domingo, 27 de noviembre de 2016

Día 224

     Tras la jornada brutal del Viernes (4 horas de entrenamiento debido a lo lleno de energía que me sentía), repaso resultados e impresiones. 


     A mitad de entrenamiento, sentí mis fuerzas flaquear; fui a la taquilla y me tomé el batido que suelo tomar tras entrenar, en ese momento. Eso me dio una inyección de adrenalina/energía como para terminar (de hecho, el agotamiento desapareció)


     Quise explorar mis límites, ver hasta dónde era capaz de llegar; los resultados no me los habría creído este verano. Aunque el precio fue un poco alto, pues me abrí la muñeca. Me miré al espejo nada más volver a casa, e incluso me quité la camiseta, pero no aprecié nada.

     El Sábado me levanté con una sensación que creí olvidada: ¡¡¡Con agujetas!!!! Eso quiere decir que voy por buen camino. Pero aún me quedaba una sorpresa: ¡¡¡se aprecian cambios!!! Está claro que el descanso fue vital para el desarrollo.

     Así que ya saben, niños y niñas, no olviden súper vitaminarse y mineralizarse!


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