una inyección de buen rollo que te anima y pone en marcha enseguida. Un carácter bastante jovial y alegre que se contagia pronto y hace más llevaderos los ensayos cuando empezamos a caer en el ser repetitivos. Algún día, le pediré que me enseñe las cositas más básicas de tocar el bajo; es una espinita que tengo clavada y que me gustaría quitarme: el aprender a tocar este instrumento.



Felipe "Amadeus" (Teclado): Cuando Dani el director del coro tuvo que dejar el teclado para poder dedicarse en cuerpo y alma a dirigir a las voces, no pudo elegir mejor sustituto; Felipe, ahí donde le tenéis, tiene una capacidad brutal para no sólo tocar el teclado, si no además, adaptar una partitura para cualquier instrumento, cosa que ya ha demostrado en más de una ocasión. A veces, cuando no soy yo el que se va por la tangente en los ensayos arrancándome con un Ska, lo hace él tocando "la Pantera Rosa", (empiezo a pensar que soy una mala influencia)

Elena en las grabaciones del CD
Elena (Violín): Originalmente, Elena estaba dentro del mimo (con lo maja que es, es increíble la cara de mala que es capaz de poner cuando interpreta a la serpiente/el maligno en la introducción del concierto). De ella llaman mucho la atención sus ojos azules. Se dejó liar/convencer para tocar el violín y unirse a esta panda de chalados que somos los músicos del coro; y aunque sus inicios fueron un poco dubitativos por su parte, os puedo asegurar que no me imagino un concierto sin la música de su violín (aunque una de las cuerdas sea de guitarra eléctrica)




 José Cortes (Batería): Sí, el Coro Joven Diocesano y La Voz del Desierto compartimos batería. Los músicos nos solemos meter con él debido a que se suele retrasar a la hora de venir a los ensayos y que el chico suele ser un pelín despistado, pero hay que reconocer que sabe lo que hace cuando se sienta ante su batería eléctrica (a esa al menos se le puede regular el volumen, si trajésemos la otra, nos taparía a todos). Jamás a faltado a un concierto tampoco y de los pocos a los que no hay que decirle que baje la velocidad un poco a la hora de tocar.


Nuria, en el centro, en un descanso de los ensayos
Nuria "Cucki" (Teclado y clarinete):
Se incorporó justo después del verano de 2011. Aquí donde la veis a la fiera, no sólo toca el piano y el clarinete, si no que acaba de empezar violín, y si no fuera por la falta de tiempo, bien gustoso que le habría enseñado a tocar la guitarra. Una chica con un gran fondo que me recuerda mucho a mi forma de ser cuando tenía su edad (¡Qué leches! A día de hoy, también compartimos forma de ser en algunos aspectos) Esta chica es pura alegría, y enseguida se apunta cuando se trata de empezar a porlar gente. Por su mirada y sonrisa pilla, se deduce que lo disfruta, y eso... jejeje, ¡Eso mola! Además tiene un sentido del compromiso brutal: el día que "estrenamos oficialmente" el Concierto-Oración en nuestra parroquia, ella se confirmaba por la mañana, y eso no le impidió venirse al ensayo a primerísima hora de la tarde. Tal nivel de compromiso es muy difícil de encontrar en gente de su edad, al igual que pasa con las piedras preciosas.

Marina helándose de frío en Uclés. Fue de los conciertos
más complicados debido a las bajas temperaturas.
Marina (Flauta travesera): Llevaba ya un tiempo detrás de Marina para que se uniera al coro de jóvenes de mi parroquia, pero no conseguí convencerla. Después de ver a su compi de grupo Nuria en el concierto, fue cuando se animó. A ella y a Nuria, Noe y yo las llamamos "Nuestras niñas", porque así las consideramos; sí, ya están en una edad en las que no les gusta que se les trate como niñas, pero al ser de las más pequeñas, no podemos evitar el sentir debilidad por ellas y querer acogerlas bajo nuestro alerón. He tenido la inmensa suerte de ser su monitor los dos últimos campamentos, y, al igual que me pasa con Nuria, Marina es una chica con un corazón de oro. Dicen que la cara es el espejo del alma, y en Marina es una realidad; pues su carita de muñeca de porcelana, refleja su bello interior. En este último campamento, me sorprendió gratamente con sus capacidades a la voz, lo cual queda reflejado aquí:




Raquel en las grabaciones


Raquel (Flauta travesera): Hermana de Elena, al principio estaba con las voces, pero al cuarto concierto o así, se animó a coger la flauta y hacer compañía a Marina. Comparte con su hermana el intenso color de ojos, aunque es un poco más pilluela en comparación. Es la benjamina de los músicos, y por eso procuramos tratarla con cuidado; que el resto seamos una panda de pirados, no quiere decir que debamos volver a nuestros jóvenes igual que nosotros.




Dani "El Dire" (Originalmente teclados, actualmente sólo director): Cantante de "La Voz del Desierto", conocí a Dani a través del Arciprestazgo de jóvenes de Torrejón de Ardoz, para más tarde ser, junto a Portal, de los que me convenciesen para subirme a este carro. Junto a Noe, Juanma  y yo, empezamos a montar el esqueleto instrumental de lo que hoy es "Es Algo Diferente" Tuvo que dejar de tocar, para poder tomar una parte más activa en la dirección de las voces. Es verdad que cuando se juntan dos ríos, se hace más fuerte la corriente, y eso sucede con nosotros dos; él como compositor, y yo como escritor, y es algo que dentro de un tiempo veréis (y hasta aquí os quiero desvelar). Es la parte más espiritual del coro, la persona que nos recuerda por qué hacemos esto cuando nos atascamos y ofuscamos y enfadamos cuando vemos que algo no sale todo lo bien o "profesional" que nos gustaría.

Como podéis ver, las sonrisas nunca faltan.
   Me dí cuenta hace tiempo que, en realidad soy el peor músico de este grupito: no sé leer partituras, no sé hacer un triste punteo (ni me esfuerzo en aprender, aunque reconozco que apenas tengo tiempo para dedicarle al aprendizaje), ni he recibido ningún tipo de formación específica para la música. Aún así, eso jamás importó, y he sido uno más dentro de este grupo de gente tan dispar; hasta el punto de considerarlos a ell@s como parte de mi familia musical, y por eso les llamo cariñosamente "mis hermanos de acordes" por todo lo compartido: Los ensayos, las risas, el tedio por repetir algo una y otra vez, las bromas, las oraciones, conciertos, cenas, campamentos, partidas de bolos, por el apoyo recibido cuando auto-edité mi primer libro...

   No se me olvida que tenemos un pequeño proyectito pendiente algunos para mi regreso; así que si para entonces seguís con ganas, para mí será un inmenso placer intentarlo.

   Un gran abrazo, se os quiere, y os deseo que mañana lo hagáis igual de bien a como estamos acostumbrados.




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