domingo, 7 de octubre de 2012

Duelo

   Aviso de que este relato NO ES MÍO. Me lo envió una amiga hace tiempo, y en él se reflejan la dualidad que hay en nuestro interior RAZÓN/EMOCIÓN. Es un relato bastante interesante, y espero que os guste.


Alguna vez me he preguntado por que resulta tan difícil pensar a la vez que sentir, no puedo. Y si pensar no funciona, sólo queda dejar latir hasta que se agote la bateria que llevamos dentro. Y es así que buscando veo que somos dos, en una: Una racional, una yo con tanta racionalidad como se pueda y una tan visceral que no puede convivir con la racional, algo tan común como el jin y el jang

 -  Hola, ¿cómo fue el viaje? -  preguntó

 - Horrible, como siempre, odio los viajes, sobre todo cuando no puedo descansar por culpa de esos malditos sueños. – malhumor, típico en mí. La persona que venía a buscarme tiene 17 años, 

- ¿Alguien pensó que eso resulta importante? 

 -Realmente lo único que tiene de relevante es que yo tengo 28, y a veces pienso si el tener una relación por sexual que sea, si no se altera la imaginación y la vida de una persona que de pronto ve sus fantasías turbadas, convertidas en algo más grande. Mi mundo sigue patas arriba, y yo lucho por enderezarlo y mientras, él aprende a pasos agigantados lo que a mí me ha costado años aprender. Su fantasía era “simplemente” hacerlo encima de la lavadora, y bueno sí, creo que en algún momento, cuando tenía 15 años tuve una fantasía similar, su experiencia la mía tras mi primera vez… poca, y sobre todo demasiado experimento para mi gusto, hubiera preferido algo menos desastroso, y su deseo… el mismo que el mío a su edad: aprender. 
¿Me creo quizá una diva “enseñándole” los pasos del deseo? No. Y bajo esa imagen de fría sin sentimientos, o simplemente de persona con un corazón dormido, creo que tiene que haber algo más. Esto quizá podría ser la historia de mi propio encuentro, de mi propia búsqueda, de mi victoria o fracaso.

 -Sus ojos brillaban al saludarme, algo me daba la sensación de que en cierta manera temblaba de excitación, ¿y yo? Nerviosa como las colegialas, parece mentira pero siempre me pasa lo mismo, ni el tiempo ni la experiencia puede hacer que me quite de encima esta sensación de colegiala malévola. ¿Era yo quizá la que temblaba de excitación?¿éramos los dos? Esquivé la mirada, - sí, dije que la esquivé, y no quiero volver a esa discusión de si esquivo problemas a lo largo de mi vida, me pone negra- y cogí mi maleta de ruedas, ¿y ahora? 

 -Espera déjame pensar, ¡ah sí! Mi plan es improvisar, muy currado ¿Por qué diablos no planeo las cosas?, un par de llamadas y apañado. Al final, el resumen viene a ser que vamos a la zona centro y preguntamos en los hostales mientras una fina lluvia cae sobre Madrid, ¡perfecto!. 
   Una vez seleccionada la habitación y establecer la maleta en su sitio toca…. Déjame ver… ¡por supuesto! Cenar, por que llevo todo el día sin comer nada. El paseo, la cena… mi acompañante arde en deseos de que ocurra algo y yo aún no sé si debiera o no, si de verdad puedo sacar mi lado lascivo sin sentirme abochornada por él. ¡Será zorra! La siento dentro de mí, mira al cuello,y desciende a esa espalda que me pone tanto… ¡Dios! si un par de semanas atrás no hubiera hecho aquella absurda apuesta… y no me hubiera enseñado la pelvis y jugado tanto a “mira como te enseño mi espalda"

 -¡Ahhh, resígnate!, has visto su espalda, su pelvis, le chupaste del cuello la sal de un tequila, hubo hasta un beso chorra. Mira nena, recuerda que soy de carne y hueso y este hombre – dije hombre y me dan igual sus 17 años, no quiere que le traten como un crío, así que no lo hagas- me pone, sé buena, duérmete un rato y déjame a mí cuidar del chico. 

 -¡Oye!, No no no, no puedo dejarte hacer lo que quieras. ¡Tengo pareja! ¡Tengo una relación a la que esto destruirá...!

 -¡RRRrrr, mírale que rico!, ¿No te mueres de ganas de arañarle? ¿No te apetece subirte sobre él y cabalgar mirando la luna llena? ¿Crees que si tu pareja piensa que el cibersexo es infidelidad, no lo pensará de las corridas telefónicas? Ya la he liado fina por meterme donde no debía así que ahora… ¡Ciao,  listilla de gafitas, que la noche es joven y promete! Sólo espero que aguante suficientes asaltos sin quedarse dormido…
    Las escaleras de camino a la habitación del hostal resultaban como salidas de alguna película, aquellos edificios antiguos de Madrid siempre me parecieron tener encanto, esos ascensores parecen hechos para…¡Ufff!… Espera que lleguemos a la habitación y… 

 -¡Eh! ¡Por Dios no te atreverás a…! ¿Lo acabas de ver? Se ha tumbado en la cama… cruzado, así que, o me hago un ovillo en la alfombra o… 

 -Te lo dije… déjame jugar con él, y tú a dormir, bambina, esto es para… 

 -¿Mayores de 17?

 -... La espalda, así que… ¡desaparece…! 
Me puse de rodillas sobre la cama, la mirada fija en la suya, acercándome como una gata en celo..

 - Aquí esta mi espalda – dijo suavemente

 -Una sonrisa maliciosa asomándose a mis labios, me dejé caer despacio sobre él y le besé, mordí su cuello despacio, lamí el lóbulo de la oreja, y fui jugando con la ropa para quitársela, y quitármela;, ya ni siquiera recuerdo el orden o quién quitó la ropa a quién: sólo recuerdo la excitación, la humedad de mi sexo, mi lengua recorriendo aquel falo totalmente erecto que me gustaba de sobremanera.  Pequeños chupetoncitos sobre el glande, recorrer el tallo, lamer los huevos, subir y que entre entera en la boca, jugar con la lengua… ¡uff! No quiero pensarlo, por que de nuevo me excito solo de recordarlo, y de decírselo por las noches, en todas aquellas conversaciones que acaban con un orgasmo acompañado.

 - ¿Llevas condones? – la pregunta del dia
 -  No, pero para todo no se necesitan condones… así que recurriremos al plan B; una mirada lasciva, para una idea más lasciva aún
  La facilidad con la que me senté sobre él y me introduje todo su pene erecto dentro… ¡Ah! ...¡Uf, Dios, quiero más!, me moví para sentir como entraba y salía

 - ¿Esto forma parte de tu idea?

 -  Sí, se le llama lubricación. – Improvisación lo llamaría yo, por que lo de lubricación podía haberlo hecho chupándosela de nuevo; pero me moría de ganas de sentirle dentro... 

 -Te pierden las formas... 

 -Listilla,  tú no follas; así que sigue en tu mundo de amores y demás majaderías,  que yo me muero de ganas de seguir.
  Los jugos que salían de mi interior iban bañando aquella polla, tamaño perfecto, nada de cosas chiquitinas que parece que bailan en el interior; aquella se dejaba sentir, se dejaba lamer, se dejaba follar con ganas, arriba y abajo, en círculos… Pero no era ese el objetivo, y eso podía resultar algo peligroso sin anticonceptivos. Así que, sacándola de mi cuerpo con todo el dolor de mi corazón, y feliz por que sabía su destino… próxima parada… el preciado agujerito del culo, donde costó más que entrara a pesar de la lubricación; tímida al principio, más confiada según ganaba terreno, por fin pude sentir toda esa polla dentro de mi culo, y entrar y salir… una y otra vez… aunque algunas posturas si se mantienen resultan molestas… Él ya había aprendido… me dio por detrás con todas sus fuerzas, apoyado en la cama, de pie, semitumbado, y siempre sentía lo mismo, un bombeo constante, un placer absoluto cuando llegaba hasta el fondo y sentí sus huevos hacer tope en mis nalgas. Deseaba poder gritar como una puta 

 -¡NOOOOOO,  me niego a gritar y menos a que me llamen eso!  

 -¡Callate, que no sabes disfrutar! Yo disfruto como una zorra, y eso no atenta contra los derechos de la mujer, y mira lo que tu decías que era un niño… déjame tener uno como este para mí sola todas las noches, y el día que cumpla los 18, me lo llevo a un sexshop a que elija con que quiere experimentar esa noche, que le dejo hacerme lo que quiera, con los “juguetes” que quiera. Esposas, un vibrador, cuerdas, ocho consoladores, un par de anillos, bolas chinas… ¡Uff! esto promete. Incluso irnos a comer a un restaurante y que vea como me quito el tanga y lo meto en el bolso, para que se muera de ganas de salir y en un callejón aprovechar… aunque ¡menuda chorrada!, los tangas pueden apartarse… si ser empalada es un castigo, ¡por Dios que ya sé con que quiero que lo hagan…! ¿Tú has visto esa polla? Ah no, que seguro que te fijaste en sus ojos…

 -Pues sí, yo me fijé en sus ojos, que brillaban de deseo, su pelo suave, su tacto, sus brazos, y esos labios que besaban de una forma tan… 

 -¿No mencioné sus besos? Húmedos, y sus labios cuando bajaron a lamer mi coño, ¡Uff,  qué delicia! ME encanta que me lo coman así mientras acaricio mis senos y pellizco mis pezones.... 

 -¡Arruina también una imagen tan hermosa!, recuerda que al final se quedó dormido después de tanto “movimiento”. No pude dormir, simplemente permanecer abrazada por él y ver cómo dormía. Recordé cómo durante la noche me había dicho que quería ser mío y yo le dije que era suya, algo se oscureció en su mirada, y de pronto cambió; no quería hablar de ser mío o que yo fuera suya, creo que de pronto recordó que yo tenía pareja, y yo allí abrazada también lo recordé. 
   La amistad es algo muy curioso, cuando nos despedimos, a los pocos minutos unas lágrimas recorrieron mi rostro, poco tiempo más tarde me dijo que le había ocurrido algo similar… 

 -Y ahora es cuando piensas en las conexiones cósmicas entre la gente y cuando me haces lo de siempre y confundes el tocino con la velocidad… ¡Maldita racional!, ¡esto NO es Amor, estúpida! Y si en algún momento llegara a serlo, yo seré la primera en darme cuenta, al fin y al cabo… recuerda que yo sólo siento, así que cuando le vuelvas a ver… déjamelo unos minutos a mi cuidado que le debo un par de favores al conjunto entero, desde el pelo más alto hasta los pies, pasando por el centro de mando del placer, donde creo que me detendré especialmente a saludar. ¡A ver cuando aprendemos a dejar de racionalizar los polvos!











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