jueves, 31 de enero de 2013

Fruto prohibido

Acompañado de Baco
ahogo las penas
saturándome las venas
con alcohol y tabaco.
Y pienso en ti, inocente,
niña de dulce sonrisa
que me acaricia como una brisa
y hace que mi sangre fluya caliente.
Que eres fruto prohibido,
que has entrado en mi vida
sin encontrar la salida,
y no soy un pervertido.
Que me duele la vista
de mirar sin ver tu rostro,
que no es el culpable el costo
el que mi lagrimar hoy enquista.
Que me duele el silencio
si no escucho tu risa,
que vivo muy deprisa
y mi sentimiento evidencio.
Que no huelo nada
si tu perfume no está,
si tu fragancia no está,
mi nariz queda dañada.
Que no tengo tacto
si no acaricio tu piel,
a tu juventud siempre fiel
y con cada centímetro exacto.
Que no sé de otro gusto
que no sea el de tu boca,
de los besos que me das como loca
y me dejan dormido en tu busto.
Que tengo que dejar de verte,
que no nos entenderán,
que a mi me condenarán,
y el no verte se me hace la muerte.

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