En tantos años de trabajo, no he visto lo que veo aquí en mi curro. Resulta que una de mis labores consiste en el control y abastecimiento de EPI's (Equipos de protección individual: Cascos, chalecos reflectantes, botas de seguridad, guantes, arneses de seguridad...), y me he ido encontrando cada cosa...
Para ser un país en el que el tema de prevención anda muy en pañales aún, aquí la gente se conciencia para lo que quiere, y las actitudes a tomar, llaman mucho la atención. En el equipo de trabajo hay un grupo pequeño de Españoles, y el grueso del equipo son personas oriundas del país. Resulta que aquí por Convenio (¡bueno! el equivalente al convenio), dice que a los trabajadores se les ha de cambiar el calzado de seguridad cada 4 meses independientemente de como estén (es decir; da igual que estén impolutas, las cambias sí o sí) Pues me estoy encontrando con que algunos quieren cambiarse las botas casi mensualmente.
Lógicamente, he tenido que ir poniendo frenos a la vez que cedía en algunas cosas, lo cual os voy describiendo a continuación.
Junio-Agosto: El número de chalecos a entregar va aumentando. Resulta que como son de rejilla, se van enganchanco, y rara es la semana que no tengo que reponer por lo menos 5. Consulto con mi jefe para cambiar de modelo de chaleco por uno de tirantes; es un poco más caro, pero espero que así no tengamos que gastar tantos, y me da el ok.
Septiembre: Empiezan a aumentar los robos. Ya habían algunos esporádicos antes, pero a raíz de ponerles vestuarios, los robos de material comienzan a aumentar. ¿Los chalecos? Aquí son como niños pequeños, y en cuanto vieron que había un modelo nuevo, "misteriosamente" se empezaron a "romper" chalecos que había entregado incluso el día anterior (o a "perderse" o a "robarse"...) como no soy tonto, a los casos más descarados, tras la pertinente bronca, les tuve castigados; primero un par de días sin chaleco y, posteriormente, entregándoles uno de los anteriores que tenía aún guardados para tal fin.
Octubre: Aquí ya el apocalipsis es total: Les eché una bronca diciéndoles que desde el mismo momento en el que tienen vestuarios, ya no me vale el "se me ha perdido" el material; que al igual que la empresa tiene la obligación de equiparles, ellos tienen la de hacerse responsable del material que se les entrega, y la obligación de cuidarlo; y que si lo pierden, habrá que descontárselo del sueldo... ¿Os imagináis qué sucedió? Cambio la cantinela del "se me ha perdido" al "me lo han robado" El turno de día diciendo que son los de la noche, estos acusando a los del día... en una noche llegaron a desaparecer 10 pares de botas. ¿Siguiente paso? Comprar taquillas. Yo mismo las estuve montando durante toda una maldita semana bajo el sol (dejando de lado mis otras labores, las cuales se me acumularon para la semana siguiente, pero quería tener resuelto esto cuanto antes); dándole a cada uno una llave de la suya, y quedándome yo la copia por si acaso el trabajador la perdía (que ya he tenido 3 casos, ¡y eso que les avisé que les descontaría del sueldo la pérdida de la llave!) La consigna ahora está clara: Cada cual es responsable del material que se le entrega, y cuando termine su jornada laboral, tendrá que meter los efectos en la taquilla, la cual dejarán cerrada completamente. Ya no me valen ni las pérdidas, ni los robos. Ambos son irresponsabilidades por no guardar las cosas en una taquilla que está bajo llave dentro de un vestuario que queda cerrado con una bien gruesa cadena y dos candados cuyas llaves sólo poseen 3 trabajadores de confianza. "Misteriosamente", desde que se tomó esa medida, los robos han desaparecido
Noviembre: El primer "castigo" ejemplar he tenido que darlo: uno de los trabajadores perdió un arnés; es más, él empezó diciendo que se lo habían robado. Cuando le pregunté que dónde lo había dejado, me admitió que lo dejó abandonado en mitad de la obra, porque perdía el autobús, y que cuando llegó al día siguiente, ya no estaba en el clavo donde lo había colgado la noche anterior. Lógicamente, esto ya es una negligencia total por su parte, así que no me dejó más remedio que cumplir la amenaza y descontarle el arnés del sueldo (casi 70$), lo cual, hace bastante pupa al bolsillo de cualquiera. Ha debido de hacer un efecto tremendo, pues hemos recogido otros 4 arneses que habían abandonado en medio de la obra, me los he subido a mi despacho, y aún no ha venido nadie a reclamarlos (¡y que lo hagan si tienen huevos!)
Capítulo aparte merece el tema botas. Tienen dos modelos: la de cuero, para clima normal, y la de caucho, para cuando están sobre hormigón fresco, o está lloviendo mucho.
Primero comenzó el tema del deterioro de las botas demasiado rápido. Alertado por un trabajador que me dijo que hay gente que se dedica a llevarse el calzado nuevo a casa, re-venderlo, y seguir viniendo con las viejas, opté por la siguiente solución: Yo te traigo las botas nuevas, tú te las cambias delante mío, y me llevo las viejas para desecharlas. Como vieron que ya por ahí no colaba, empezó la oleada de "se me han perdido" "me las han robado"; con lo de las taquillas, se les acabó las excusa. ¿Sabéis cual es la siguiente? Ahora os la cuento
El caso es que desde Octubre, empezó la oleada de gente viniendo a protestar y exigiendo que les cambiase las botas (de cuero), porque vaya mierda, que se les mete el agua, que tienen los pies empapados y es muy incómodo. La respuesta empezó con timidez, pero viendo el grado de chulería y exigencia que empezaban a tener (¡Coño, que a uno se le llegaron a entregar 3 pares en un mes, uno de ellos de caucho que no utiliza!). he empezado a ser más vehemente en ella: "Las botas de cuero NO valen para estar en zonas de charcos ni con lluvia. Es sabido de sobra que el cuero se cuartea y se agrieta con la humedad y el lodo. Para esos casos, se os ha entregado calzado de caucho."
¡Nada! Que por un oído les entra, y por otro les sale, y siguen exigiendo "Es que las de caucho me dan mucho calor", me dicen. En ese momento, ya te cabrean tanto con la excusa tan mala que se buscan, que les respondo lo siguiente: "¡Vamos a ver! ¿Tú vienes aquí a trabajar, o a tomar el sol y bañarte en la playa? ¿No te pones el calzado de seguridad correspondiente porque tienes calor? ¡A MI ME DA CALOR LA PUTA ROPA Y NO POR ELLO VOY EN PELOTAS POR LA CALLE!"
Al final me llevaron a tal punto de inflamación testicular, que he tenido que invocar capítulo IV, artículo 99 de su convenio, el cual dice que la empresa está obligada a entregar los equipos de protección, reponerlos en las fechas indicadas, o cuando estos, por desgaste, estén demasiado deteriorados como para cumplir su función. En caso que el deterioro haya sido por un mal uso por parte del trabajador (por ejemplo, el caso que nos ocupa: trabajador que aún teniendo botas de caucho, insiste en usar las de cuero en zonas de mucha humedad, lodo y charcos), se le repondrá el equipo, descontándosele del salario la parte proporcional del tiempo que se ha adelantado en la entrega con respecto a la fecha en la que tocaba el cambio; es decir: si tengo que cambiar las botas cada 4 meses, pero al mes y medio de entregárselas, ya se las ha cargado por un mal uso, he de dividir el valor de las botas entre los 4 meses, y descontarle el equivalente a los dos meses y medio restantes... Creían que era una amenaza para ver si se arrugaban, pero ya he descontado un arnés... ¡Veremos qué pasa!, pero algo me dice que esto no ha acabado aquí...
Por cierto, he de mencionar que a los trabajadores Españoles eso de las fechas les parece una chorrada, que si la bota aguanta más, es una tontería desecharla a los 4 meses. Ha habido casos en los que las he cambiado a los 8 meses, y entre ellos y algunos trabajadores cumplidores, he encontrado argumentos para decirles: "Si a compañeros vuestros (tengo la delicadeza de no decir el nombre para que no tomen represalias con ellos), las botas les han aguantado incluso más allá de los 4 meses, NO me creo eso de que las botas sean malas, porque a todos os doy las mismas"...
¿Cual será la próxima excusa que me pongan? Os seguiré informando
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