viernes, 27 de enero de 2017

Día 285 (T -7)

     Hoy tampoco tuve fuerzas para ir a entrenar. El gasto de energía de ayer fue muy elevado para el combustible que le estoy aportando a mi cuerpo. Hoy la sensación de agotamiento se ha extendido a lo largo del día, y desde las 19:00 sólo quiero meterme en la cama.


     ¿Lo que peor llevo? Las constantes tentaciones; hoy, sin ir más lejos, estaba echando unas cosas al coche para llevar al punto limpio, cuando me ha llegado el olor del asador que hay en la calle de al lado. Da igual que acabase de tomarme un batido, da igual que con eso mi cuerpo tenga que tener suficiente, da igual que (supuestamente) mi estómago estuviese lleno; mis tripas rugieron como una manada de leones furiosos, y todo mi ser me gritaba que entrase a gastarme lo que me quedase en la cuenta en tanto cabrito asado como pudiera comer hasta convertir mis arterias en granito. Os puedo jurar que casi se me escapan las lágrimas mientras me obligaba a mí mismo a entrar en el coche ignorando los cantos de sirena.

     A todos aquellos que me han dicho que no Lucho, que no tengo fuerza de voluntad... Les invito cordialmente a vivir en mi piel por 48 horas; que sepan a lo que me enfrento a diario, lo jodídamente solitaria que llega a ser mi lucha, y luego a ver si siguen opinando igual.

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